viernes, 26 de agosto de 2011

“Sos un liberal hijo de puta y por eso te voy a matar”

.Publicado el 25/08/2011 por coberturacomision Argentina
Así fue recibido el médico Carlos Mario Aggio el 23 de julio de 1976 en la sede bahiense de la Policía Federal, según su declaración ante el Tribunal Oral que juzga a 17 represores del V Cuerpo de Ejército.

Aggio -investigador, docente y dirigente desde 1969 en la Universidad Nacional del Sur- relató los avatares que sufrió al ser detenido por efectivos de la Policía Federal y posteriormente en el penal de Villa Floresta.

El terror para Aggio comenzó con el allanamiento de su domicilio del que se llevaron documentación de su trabajo universitario y diversos libros. Recordó que un funcionario policial de apellido Martínez estaba encargado de su detención y que un vecino de la familia fue testigo del procedimiento.
Comentó haber sido maltratado en la sede de la Policía Federal, donde lo dejaron durante varias horas atado a una escalera caracol. Lo acusaban de subversivo y lo golpeaban.
Estuvo entre tres y seis días en un calabozo de la Federal donde sufrió dos interrogatorios antes de ser trasladado a la unidad penitenciaria de Villa Floresta. El primero estuvo a cargo del subcomisario Félix Alais quien le manifestó que si no declaraba “lo iba a matar”. La segunda fue ante el juez Guillermo Federico Madueño. Además Aggio destacó que firmó una declaración bajo la presión de los policías.
El testigo manifestó que fue trasladado a la cárcel de Villa Floresta junto a otros detenidos, muchos de ellos integrantes de la Universidad Nacional del Sur. El día de su llegada el Ejército se encontraba realizando una requisa en el penal, por lo que Aggio fue alojado en un calabozo de castigo.
En el penal, el juez Madueño acompañado de su secretario Hugo Mario Sierra nuevamente le tomó declaración y sobre el final del interrogatorio quiso darle la mano al detenido que se negó mencionando que lo que le estaba pasando no estaba bien y que se estaban violando sus derechos.
El dr. Rodríguez defensor oficial le consultó al testigo si tenía algo que reprocharles a sus defendidos. Esta pregunta fue interrumpida por un apercibimiento del juez José Mario Triputti por “inapropiada”. El ex docente ante la pregunta de uno de los abogados querellantes sobre si recordaba quiénes eran las autoridades del penal, recordó los apellidos de “Selaya, Miraglia y alguien de provincia de apellido Velaustegui”.

Aggio comentó que después de su detención y liberación, logró irse del país a seguir con su profesión en los Estados Unidos. En cuanto a las secuelas que le dejó su paso por la cárcel dijo que “los primeros meses no podía dormir por quienes seguían detenidos, tenía sueños por eso, después fueron atenuándose, pero la cicatriz queda para siempre. No puedo tolerar las puertas que se golpean producto de lo vivido en el penal.”
Fuente: Casapueblos







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