domingo, 2 de enero de 2011

Uruguay: Víctor Bachetta investigó el asesinato de Arbelio Ramírez, dijo un periodista que accedió a documentos inéditos.

"No podían permitir que el acto del 'Che' terminara de manera pacífica"

El periodista Víctor Bachetta investigó el asesinato de Arbelio Ramírez luego de que el "Che" pronunciara su famoso discurso en el Paraninfo. Sostiene que algunos grupos ­entre los que se encuentran radios y diarios­ fueron responsables de un acto en el cual hubo una víctima involuntaria. Luis Ramírez, su hijo, contó que siguió a ese crimen.


Aldo Roque Difilippo- Mercedes La República

Bachetta. Presentó su investigación sobre Arbelio Ramírez en su ciudad natal, Dolores.

Ernesto "Che" Guevara. Dio un recordado discurso en el Paraninfo; seis minutos después de salir, mataron a Arbelio Ramírez.


En la ciudad de Dolores fue presentado el libro "El asesinato de Arbelio Ramírez, la República a la deriva", una investigación del periodista Víctor Bachetta.

Bachetta presentó este libro en la ciudad natal de Ramírez, quien fuera asesinado en agosto de 1961, en un hecho todavía confuso, luego de que Ernesto "Che" Guevara pronunció un discurso en el Paraninfo de la Universidad.

El crimen permanece impune pero se ha generado una serie de conjeturas. En diálogo con LA REPUBLICA, Bachetta comentó parte de esta investigación, que reúne por primera vez el expediente judicial y policial y documentación del Archivo Nacional de Estados Unidos.

En nuestro país el hecho generó incluso un juicio contra un medio de prensa en la década del 90, y el tema aún hoy, a casi 50 años de ocurrido, reaparece constantemente como un ejemplo del preámbulo de la escalada de violencia que vivió nuestro país en la década del 70.

La investigación

¿Con qué expectativas arrancaste a hacer esta investigación sobre el asesinato de Arbelio Ramírez?

Esta es una cosa que se arrastra desde el mismo día en que esto ocurrió, porque yo estaba en el acto (en el Paraninfo de la Universidad) y me enteré de lo que había pasado al otro día. Salí para otro lado, entonces no conocí los incidentes en ese momento.


Resulta que mis padres eran amigos de Arbelio y de la familia, entonces eso me impactó mucho. Con el pasar de los años ese fue un hecho que siempre se recordó. Fue un hito al señalárselo como el comienzo de la violencia política en el país. En ese momento no había organizaciones armadas de izquierda, pero había unos grupos a los que llamábamos fascistas: el más conocidos era el MEDL (Movimiento Estudiantil por la Defensa de la Libertad), que fue el que, en octubre de 1960, antes de esto protagonizó una tentativa de asalto armado a la Universidad. Había otro grupo llamado Alerta.

En ese momento yo entré a la Universidad e inmediatamente después empecé a militar en la Federación de Estudiantes. Nosotros le llamábamos grupos fascistas y es el comienzo de la campaña anticomunista. Había ocurrido la Revolución cubana en 1959, en abril de 1961 había sido la invasión a Playa Girón; entonces Estados Unidos empieza a desatar una ofensiva anticomunista contra la Revolución cubana, en un momento en que a su vez en el país había una crisis económica importante, desencadenada después del fin de la Guerra de Corea. Por eso había un aumento de las protestas sociales.

¿Qué elementos pudiste reunir?

Lo que me decidió a publicar el libro es que pude acceder a documentación que nunca se había conocido, como la investigación policial que hizo el Servicio de Inteligencia y Enlace. No se sabía si había habido investigación judicial, y la hubo; y también encontré el expediente judicial. Y a su vez, por todas las relaciones de este hecho con Cuba y con Estados Unidos, pensaba que en el archivo Nacional de Estados Unidos tenía que haber documentación relacionada con este caso. Fui hasta allá y también encontré documentación en el archivo de Washington, documentos relacionados con esto. Con esos tres elementos me decidí a hacer una cosa que no fuera una nueva versión, porque además las versiones de este hecho se fueron deformando a lo largo de la historia. Más recientemente, en los últimos años, empezaron a salir algunas que decían que a Ramírez lo habían matado los comunistas. Sobre todo esa historia empezó cuando se supo que acá había estado una española trabajando para el KGB.


