miércoles, 24 de agosto de 2011

Articulo de Arturo Lozza: "UNASUR, San Martín y el Plan Continenta​l

Volanta: UNASUR, el general José de San Martín y el Plan Continental

Título: Es la hora del reencuentro
Bajada: Vivimosun tiempo donde nos reencontramos con las estratégias que impulsaron las guerras de la independencia. San Martín, Bolivar, Monteagudo y Belgrano  nos convocan a la UNASUR.
Por Arturo M. Lozza

A más de ciento sesenta años de la muerte del general José de San Martín vivimos un proceso latinoamericanista que nos reencuentra con las ideas básicas sanmartinianas de la gran nación suramericana que la “historia oficial” de tantos años se ha ocupado de ocultar, disminuir o tergiversar.
La guerra por la independencia no fue librada por San Martín y los más destacados revolucionarios de entonces pensando únicamente en las Provincias Unidas del Río de La Plata, sino con una visión continental, la visión de la Patria Grande. Fue con esa bandera que se organizó el cruce de los Andes, las batallas de Chile y Perú.
También esa era la visión de los más importantes generales de la liberación, San Martín y Bolivar, cuando se encontraron en Guayaquil. Lejos de lo que los clásicos historiadores liberales sugirieron, entre ambos había una mutua admiración, comunidad de ideas y estrategias centrales, y a tal punto era así que San Martín poseía un retrato de Bolivar que solía exhibir en sus moradas.
No eran solo San Martín y Bolivar. La propuesta de Manuel Belgrano –y también de la Logia Lautaro- de instalar un rey inca en la región tenía como cimiento estratégico la idea de la nación continental que la Revolución de Mayo en 1810 había impulsado en el Plan Revolucionario de Mariano Moreno. La marcha de Juán José Castelli al Norte llevaba esa impronta, la tenía igualmente la Revolución de octubre de 1812 que depuso al Primer Triunvirato. Con anterioridad, la Revolución del 25 de mayo de 1808 en Chuquisaca contenía asimismo la idea de una unidad suramericana en la voz de uno de sus principales protagonistas: el apasionado revolucionario jacobino Bernardo de Monteagudo, quien había nacido en Tucumán en el año de la Revolución Francesa, 1789, y que fuera asesinado en 1828, en Lima, luego de ser uno de los organizadores, encargado por Bolivar, del Congreso Anfictionico que se iba a realizar en Panamá para conformar esa soñada unidad continental y que fracasó por la acción mancomunada de los resabios del colonialismo español, la oligarquía terrateniente, los grandes comerciantes ligados al comercio internacional y ciertos intereses localistas, quienes de hecho coincidíeron con los intereses de Estados Unidos -la naciente potencia de la Doctrina Monroe (la que anunciaba que América latina era su patio trasero), y con los del imperio británico que terminaron imponiendo la fragmentación y hasta la guerra entre pueblos hermanos latinoamericanos para quedarse ellos con el monopolio del comercio y el dominio de los recursos naturales.
Son muchas las cartas del general San Martín instando a terminar con las luchas internas, desgastantes, e implorando por la unión de todos para terminar con el enemigo fundamental, el colonialismo maturrango, idea esta que puso de manifiesto hasta en los tiempos finales de su vida, desde el exilio en Francia, cuando envió su espada a Juan Manuel de Rosas como repudio al bloqueo franco-británico a Buenos Aires (batalla de Vuelta de Obligado), que fue un gesto que aquella “historia oficial” le quitó su contenido esencial, antiimperialista, y que trató de explicarlo argumentando un supuesto “San Martín desinformado” que lo llevó a cometer “un error”. ¿Cuál fue la esencia de la acción conjunta de San Martín, Güemes y O´Higgins? El Plan Continental que tenía en Monteagudo a uno de sus más relevantes teóricos. Ese plan tuvo un contenido de unidad suramericana. No por mera casualidad Monteagudo fue el auditor que acompañó al Ejército de los Andes, el que redactó la independencia que en territorio de Chile leyó O´Higgins, y el que fuera designado nada menos que Ministro de Guerra del primer gobierno de San Martín en Perú.
Pero aquellas acciones por la unidad suramericana no pudieron cristalizar por las peleas intestinas, las conspiraciones y crímenes que impulsó principalmente el imperio británico, las prácticas golpistas, el poder terrateniente, la penetración del imperio británico, luego llegarían los períodos de dominación yanqui, las repúbliquetas bananeras, el genocidio contra el indio, las dictaduras militares, invasiones yanquis, el vaciamiento de la Revolución Mexicana, el Guatemalazo, el asesinato de Sandino, la nueva serie de dictaduras genocidas y el Plan Condor, el FMI, las concepciones neoliberales…
Cuba fue la primera estrella de liberación en esta América latina sojuzgada, Brilla allí, bloqueada, envuelta en mil problemas, pero presente siempre, después llegó la Revolución Bolivariana en Venezuela y el FSLN en Nicaragua, nuevos aires soplan en Brasil, Ecuador, Bolivia, Argentina, y por fin el nacimiento de la UNASUR y el comienzo del reencuentro con el Libertador y sus ideales de unidad suramericana impulsadas ahora por esa necesidad de una defensa en común suramericana frente a los intentos de Europa y Estados Unidos de propagar a nuestros territorios la profunda crisis del capitalismo que están viviendo.
En los años del Bicentenario, con hechos, América latina está bajando a los Libertadores de los pedestales y los pueblos son llamados a continuar el Plan Continental. Vuelve a flamear un espíritu de solidaridad. Estamos en los comienzos de la nueva era, recién en los comienzos y aun con muchas contradicciones, con el enemigo que todavía sigue metido en las entrañas de nuestros territorios, pero estamos, estamos volviendo a tener un Plan Continental, y ese Plan seguirá latiendo como en aquellos años de los inicios en la medida que haya más unidad y profundicemos los cambios. Hacia ese objetivo nos convoca San Martín.

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