Este es el mes de quienes aun siguen en la lucha por su autodeterminación y soberanía en la Patria Grande.
Tenemos todavía una gran deuda con ese pueblo que pobló lo que conocemos hoy como América, Latinoamérica, Suramérica, cuando se debería llamar Indoamerica porque de allí somos, de ese originalidad histórica, que siempre estuvo presente antes que el hombre blanco llegara a masacrar casi 15 millones de indígenas que nadie pronuncia en muchos de sus obras literarias, a quienes debemos parte de lo que hoy llamamos “sociedad organizada” una cultura llena de enseñanza que debe de tener vigencia permanente en la construcción del mundo pluri polar, que emerge desde las entrañas de quienes siempre fueron excluidos por la misma historia, y solo tomados como punto de referencia de conquista de un nuevo mundo que siempre estuvo allí.
Quiero hablar sobre la población indígena de Venezuela, la cual aun a pesar de los esfuerzos hecho por el Gobierno Revolucionario del Comandante Presidente Hugo Chávez en darle lo que por herencia le pertenece a quienes fueron ejemplo de temple, de lucha en defensa de sus tierras, sus creencias, su pueblo, y hicieron frente a los cañones y armaduras de los Magnicidas del continente Europeo, se ha buscado de reformar y crear instrumentos legales para hacer valer su legitimo derecho de ejercer toda su cultura, de darle el lugar que merece en la sociedad venezolana y poder mantener en vigencia esa esencia única y verdadera.
En nuestra Constitución Nacional en su Capítulo III de los derechos de los pueblos indígenas se les otorga una serie de deberes y derechos que a mi humilde parecer, tiene “vacios” que no han tenidos vialidad justa y necesaria a la hora del ejercicio pleno y donde conlleva a algunas contradicciones que aun en la construcción de un nuevo modelos donde se defiende la igualdad y la autodeterminación de los pueblos, aun tenemos etnias que están siendo saqueadas por mineros, terratenientes, he incluso funcionarios del estado que no les importa escuchar o mediar con quienes por derecho legitimo ancestral le corresponde la tierra.
Es por eso que como dice el titulo de este escrito esa resistencia sigue presente, en el dialogo, en la demarcación del territorio, en el desplazamiento a las ciudades a mendigar, el racismo en las fincas, empresas de cultivo, en los bancos, en la misma población que olvida de donde vienen, que muchos debemos sentirnos orgullosos de tener ese ADN, gen genio lógico, como lo quieran llamar, porque si somos zambos, mulatos, blancos criollos, pero sin lugar a dudas seguiremos siendo verdaderos hijos de los Caribe, Timotocuicas, Arawacos, Cariñas, Guayu, de donde creen ustedes que viene esa gallardía, inteligencia, armonía y sabiduría que caracteriza al venezolano que todos los días madruga para buscar el sustento para el hogar, el luchar contra viento y marea, ese carácter de no dejarse doblegar, a esa mujer que hoy sigue dando de qué hablar que es padre y madre, y quien da ejemplo de unidad y lucha constante.
¿Es que ningún caraqueño al levantarse y ver ese inmenso “pulmón verde” que nos protege del inmenso mar no siente algo que se le mueve en cada parte de su ser?
El Guaira Repano o como traduce el nombre en nuestra lengua impuesta castellano “sierra grande” como lo llamaban los hermanos Caribe, el espíritu de Guaicaipuro y todos sus demás guerreros y guerreras que en su lecho de muerte seguían recios a negarse a bajar la cabeza de quienes se llamaron conquistadores, título que le dio la historia mal dicha, y a los venezolanos y venezolanas de hoy que aun veneran la proeza de Cristóbal Colon y los que solo trajeron muerte, enfermedades y decidía a quienes siempre estuvieron allí y solo fueron invadidos y exterminados.
Es por eso que es necesario profundizar las leyes, que también entendamos que el solo conocer el nombre, ubicación y población de nuestras etnias indígenas no es suficiente, la cultura es necesaria para el aprendizaje, en la escuela, el liceo la universidad, así como tenemos el ingles y francés en nuestro currículo escolar, también aprender la lengua indígena como lo hace el hermano pueblo Boliviano y Paraguayo por colocar un ejemplo, debemos adaptar las leyes vigentes y darle fuerza y y hacerla sentir.
Un marco jurídico verdadero y democrático para quienes son la raíz de nuestro origen.
John Duarte
Estudiante de Misión Sucre
Caracas, Venezuela.
Publicado por REBELIÓN ESTUDIANTIL
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