La mujer de Felisberto Hernández.

­Sí, que fue amiga de la familia Ramírez, como de muchas otras personas. Salió un libro de Raúl Vallarino con la versión de que a Arbelio Ramírez lo había matado el KGB.

Entonces, por un lado, cansado de la deformación que a lo largo de los años se iba produciendo del hecho, y con la posibilidad de acceder a documentación sobre lo que se había investigado, con las evidencias que había armé el libro

­¿Entonces el intento de asesinato del "Che" Guevara no fue un acto aislado de tres o cuatro trasnochados que dijeron 'vamos a matarlo'?

No, de ninguna manera. Pero además esta es una de las cosas que hay que aclarar: yo no puedo decir que no hubo intención de atentar contra el Che cuando estuvo en Uruguay. Concretamente, desde el punto de vista de los hechos, cuando ocurre el tiroteo en el que cae Ramírez, frente al IAVA, el auto del Che ya no estaba ahí. Pasó por ahí y cinco o seis minutos después se produce el tiroteo.


Mi principal hipótesis es que había grupos que estaban actuando y que estaban siendo alentados desde la Radio Rural por Chicotazo, desde los diarios El País y El Día, que eran los que llevaban la campaña anticomunista y contra el movimiento popular. Habían dicho de todo, como que el "Che" era un asesino. Incluso Nardone y César Batlle plantearon en el Consejo de Gobierno la expulsión del "Che". Cuando él y la delegación cubana estaban aquí por la Conferencia de Punta del Este, ellos plantearon que Uruguay tenía que expulsarlo.

Y el acto en la Universidad se desarrolló de forma totalmente normal. Terminó, la gente se empezó a dispersar y el "Che" se fue. Ahora lo que digo es que si ese acto terminaba de manera pacífica, era una réplica a toda la campaña que estaban haciendo de que el "Che" y Cuba eran los estímulos para el desarrollo de la violencia.

Entonces hay evidencia en la investigación policial y judicial de que uno de estos grupos estuvo durante todo el acto hasta el final e incluso fue armado. Mi hipótesis principal es que ellos no podían permitir que ese acto terminara de manera pacífica. Tenían que armar un incidente, que fue lo que provocó la represión policial. Después del tiroteo hay una represión policial violenta que nadie se esperaba, pero el pretexto para justificarla fue ese incidente. Allí cae Ramírez. Yo no creo que hayan querido matarlo directamente a él.

¿Pudiste determinar quién apretó el gatillo?

No exactamente, porque no tengo capacidad de detective o de investigador policial. Para eso hay que tener poderes de indagación que un periodista no tiene. Pero sí encontré en la investigación policial evidencias y nombres de más de una persona que estuvo armada en ese momento y es evidente en la lectura de la investigación policial y judicial que la decisión oficial fue enterrar eso. Las evidencias que había, y que podrían haber llegado a los responsables, se ocultaron y se enterraron

¿Hubo algunos personajes de Mercedes?

Hay una historia que está relacionada con Raúl Maglione Garibaldi (secretario general de Educación Secundaria durante el gobierno del Dr. Luis A. Lacalle). Hubo versiones de que Maglione, y algún otro también, de Dolores, podrían haber sido los responsables de ese crimen. Para mi sorpresa, en la investigación policial Raúl Maglione aparece indagado, es interrogado y además le allanan la casa, porque en ese momento estaba residiendo en Montevideo. Lo hacen supuestamente en busca de un arma que no encuentran, y a las pocas horas Maglione es liberado. Mi tesis es que esto, de parte de la Policía, fue más bien un blanqueo. Ellos dicen que detuvieron a Maglione porque recibieron una comunicación telefónica anónima, diciendo que era el responsable del crimen. Es rarísimo que la Policía, por una denuncia anónima, haga una indagación como la que le hacen a Maglione. Y en esa investigación hay otros elementos similares.


