sábado, 13 de agosto de 2011

Cantinflas, un grande que habló de los pequeños - Maylin Alonso Chiong

El mundo celebra el centenario de Mario Moreno, el inmortal Cantinflas, que hizo del hablar sin sentido un sello único en su modo de hacer comedia. El escritor cubano Reynaldo González, Premio Nacional de Literatura, comparte algunas virtudes de esta figura imprescindible del cine latinoamericano y mundial.

La comicidad en aquel momento tenía siempre algo de astracán, extraordinario, muy sonado, y Cantinflas logró hacer un cine, un humorismo, particularmente hablado, donde las situaciones son importantes, pero son en sí provocadoras de un diálogo donde él empieza a hablar y no tiene para cuándo acabar, aunque disparetee.
Nosotros tuvimos un presidente al que le llamaban Cantinflas o que cantinfleaba hablando, un presidente republicano que se llamó Ramón Grau San Martín. La Real Academia, gracias a Cantinflas, aceptó la palabra cantinflear o cantinflismo, son palabras provenientes del nombre de Cantinflas, la RAE las aceptó como parte del español, eso significa la importancia que tuvo este hombre en su momento en el cine y su popularidad en los países de lengua hispana fue realmente arrebatadora
.-¿Cuál piensa usted que haya sido el mayor aporte de Cantinflas como personaje al cine latinoamericano?

.-Pienso que haber colocado al pobre, al sobreviviente, al buscavidas en un primer plano. La ironía partía naturalmente de la picaresca española, pero él le daba una connotación en nuestros países de América Latina, logró que nos hiciéramos amigos del pobre en un momento en el que sin embargo, países muy pobres miraban por encima del hombro al de debajo, de manera peyorativa, pues este personaje de Cantinflas nos hizo ver al de abajo como un buscavidas honesto, como un hombre de buenos sentimientos. Lo notas en cada película, siempre hay una causa de una niña enferma, una abuelita que vive sola en una casa de vecindad y este personaje, aun cuando está peor que el otro, sale a buscar la solución y la encuentra. Él es el barrendero, el vendedor de billetes, el policía bueno del barrio. Este hombre lograba mucha comunicación, una comunicación impresionante en el cine, en un momento en el que la única industria nuestra, latinoamericana, que había sobrevivido a los embates de la guerra y había sobrevivido bien, era el cine mexicano.

.-¿Cuál fue su relación con Cuba?

.-Se hicieron muchas películas con México, con nuestras rumberas, nuestros argumentos nacidos en radio-novelas, y el personaje del peladito, del hombre pobrísimo que hace el bien, siempre estuvo presente. Él lo caracteriza simpático, un poco partiendo del Chaplin, a quien le rindió homenaje y así mismo Chaplin a él, pues reconoció que era su par: yo en inglés y tú en español, somos los dueños de este terreno, más o menos fue lo que quiso decir, y Cantinflas penetró en las masas populares.

En Cuba era imprescindible poner a la semana de estrenada, la película de Cantinflas. En todos los cines que querían tener éxito popular había que incluir su repertorio. Yo creo que ha sido un hecho poco comparable con otros. Hubo después aquellos rancheros cantantes, Jorge Negrete y particularmente Pedro Infante, para seguir hablando del mundo mexicano, pero ellos tuvieron que rendirse ante la grandeza de este hombre.
.-Un hombre al que el mundo le rinde honores hoy...

.-Mario Moreno, el actor que hacía Cantinflas, fue un hombre de ascendencia popular en el mundo sindical para defender los derechos de los trabajadores de la esfera.

Hay tantas cosas buenas que recordar de Cantinflas, que venga bien el centenario que estamos celebrando. En cada país de América se está recordando a Cantinflas y he leído varios diarios españoles que le dedican páginas, como se le dedica a los grandes, porque él fue un grande, un grande que habló de los pequeños.
Fuente: CubaSi



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