Hugo Chávez llama 'sanguinario criminales' a dos ciudadanos vascos que ni siquiera han sido jugados y obvia que las supuestas declaraciones se han realizado durante la incomunicacióm.
Pittu, miembro de Apurtu.org
6931 kilómetros separan la Audiencia Nacional de Caracas, la capital venezolana. Muchos kilómetros, que sin embargo, se hacen nada cuando este Tribunal descendiente del Tribunal de Orden Público franquista acusa al gobierno bolivariano de colaborar con ETA. La nueva escalada de criminalización ha provocado una sonora salida de tono de Hugo Chávez, que ha asegurado que "no se puede dar crédito a declaraciones de dos criminales sanguinarios desprovistos de calidad humana y moral".
De un buen gobernante se espera su conocimiento de la realidad internacional. Conocer los países con los que se mantienen relaciones y negocios es básico. Por ello se debe concluir que Chávez conoce de buena tinta que en los últimos 50 años en Euskal Herria más de 10.000 personas han sido torturadas por las policías españolas, y que en manos de la Guardia Civil cualquiera puede llegar a inculparse de haber sido el autor de la muerte del mismísimo Julio Cesar. Debería saber Chávez que las dos personas que supuestamente confesaron haberse entrenado en Venezuela fueron incomunicadas durante 5 días a manos de la Guardia Civil. Que en esos 5 días no pudieron tener contacto con su abogado de confianza, ni siquiera antes de declarar ante el juez de la Audiencia Nacional. Debería saber que el mismísimo Relator de los derechos humanos de la ONU Martin Scheinin ha exigido a España que ponga fin a la incomunicación y cierre la Audiencia Nacional, y que Amnistía Internacional, año tras año, da credibilidad a las denuncias de torturas. Chavez debería haberse informado mejor, porque en esta ocasión también, los detenidos han denunciado salvajes torturas.
La respuesta del gobierno venezolano debería haber ido encaminada por otros derroteros. Chávez debería haber sido más valiente, denunciando que unas supuestas declaraciones realizadas durante un periodo tan opaco como la incomunicación que denuncia hasta la ONU no pueden ser utilizadas para generar un conflicto diplomático. Debería haber sido redactada sobre criterios de respeto hacia las partes enfrentadas: el pueblo vasco y el Estado español. Hoy, Euskal Herria vive una situación muy especial. Mientras una de las partes en conflicto apuesta por abrir un escenario de paz y democracia, el Estado español continua realizando operaciones de castigo con redadas políticas y sigue alardeando de que seguirá por esta vía de negación. Debería haber lanzado un mensaje a las partes para que se sienten a dialogar, como lo han hecho otras personalidades internacionales, y no ofrecer su cooperación policial y judicial al Estado español para acosar a refugiados políticos. Debería de haber contenido su lenguaje, porque no se puede calificar de "sanguinarios terroristas" a unas personas que ni siquiera han sido juzgadas. Un buen revolucionario lo hubiera hecho. Un buen revolucionario rectificaría.
Es evidente que Venezuela ha caído en la trampa de los grandes medios de comunicación y de la caverna españolista, y que ha encajado el golpe de la peor de las maneras. Y es cierto que este país y su gobierno revolucionario están soportando crudas presiones internacionales en todos los ámbitos para que abandone su senda revolucionaria. Desde Euskal Herria apoyamos la política bolivariana con el convencimiento de que es lo mejor para la gran mayoría de los y las venezolanas. No es mucho pedir que el gobierno venezolano sea recíproco y apoye lo que la mayoría de la sociedad vasca solicita: un escenario de paz y libertad para nuestro pueblo, sin violencia ni represión.
El que no sabe quién es festeja sus derrotas y rechaza sus oportunidades
-
Hoy es un día venturoso. El Dibu la vio pasar 4 veces y Franco chocó su
auto con la carrera neutralizada: dos cartas de alienación que nuestros
enemigos ju...
Hace 3 semanas
No hay comentarios:
Publicar un comentario