domingo, 24 de octubre de 2010

Niño chileno sin acceso a tratamiento médico solicitará asilo humanitario en España

Este próximo lunes 25 de octubre, Miguel Lobos, padre del menor de 5 años que padece una enfermedad metabólica degenerativa sin cobertura de medicamentos, concurrirá hasta la Embajada de España para solicitar “Asilo Humanitario” para su hijo, en atención a la “negativa y el abandono de parte de las autoridades del Gobierno de Chile y de los Tribunales de Justicia, en el otorgamiento de un tratamiento médico adecuado”.


De acuerdo a lo que informa el abogado de la Fundación Simón Yévenes, Raúl Meza Rodríguez, en un comunicado, la solicitud, que ante la legislación española se denomina “Protección Subsidiaria” y que no tiene precedente histórico en nuestro país, en relación a un menor de edad, se debe a raíz de la “completa negación, abandono y negligencia de los poderes del Estado” en dar respuesta a la urgente necesidad de tratamiento medicamentoso para Kemuel Lobos, niño ariqueño de 5 años que desde que fue diagnosticado a la edad de 1 año con el Síndrome de Hunter (Mucopolisacaridosis Tipo II) ha solicitado el amparo y la protección del Ministerio de Salud, del Congreso de Chile y de los Presidentes de la República, Michelle Bachellet y Sebastian Piñera, “sin haber obtenido una respuesta favorable a dicha petición”.

A esto se suma el rechazo de la Corte Suprema a un recurso de protección presentado a favor del niño, lo que, a juicio del abogado, vulnera tratados internacionales de derechos humanos y del niño, así como las garantías constitucionales del Derecho a la Vida y la Integridad Física.

De acuerdo a la ley española “Reguladora del Derecho de Asilo y de la Protección Subsidiaria”, desde la presentación de la solicitud de asilo, el menor chileno quedará junto a su padre bajo la tutela y amparo del Gobierno Español.

La Mucopolisacaridosis es una enfermedad metabólica degenerativa que causa una muerte lenta y dolorosa a los menores que la padecen sin acceso a los medicamentos paliativos para dicha patología.

Por Cristóbal Cornejo
El Ciudadano

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