Red Morazánica de Información
Tegucigalpa. 20 Octubre 2010. La Secretaria del Departamento de Estado, Hillary Clinton, declaró ante una audiencia del Commonwealth Club, en San Francisco, que Estados Unidos está dispuesto a colaborar con México, no sólo con helicópteros Blackhawk y que los narcotraficantes “se organizan como grupo paramilitar y se comportan como grupos insurgentes”.
Clinton se refirió a los helicópteros Blackhawk que Estados Unidos dispuso para encontrar a David Hartley, un estadounidense que habría sido balaceado por traficantes en el lago Falcón, en la frontera Reynosa, Tamaulipas y Texas.
Aseveró que los cárteles de la droga ''están adquiriendo muchos de los atributos de estos grupos terroristas e insurgentes en el mundo''; agregando que estos, “por primera vez están empleando automóviles cargados de explosivos. Uno los ve mucho más organizados de un modo paramilitar''.
Según citó la AFP, Hillary Clinton también aseguró que “vemos cómo los narcotraficantes socavan y corrompen gobiernos en Centroamérica, y estamos observando la brutalidad y barbarie de sus ataques a gobernadores y alcaldes, la prensa, y entre sí, en México’’.
La peligrosa percepción de Clinton al fusionar como iguales, a insurgentes, paramilitares y narcotraficantes, atribuiría el paramilitarismo a los narcos y llevaría a ocultar la responsabilidad estatal y empresarial; y las políticas de seguridad promovidas por Estados Unidos en México y Centroamérica para el control, seguimiento y sanción, serian equivalentes para narcos, paramilitares e insurgentes.
Representando un grave peligro a los movimientos que luchan por transformar estructuras de la sociedad, como ya se comienza a criminalizarles.
La “fusión intencional”, de insurgencia con el narcotráfico que hace Clinton puede ser resultado de “ignorancia”, o también, puede ser una “desinformación maliciosa”, cuestiona Laura Carlsen, directora del Programa de las Américas del Center for International Policy (Cipamericas).
Carlsen define que “una insurgencia busca apoderarse de territorio para producir un cambio profundo en la estructura de la sociedad y, por lo general, tomar a su cargo el gobierno”, en tanto que los narcotraficantes, “no lanzan ofensivas contra el estado para substituirlo”.
La Secretaria de Estado Clinton, provocó la indignación del Congreso Mexicano y el cuestionamiento de varios críticos al comparar la violencia que vive México con la que vivía Colombia hace dos décadas; ante el Consejo de Relaciones Exteriores el 08 de septiembre en Washington, según CNN.
La inapropiada afirmación de Clinton fue rechazada por el Congreso y por varios altos funcionarios mexicanos, haciendo que el propio presidente, Barack Obama, la contradijera contraponiendo éste que México tiene una “posición política y económica mucho mejor” de la que tenía Colombia en los años ochenta.
Clinton, quien insiste en despuntar como “bueno “ el Plan Colombia -al que Estados Unidos aportó dinero, asesoría militar y ayudó a fumigar los plantíos de coca, expresó que México tiene “capacidad, y la ha estado utilizando”, para combatir el narcotráfico, "pero los países de Centroamérica no”.
En el intento de que el gobierno mexicano ceda a un plan igual, dijo entonces, que éste necesita “combinar mejor” la capacidad con la "voluntad política" para impedir se propague la violencia que surge de la disputa entre grupos criminales y la “lucha contra el narcotráfico”, iniciada por México en diciembre del 2009.
Hillary Clinton se mostró “sorprendida”, en el Commonwealth Club, de que varios críticos discrepen de su insistencia en que Estados Unidos también es responsable por la violencia que produce el problema de la droga en México.
Es “algo evidente” que los estadounidenses han demostrado una ''demanda insaciable'' de drogas ilegales y Estados Unidos no logra impedir el tráfico de miles de armas traficadas a México, reiteró.
La inusitada confesión de Estados Unidos corresponsable en el problema mexicano de narcotráfico, parece encaminado a reforzar la idea un genuino interés en “ayudar”, a fin de que los gobiernos, mexicano y centroamericanos, acepten el “esfuerzo conjunto” de un Plan Colombia, ya rechazado por México ante la idea de tener a militares estadunidense en su territorio.
De lado contrapuesto, en Honduras los intercambios entre el titular de Seguridad, -quien insiste en que un periodista, al menos, ha sido asesinado por narcotraficantes- y los organismos de defensa colombianos, son cada vez más estrechos, y constantes los viajes de aprendizaje, además de los convenios y operativos conjuntos.
Jueces y peritos colombianos apoyaron la defensa de Clinton al Plan Colombia, y ya cinco jueces se encuentren en Hidalgo, México, desarrollando seminarios relacionados.
El jefe de la policía antidrogas de Costa Rica, Mario Boraschi, declaró en julio, que prefería soldados estadunidenses a los narcos moviéndose en todo el territorio, ante un Congreso que terminó aprobando la entrada de 46 buques de guerra de la Armada, 200 helicópteros y aviones de combate, y siete mil marines, en supuesta lucha contra el narcotráfico.
El Commonwealth Club of California, fundado en 1903, se define como el mayor y más antiguo foro de asuntos públicos en Estados Unidos, reúne a más de 18 mil miembros en no menos de 400 eventos anuales relacionados a tópicos políticos, sociales, culturales y económicos.
AP/CNN/Cipamericas
DC20102010
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