lunes, 24 de enero de 2011

Colombia: Gotas homeopáticas: Hipocresía de la llamada comunidad internacional

Anncol

El pueblo siempre puede

La llamada comunidad internacional ha sido noticia en los últimos días, son hechos, aparentemente “lejanos” a nuestra realidad, pero no es así, de ahí las comillas. La tierra es una sola, y en todo el orbe se debe extender la lucha contra el capitalismo y su expresión máxima, el imperialismo. Esta lucha tiene como objetivo, primero la derrota nacional de las oligarquías cipayas, y en su segundo momento la oligarquía internacional. No es una primero y la otra después, tiene el mismo nivel de temporalidad e historicidad.


En esa lucha, la construcción de correlación de fuerzas es un imperativo, la discusión está planteada sobre el cómo: Lucha de masas, resistencia armada, lucha institucional, insurrección, huelga general, revuelta popular, es decir una o todas las anteriores. Cualquiera que sea el camino, según el contexto dado y la correlación de fuerzas en un momento dado, no existen formulas mágicas, el pasado y el presente pasan factura para exigir rigor, análisis concreto de la realidad concreta, unidad y lucha.

La historia nos ha dejado enseñanzas varias, entre ellas, que un pueblo indignado y sin miedo, dispuesto al todo o nada, es simplemente invencible. Cuando el pueblo toma la decisión de romper las cadenas, no hay nada que lo detenga y ahí, hasta la naturaleza tiembla, como tembló ante la resistencia del pueblo tunecino.

France ; il faut que l’ambassadeur français arrêt de dire des conneries.

« Il faut que l’ambassadeur français à Bogota arrêt de dire des conneries ». Un conocedor medio de la historia europea, sabe que Francia, es uno de los países padres de la guerra sucia contrainsurgente. Primero en gran parte del África, la guerra sucia de Argelia, está aún presente en la memoria reciente, su participación en el genocidio Ruandés, desde el 2002 tiene ocupada y partida en dos a Costa de Marfil, apoyando al candidato de “la comunidad internacional” Alassane Ouattara, exdirector del FMI para el África, y la última perla de los franceses es el apoyo para regresar a Haití, al exdictador Jean-Claude Duvalier, el terrible “Baby Doc” quien masacro al pueblo Haitiano con sus fuerzas paramilitares.

Hasta el último día de sus 23 años largos en el poder, Ben Alí el recién depuesto dictador de Túnez contó con el apoyo incondicional de sus hermanos franceses como los llamó coloquialmente, el dictador tunecino. Hasta el mismo día, de la victoria del pueblo tunecino en las calles, la internacional socialista de la socialdemocracia, apoyo al dictador. Sólo un día después de depuesto el dictador, hipócritamente fue expulsado de la internacional socialista. Es decir, durante 23 años este aparato socialdemócrata no se entero, que Ben Alí era un dictador, uno de los mimados de los franceses.

Le recordamos todos estos hechos al embajador francés en Colombia, para que no venga a darnos lecciones de cómo entender y cómo leer la historia actual de la república paramilitar de América Latina. No nos extraña, que para preparar la visita de Santos a Francia entre el 24-28 de enero, el embajador se haga entrevistar para darle un besito diplomático al continuador de la política uribista.

El comité internacional de cruz roja

Con profundo pesar, hemos tenido dos malas noticias sobre la deplorable situación de los presos políticos colombianos, en las mazmorras del régimen. El 12 de enero el insurgente Jose Albeiro Manjarrez murió bajo la desidia criminal y la bajeza del régimen, quien tuvo la desfachatez de sepultarlo como NN sabiendo cómo y pudiendo contactar a su familia, y con sólo unos pocos días de diferencia, el viernes 21 enero 2011, los compañeros de reclusión han encontrado sin vida, al compañero Leandro Salcedo Z, en la prisión la Tramacua de Valledupar. Mientras eso pasa, en Colombia, en los EEUU los insurgentes extraditados resisten con moral revolucionaria el tratamiento inhumano que reciben de la justicia imperialista.

Nos preguntamos frente a esta horrible situación, que hace el comité internacional de la cruz roja, quien tiene, entre las funciones de su mandato velar por las condiciones de detención de los prisioneros de guerra en todo el mundo. En vez que acompañar a la revista SEMANA a realizar reportajes de pacotilla en zonas de conflicto, el comité debería darle un informe al mundo de cómo están los prisionero políticos colombianos, en las cárceles gringas y en las cárceles colombianas.

Silencio cómplice
La mal llamada comunidad internacional le ha dado la espalda al conflicto colombiano, parece ser, que lo único que tenemos de atractivo son las materias primas, (nuestros recursos mineros, entre otros). Así como han soportado todo tipo de tiranías y dictaduras siempre y cuando, éstas sean funcionales a sus intereses estratégicos, los europeos por ejemplo comienzan de la misma manera a mimar al gobierno de Santos, como si las cosas hoy fueran distintas.

Los países europeos deben tener claro, que si la oligarquía colombiana les ofrece seguridad jurídica, es decir, que nunca les serán expropiadas o nacionalizadas sus empresas multinacionales, esa seguridad es relativa, porque mientras los colombianos sigamos viviendo el terrorismo de estado, y mientras haya conflicto armado, sus inversiones siempre tendrán peligro latente. No puede haber paz en el mercado e intercambio comercial, mientras el pueblo colombiano siga viviendo bajo la batuta de una oligarquía mafiosa y bajo un modelo económico contrario a los intereses de la clase trabajadora.





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