lunes, 29 de agosto de 2011

CULTURA COMUNISTA HACE LLAMADO ''AL PUEBLO CHILENO''

Coordinación que reúne a militantes y ex militantes comunistas hace un llamado desde Valparaiso
Desde Valparaíso el Comité de Coordinación Cultura Comunista, que agrupa a militantes y ex militantes del Partido Comunista que mantienen posiciones revolucionarias, hace un llamado al pueblo chileno.
AL PUEBLO CHILENO
.sociales existentes en todos los niveles de la sociedad chilena, así como el carácter de las instituciones que no están al servicio de los intereses de la mayoría de la población. Instituciones antidemocráticas, de un régimen presidencial, que enfrentan la demanda social con violencia y engaño. Nuestros análisis anteriores al surgimiento del movimiento estudiantil, realizados en febrero del presente año, no podían prever la dimensión de lo que se estaba incubando en las profundidades de la sociedad chilena. Lo asumimos, porque la voluntad de luchar no está basada en la pretensión de presentarnos como infalibles, sino en extraer las necesarias lecciones para reforzar el proceso de construcción en que nos encontramos empeñados.

2.- En las reivindicaciones de los estudiantes se manifiesta una junción con los intereses de los trabajadores, porque el actual sistema de educación representa una parte de la política de reducción del costo del trabajo.
Esta reducción incluye no sólo los salarios y las prestaciones, además de la seguridad social, sino el deterioro de la inversión estatal en la formación de la fuerza de trabajo; las consecuencias de esta política se manifiestan en un proceso de liquidación de la escuela pública. La calificación necesaria para asegurar un futuro de trabajo, ha sido sustituida por las necesidades del patrón, adaptando la escuela a sus necesidades de revalorización del capital y no a las necesidades sociales. A ello se agrega el endeudamiento de las familias, la deuda creciente de los estudiantes como una carga de por vida, y un futuro laboral incierto en una sociedad en que el desempleo crece.
3.- Lo anterior prueba los niveles de violencia que el modelo impone a los chilenos y que nace de la política económica, que condena a las grandes mayorías al empobrecimiento material y cultural, cercando, encarcelando las mentes en la búsqueda de soluciones para solventar el costo del diario vivir, impidiendo la capacidad de razonar y ver que los que viven al lado tienen sus mismos problemas, haciendo más difícil unificar el tejido social. A esta violencia se suma la del gobierno, y las instituciones, como respuesta a la movilización social. De una parte, la violencia abierta, con carros lanza aguas, escuadrones de choque, encarcelamiento, persecuciones, provocaciones organizadas. De otra, la mostrada en los medios de comunicaciones, denostando la movilización y el profundo anhelo de millones por una educación pública gratuita y sin fines de lucro. Esta violencia, que condenamos, revela que todas las instituciones de poder en el país están profundamente entrelazadas para defender los intereses de una minoría, que saquea a la población en sus ingresos y las riquezas mineras y naturales de la nación.
Esas instituciones, en nombre de una democracia que no existe, provocan las acciones de jóvenes que radicalizan sus posturas, cansados del discurso engañoso, y que en la desesperación de no ver soluciones que modifiquen el actual presente y futuro de opresión, ejercen la violencia física aún a riesgo de sus propias vida, lo que está mostrando una tendencia creciente, una forma de lucha, que los pueblos la pueden ejercer como parte de su legítimo derecho a la rebelión contra la opresión y el abuso.
4.- La crisis que vive el país es un efecto de la crisis mundial del capitalismo, que golpea a todas las capas de trabajadores, estudiantes, campesinos y sectores de la pequeña burguesía. Vastos sectores de este último, ligados a la pequeña industria, el comercio, transporte, están condenados a desaparecer, a pauperizarse, por la misma presión que ejercen las transnacionales para copar todo el mercado interno. Ciertos sectores de la pequeña burguesía amenazados oponen resistencia cuestionando el poder de los monopolios pero tratando, al mismo tiempo, de lograr mantener sus posiciones a través de acuerdos con el gobierno. Una línea de unidad con estos sectores, que en principio se ha formulado a propósito de la defensa de las Ciudades Puerto, debe integrar las reivindicaciones transitorias de la democracia política, así como la necesidad de levantar reivindicaciones que efectivamente reconstruyan la pequeña industria, el comercio, el transporte, ligándolos a la lucha contra los monopolios. La unidad trabajador - estudiante y sectores diversos de la población oprimida debe partir de reivindicaciones y consignas, que integren la representación soberana, en nuevas instituciones para resolver a favor de los intereses de una mayoría. En la hora actual se deben plantear las consignas de una Asamblea Constituyente y una nueva Constitución.
