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“Las menores son “raptadas” de sus pueblos luego de lo cual desaparecen por dos o tres días, e incluso a veces ya no regresan”, denunció el presidente de la Organización Nacional de Indígenas de Colombia (ONIC), Luis Evelis Andrade.
Evelis indicó que la explotación sexual de menores se viene registrando en varias zonas del país, pero dicha actividad se acentúa en el departamento sureño de Guaviare.
La Fiscalía General de la Nación anunció hoy que estudiará la denuncia presentada por la organización indígena y que espera recibir las pruebas y testimonios para determinar si se abre una investigación en contra de militares y otras personas señaladas de raptar niños y llevarlos al mercado negro para fines laborales y sexuales.
Por su parte, el investigador de la ONIC, Jesús Flores, coincidió con Andrade al puntualizar que la “caza” de las menores para obligarlas a ejercer el meretricio ha originado la desaparición de varias niñas.
“Es una caza para la utilización de niñas (…) Se las llevan, las traen y muchas veces no aparecen más, son de doce, trece y catorce años”, comentó.
El representante indígena pidió al gobierno de Colombia que dé mayor atención a las comunidades que sufren de pobreza y “que son invadidas por actores del conflicto armado o por civiles que afectan su convivencia cultural”.
Servindi
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