Por ejemplo hay un agente del MEDL detenido en averiguaciones cuando hacen el allanamiento al local de esa organización que estaba ahí, a la vuelta del IAVA. Un allanamiento anunciado, porque lo hacen a la tarde del día siguiente: la gente que estaba en ese momento en el local sabía que iba a ir la Policía. Esas personas son detenidas, ninguna tuvo nada que ver y son liberadas. Para mí son indagaciones de blanqueo para desviar la atención de quienes eran directamente responsables.

Lo de Maglione se inscribe en lo mismo. Esa versión de las implicancias de Maglione se ha mantenido incluso hasta hoy, pero nunca se ha podido aportar prueba. Incluso originó, en 1992, un proceso en la Justicia penal entre Brecha y Maglione. Porque salió en Brecha un artículo que decía que él era el dueño del arma con la que se había matado a Ramírez. Maglione le hizo un juicio a Brecha y el semanario, invocando el secreto profesional, no pudo dar evidencias de pruebas de esa afirmación. Incluso la decisión judicial fue de condena con prisión para el periodista de Brecha que firmó esa nota.

Maglione era el secretario general de la CEI (Confederación de Estudiantes del Interior), una organización organizada para competir con la FEI (Federación de Estudiantes del Interior), que era un poco como la filial de la FEUU (Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay), la más izquierdista y comunista. Maglione militaba en la derecha anticomunista. Pero de ahí a afirmar lo otro, para eso hay que tener pruebas.

"Yo no entendía nada"

Luis Ramírez, hijo menor de Arbelio Ramírez, presente en el lanzamiento de este libro, contó, desde la perspectiva de un adolescente de 13 años, la dramática situación que le tocó vivir tras el asesinato de su padre. A casi 50 años de aquellos convulsionados hecho, Luis Ramírez continúa emocionándose y hasta cuestionándose como aquel adolescente, sin encontrar respuestas.

Definió a su padre como "un tipo sereno, tranquilo, razonador, tirando a manso". "Yo oía hablar de la Revolución cubana y eso, había conocido a Felisberto Hernández en mi casa, adonde fue con la señora, una española muy simpática que después de que se separó de Felisberto Hernández siguió la amistad. Era 'Patria', la espía del KGB, con la cual hicimos una corriente de cariño muy linda, a tal punto que yo la adopté como madrina y ella me adoptó como ahijado. Entonces viví años en relación con ella, una persona excepcional, hasta el año 67, en que se fue. Aquel 17 de agosto yo tenía 13 años y me había dado por correr en bicicleta. Estaba en la bicicletería enfrente a mi casa. Pasa mi madre a buscarme como a las diez y pico de la noche. Vivíamos en un primer piso y había un tipo parado en la puerta. Un señor que dijo: 'Trabajo en la empresa fúnebre y tendrían que ir al Maciel, porque parece que falleció el señor Arbelio Ramírez.' Nadie entendía nada", recordó Luis.

