lunes, 31 de enero de 2011

« Fuerzas Armadas señaladas por corrupciónValparaíso: Gasvalpo y Chilquinta se niegan a indemnizar a damnificados por explosión de calle Serrano »Un poco de Ramona Parra para la memoria

Dentro de algunas de las cosas que generalmente me llama la atención son los murales, o variados tipos de expresión urbana, y lo segundo, son los nombres de mujeres puestas a organizaciones, el gesto me encanta por sus variados elementos involucrados, por esas historias no consideradas por quienes contruyen relatos de lo que consideran que tiene algún valor, en una sociedad patriarcal las figuras masculinas siempre son rescatadas o recordadas de alguna manera, sean del sector que sean, lo femenino ha pasado a segundo plano, o en muchos casos  claramente olvidado.

Esto va con cariño a la Brigada Ramona Parra, y a los artistas en general, por que es en el arte donde se vivencia las dimensiones masculinas y femeninas integradas, dimensiones presentes en todo lo vivo.


Un recordatorio de Ramona Parra asesinada un 28 de enero de 1946

Ramona Parra, nació el 28 de mayo de 1926. No se casó ni tuvo hijos. Su madre fue Aurelia Alarcón. En esos tiempos se estilaba que las mujeres se “mejoraran” en la casa, así es que el padre había contratado los servicios de una partera.


Esa noche, cuando doña Aurelia (madre de Ramona) empezó a sentir los dolores, su marido partió a buscar a la matrona. Estaba lloviendo. La calle era un barrial. La partera se negó. Desesperado el padre volvió a la casa y mandó a un tío a buscar un taxi. Nació la niña, el auto no llegaba. Doña Aurelia se desangraba. Ya como último recurso, el padre hizo una manda a San Ramón.

Le pondré Ramona a la niña, si llega el auto antes que la llama alcance esta marca –prometió haciendo una cruz en la vela que le prendió al santo. El auto apareció en el preciso instante en que el fuego llegaba a la marca. Por fin partieron, pero a la mitad del camino al taxi se le reventó un neumático. “Siga así no más –gritó el angustiado padre–, yo le pagaré todos los daños. Mi mujer necesita urgentemente atención médica”. Alcanzaron a llegar al hospital y doña Aurelia se repuso. (Reportaje de Claudia Lanzarotti en la revista Ramona, el martes 19 de febrero de 1972, Año I, N° 18) Fallece el 28 de enero de 1946, en el último año del gobierno de Juan  Antonio Ríos, la CTCH (Confederación de Trabajadores de Chile) convocó a un mitin en la Plaza Bulnes, a las 19 horas.

El gobierno estaba en manos de Alfredo Duhalde, terrateniente radical, por enfermedad del Presidente. Osvaldo de Castro, amo de la Cosatan (Compañía Salitrera de Tarapacá y Antofagasta), entraba a La Moneda como a su casa. Después de cada visita salían de la casa presidencial nuevas medidas represivas contra los obreros del salitre. El 17 de enero, en un campamento de la Oficina Mapocho, cuando las mujeres llegaron a la pulpería a comprar los alimentos acostumbrados se encontraron con una novedad: todo era más caro. La Compañía, provocativamente, estaba violando el acuerdo con el sindicato de vender los alimentos a un precio convenido. Las mujeres y los obreros decidieron por lo tanto no comprar.


El sindicato apoyó los reclamos y pidió una explicación a la Compañía. La Cosatan, sin embargo, no explicó nada, mantuvo los precios y expulsó a varios de los que protestaban. Todos los obreros de las oficinas Mapocho y Humberstone pararon en solidaridad con el campamento afectado. El 22 de enero el gobierno quitó la personalidad jurídica a los sindicatos en conflicto. Esta torpeza, que borraba de un plumazo las conquistas sociales obtenidas después de decenas de años , de lucha y sangre, levantó a Chile entero. Ese fue el motivo por el que se convocó la concentración, donde Ramona Parra Alarcón, de 19 años, encontraría la muerte, asesinada por la policía (Reportaje citado). A las siete de la tarde la Plaza Bulnes estaba totalmente repleta por una muchedumbre de una 20 mil personas. El lugar autorizado por la Intendencia de Santiago se hizo estrecho (detrás del monumento a Bulnes). La gente empezó a pechar por ocupar el espacio ubicado delante del monumento, pero carabineros no aceptó.

