La tortura es una cruda realidad en Euskal Herria. Durante los últimos 50 años, casi 10.000 personas han denunciado haber sufrido torturas o malos tratos después de estar en manos d distintas policías.
Hay ciudadanos y ciudadanas que han muerto torturadas.
Durante las últimas semanas nos han llegado nuevos testimonios de tortura.
Cuando hablamos sobre tortura, no lo hacdmos en pasado, sino en presente.
Acabar con la tortura es responsabilidad de todos y todas. Tanto en Euskal Herria como en el ámbito internacional varias instituciones, partidos políticos y sindicatos han rechazado la práctica de la incomunicación. Amnistía International, los observadores de la Organización de Naciones Unidas, diferentes asociaciones de abogados de ámbito internacional, el parlamento de la Comunidad Autónoma Vasca, el Ararteko de la Comunidad Autónoma Vasca, la mayoría sindical de Euskal Herria... el Gobierno de España ha desatendido todas estas peticiones.
El Gobierno de España sigue utilizando la incomunicación, abriendo paso a las torturas y los malos tratos. Las consecuencias de la tortura no acaban en comisaria.
Las declaraciones realizadas bajo tortura son utilizadas como pruebas en los juzgados, y estas pruebas se utilizan para castigar a ciudadanos y ciudadanas.
En el nuevo tiempo político que se ha abierto en Euskal Herria, queremos poner el tema de la tortura sobre la mesa. En estos días en que estamos hablando sobre las garantías de todos los derechos humanos, entendemos que es de gran importancia acabar con la tortura.
Estrasburgo ha castigado al Estado español por no haber investigado una denuncia de tortura. A finales de este mes Guardias Civiles se sentarán en el banquillo de los acusado en Donostia, imputados por haber torturado a Mattin Sarasola e Igor Portu. También a finales de este mes, Policías Nacionales se sentarán en el banquillo de los acusados en Madrid.
Ha transcurrido tiempo desde aquellos sucesos, pero todavía son varias las denuncias de ciudadanos y ciudadanas vascas tras detenciones realizadas por la Policía Nacional española, la Guardia Civil o la Ertzaintza.
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La pretensión de mantener oculta la tortura no es nueva.
El haber denunciado torturas está siendo objeto de castigo
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Han metido a juicio a personas que han sido torturadas, por haber denunciado lo que han sufrido.
También han enjuiciado a abogados de ciudadanos, por haber denunciado lo que han sufrido sus clientes.
En esta situación, teniendo en cuenta la gravedad del tema, queremos poner las siguientes peticiones encima de la mesa:
- La tortura es una realidad en Euskal herria. Los casos de tortura no son una excepción. Exigimos que se acabe con la tortura de una vez y para siempre. Reivindicamos las medidas y garantías necesarias para que nadie más sea torturado.
- Hay que ofrecer a los y las ciudadanas que han sido torturadas las vías para superar las consecuencias de la tortura.
- Exigimos acabar con la impunidad que tiene la práctica de la tortura.
- Pedimos compromisos nítidos a las instituciones públicas para acabar con la tortura, y el primer paso para ello, es acabar de una vez con la incomunicación.
Por lo tanto, realizamos un llamamiento a trabajar para acabar con la tortura. En esta dirección queremos hacer un llamamiento a participar en la manifestación que se celebrará el 30 de octubre en Donostia, bajo el lema de Torturarik ez!. La marcha partirá a las 17:30 de la tarde desde el túnel de Antigua.
U-30 MANIFIESTO
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