5.- La independencia de los sindicatos se ha convertido en una cuestión decisiva, ante la necesidad imperiosa de ayudar a recomponer la capacidad de movilización unitaria de los trabajadores por sus reivindicaciones y el apoyo a los estudiantes y al movimiento social en su conjunto. Consideramos que la independencia sindical es ante todo el recuperar la función de los sindicatos, para que estos se coloquen al servicio de la lucha por las reivindicaciones de los trabajadores. No es una proclamación ideológica, sino un paso concreto en la unidad para movilizarse en torno a la realidad que vive el mundo laboral, en la cual se une la lucha por la defensa del empleo, alzas de salarios, pensiones, no a las privatizaciones, fin al subcontrato, con las de plena libertad sindical, negociación colectiva, renacionalizaciones. Apoyamos todo paso de unidad en este sentido, no importando de quién provenga.
6.- El paro convocado para el 24 y 25 de agosto fue lanzado el 23 de junio, en las primeras jornadas de la movilización estudiantil. La reafirmación de este paro, realizada el 12 de agosto, se hizo en torno a dos reivindicaciones planteadas por la Concertación al gobierno: reforma tributaria y plebiscito para dirimir el conflicto de la educación. Esto reafirma que el aparato dirigente de la CUT no organizaba el paro para reforzar el movimiento social, en lucha por sus propias reivindicaciones, sino para encauzarlo hacia la política de diálogo con el gobierno.
Independiente del carácter de la política de la CUT hicimos un llamado a la movilización y a reforzar al paro sobre la base de las reivindicaciones propias de cada sector. Consideramos que la posición desarrollada por diferentes sectores, de no sumarse en atención al rol nefasto del aparato dirigente de la CUT - apreciación que compartimos - no ha tomado en consideración las necesidades del movimiento social. Otras organizaciones, distanciándose de la política del aparato dirigente de la CUT, han llamado al paro y las movilizaciones, colocando en el centro sus legítimas reivindicaciones y la necesaria unidad en la acción. Es de vital importancia no ser tentado a identificar en un mismo plano la política de los dirigentes y su control del aparato de la CUT, con los sindicatos locales, con los afiliados, que tratan de utilizar sus organizaciones para colocarlas al servicio de sus propias demandas.
7.- El sistema de dominación está en crisis. Esto se expresa en dos terrenos. El primero, es la crisis de las instituciones por su propio carácter antidemocrático. Fueron diseñadas para defender los intereses del gran capital y en otro periodo de la lucha de clases, marcado por relaciones de fuerzas completamente desfavorables para las masas populares. El segundo, está marcado por la crisis de representación política de las masas populares y sus reivindicaciones. Las actuales organizaciones se descomponen, atravesadas todas por una contradicción insuperable; la defensa del sistema, y su rol en él, les impone organizarse contra las aspiraciones de la mayoría de la población. Esta realidad plantea la necesidad de generar una forma de hacer política que considere estos factores de fondo y sus efectos. Uno de ellos es el creciente desprecio en la población por los partidos políticos. Hecho grave si partimos del principio que los partidos políticos son necesarios en un sistema democrático. Ante ello debemos trabajar con lucidez, estructurando nuestra intervención teniendo como eje el reforzamiento de la movilización social en torno de sus propias reivindicaciones. Nuestra propuesta no puede girar en colocar en el centro aquello que la población rechaza. Debemos producir unidad, sin pretender radicalizar el carácter de las acciones por fuera del contexto, ni de la propia posición de los diferentes militantes con los cuales establecemos acuerdos. Es necesario resistir a la tentación de suplantar el movimiento propio de trabajadores, pobladores, estudiantes.
8. Creemos que se hace necesario avanzar en la construcción de una organización política de clase. Sin embargo, no creemos que ello pueda ser el resultado de loables declaraciones. Se necesita avanzar sobre la base de acuerdos prácticos, por limitados que ellos sean. Acuerdos que se orienten a reforzar el movimiento social. Consideramos que nadie tiene la potestad del acervo comunista, ya que ello pertenece a todos los que se comprometen teórica y prácticamente para ayudar a la organización y movilización de las masas populares. A todos los que luchan por la emancipación de los trabajadores.
9. El Boletín DEBATE, impulsado por el Comité de Coordinación, es para desarrollar la más amplia discusión entre todos los que están en la búsqueda de dar pasos en la construcción de una organización política independiente de los trabajadores. La historia de la clase trabajadora se ha desarrollado durante casi dos siglos. Han surgido de ella corrientes y sensibilidades que tienen todas sus particularidades propias. Esta organización, que es necesario construir, debe estar abierta a todas las corrientes auténticas de la clase trabajadora, en la diversidad de sus referencias, en tanto que los principios de independencia de clase que la funden sean compartidos por todos. Invitamos a esta tarea, que no es ni será fácil, considerando que es necesario reconstruir paso a paso las bases de principios de una organización política.
Comité de Coordinación Cultura Comunista






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