Acotó que su madre se comunicó telefónicamente con su tía "y en ese ínterin empieza a caer gente; y yo no entendía nada de lo que pasaba. No sé si estaba 'shockeado', o huía de la realidad, pero no entendía lo que pasaba. Venían policías. Entraba y salía gente a la casa. Mi tía fue al Hospital Maciel y lo reconoció (a Arbelio Ramírez). Me acuerdo de que se trajo el sobretodo manchado de sangre. Después nunca apareció en el informe policial. Cuando viene una citación de Jefatura, pidiendo que alguien de la familia fuera a retirar los objetos personales de Arbelio Ramírez, mi vieja estaba hecha pelota, no podía ir. Mi hermano, que tenía dos años más que yo, no había aparecido. Mi tía estaba bancando a la vieja, y me piden que vaya yo, acompañado por un médico psiquiatra amigo, Jorge Galeano. Me lleva hasta Jefatura, y esto comienza a marcar un poco cómo empezaban a ser las cosas. Me llevan al despacho del coronel Mario Aguerrondo, que era el jefe de Policía, y el tipo, junto con otros dos policías, me empieza a interrogar y a apurarme. Por qué Arbelio Ramírez estaba grabando ese discurso. A qué partido político pertenecía. Yo no entendía nada. Hasta que el Dr. Galeano les dice: 'Paren un poquito, es un chiquilín; le acaban de matar al padre, no tiene idea. Si le van a devolver algo, dénselo; si no, déjenlo ir. Qué va a saber qué pensaba, con quién se reunía". Ahí me dieron el grabador, un reloj, un llavero y unas cositas más que tenía en el bolsillo. Después, viendo el informe policial, no podía entender por qué decían que los efectos personales estaban en la (Seccional) 1ª, porque él estaba en el Maciel y a mí me dan las cosas en la Jefatura. Yo, con 13 años, no podía entender eso, como no podía entender, cuando llegué a mi casa, que entraban policías, que venían políticos. Fue una mañana de caos hasta que agarran el cajón y lo llevan para la Universidad a velarlo en el atrio. Ahí estaba con mi vieja y se armó un revuelo bárbaro con alguien que venía a escupir el cajón. Una mujer, creo que era. Yo entendía cada vez menos. Pero de lo que sí me acuerdo es que se acercó un tipo y me dijo: 'Yo era la persona que iba más cerca de tu viejo, como 15 metros atrás".

"Después llevaron el cajón al Cementerio Central y yo no entendía por qué tanta gente. ¿Qué tenían que ver, si era mi viejo nada más? ­rememoró­. Ahí empezaron las idas y venidas, las preguntas, y tampoco pude entender por qué un día unos de APAL (Asociación de Padres y Amigos del Liceo) estaban hablando en contra de él. Yo les dije que eran unos asesinos, unos hijos de puta; haría 10 días que habían matado a mi viejo y ahí me amenazaron con armas. Me metí dentro del liceo pero cuando salí me dieron una paliza y me dejaron tirado en la calle. Tampoco pude entender eso, si yo lo único que hice fue insultar a los que mataron a mi viejo. Fueron pasando cosas. Después conseguí protección, porque yo no sabía nada de política. Me afilié a la Juventud Comunista, entonces los del Círculo Rodó me protegían y me acompañaban hasta mi casa, hasta que pasó un año o dos y yo seguía sin entender. Un día me fui de la Juventud Comunista, porque no entendía, porque no estaba de acuerdo: querían que hiciera cosas con las que yo no estaba de acuerdo. Y ya con 15 años, como no era vida en Montevideo, me fui para la Escuela Agraria. Pasaron tres años. Me recibí de perito agrario. Pero hubo otro hecho porque la persecución no empezó por el 70: empezó antes. Resuelta que una vez, cosa de gurises, nos robamos unas gallinas y las comimos, pero al que querían echar era a mí ­a los otros tres no­ porque era una mala influencia. Pasaron los años y de esas cosas ocurrieron muchas. Llegó el año 73, tenía 20 y pico de años y ya habían pasado 12, 14 años en los que no había podido entender el origen de todo esto".

Luis agregó más adelante: "Después, en 1995, me enteré de que una de las mujeres que más había querido, que era María Luisa Las Heras, mi madrina, era espía del KGB, sindicada como una gran asesina. Ahí no pude entender esa confusión del tipo de 40 y pico de años con el gurí de 13. ¿Quiénes eran los buenos y quiénes los malos? ¿Dónde había vivido yo, confundiendo los buenos con los malos?".







































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