El diputado comunista se acercó a carabineros para solicitar autorización y realizar el mitin delante del monumento. La respuesta fue un sablazo en su cabeza. Empezó el enfrentamiento con carabineros por unos cinco minutos. Luego un oficial dio la orden de disparar. Iris Figueroa quien fuera regidora por el Partido Comunista y que se encontraba frente al Ministerio de Defensa y al lado de Ramona señala: “Ella levantó la cabeza no se paró en el pasto, y empezó a gritar: – Asesinos… tales por cuales … nos matarán a nosotros, pedro vendrán muchos detrás… – Y después veo que le llega una bala. Lo que no recuerdo si en el ojo derecho o izquierdo, pero se lo voló así para afuera un poco. Esas fueron las últimas palabras de Ramona.”Junto a Ramona, en la Plaza Bulnes, cayeron otras 26 personas, pero oficialmente se informó de sólo 6 muertos. Ramona hizo sus primeros estudios en las Monjas Carmelitas y sintió vocación por lo hábitos.

La madre superiora le puso como condición para entrar al noviciado que primero debía estudiar en un colegio mixto, pololear, ir a fiestas y si después de esas experiencias seguía “sintiendo el llamado de Dios” que regresara. Luego ingresó al Instituto Superior de Comercio para estudiar Contabilidad. En 1945 entró a trabajar en Recalcine y continuó los estudios en cursos vespertinos. No alcanzó a titularse. El 15 de enero de 1944, Ramona, ingresó formalmente a las Juventudes Comunistas, junto a sus dos hermanas: Flor y Olga. Quienes conocieron a Ramona la describen como una muchacha hermosa, dulce, tierna, agradable, buena amiga, buena compañera. Inquieta y audaz en el cumplimiento de las tareas, brava en la lucha contra el fascismo, de una valentía extraordinaria expresión de su amor por los más humildes y sus ansias de justicia social. Fueron de su agrado las actividades propias de los jóvenes (las fiestas, el baile). Rebelde por naturaleza, en las Juventudes Comunistas trabajó en la Comisión de Propaganda de modo activo. Al ingresar a trabajar en Recalcine su interés fundamental era estar en la actividad con los trabajadores, en el sindicato.

En vida no dejó obras que se pudieran señalar como no sea su lucha por la justicia social, pero a su muerte, en la década del 60 surgen las Brigadas Muralistas “Ramona Parra” en su homenaje y que han dejado un legado imperecedero de murales a lo largo de todo el país. Conocido es el aporte hecho a la cultura durante la campaña de Salvador Allende en 1970 y su gobierno interrumpido por el golpe militar del 11 de septiembre de 1973. La actividad de las Brigadas Muralistas ha trascendido nuestras fronteras, han expuesto su arte en varios países del mundo, incluido París, Francia. Siendo muy joven Ramona Parra abrazó la causa de la justicia social, la causa de la transformación de la sociedad por una más justa y libre y al adquirir ese compromiso lo hace con una entrega total. Su hermana Olga la recuerda diciendo: “Quizá algún día me case. Pero por el momento tomé ya un compromiso”.

Esa entrega y decisión la expresó en cada actividad juvenil en la que participó y en el sindicato, junto a los trabajadores del Sindicato de Recalcine junto a los cuales trabajó. Ramona está presente en el Mural de Mopocho (destruido por la dictadura), en cada muro rayado con consignas de la Jota, a la vuelta de cada esquina, en todo lugar por donde haya pasado la BRP, y en cada actividad de la juventud chilena.



Fuente sobre Ramona Parra extraida de la muralla.cl http://www.lamuralla.cl/

Fotografía: El homenaje de la BRP a Gladys Marín/ humanoide.bitacoras.com

Comino

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