martes, 2 de marzo de 2010

Los chilenos buscan culpables

El paso de las horas desvela una tragedia devastadora y despierta fuertes críticas a la lA un ritmo todavía lento, insuficiente frente a una tragedia tan brusca como devastadora, ayer comenzó a fluir en Chile la ayuda internacional. Mientras, los desolados pobladores de las regiones más afectadas buscan culpables por la falta de prevención, la fragilidad de algunas edificaciones de nueva construcción y la demora de las autoridades tanto en disponer de equipos de rescate como en asistir a los damnificados que siguen a la intemperie desde el sábado.

Según la empresa Eqcat, especializada en evaluaciones para aseguradoras, el desastre costará a Chile el 10% de su Producto Interno Bruto, unos 22.000 millones de euros. Pero el ministro de Hacienda, Andrés Velasco, relativizó los datos y aseguró que el Gobierno tiene ahorros para afrontar la tragedia. «Contamos con recursos y mecanismos legales que nos permiten hacer gastos extraordinarios», tranquilizó.

Aún así, el presidente electo de Chile, Sebastián Piñera, que asume el cargo el día 11 para reemplazar a Michelle Bachelet, ya adelantó que sus planes para los primeros cien días se verán alterados. La realidad que encontró Piñera al recorrer las zonas afectadas fue «peor de lo que esperaba», confesó y el saldo provisional de víctimas fue establecido ayer en 723 muertos por la Oficina Nacional de Emergencias, entre ellos el joven turista de 29 años Miguel Marín, vecino de la localidad catalana de Alella, que falleció al golpearse la cabeza con una roca en la isla de Juan Fernández cuando fue sorprendido por un tsunami. Además, seis ocupantes de una avioneta que viajaban desde Santiago a Concepción para colaborar con los damnificados perdieron la vida ayer al estrellarse el aparato.

El panorama es desolador y se estima que la reconstrucción llevará años. En Concepción, la segunda ciudad chilena en población y muy cercana al epicentro, el caos y la rapiña van dejando paso a la calma, pero las urgencias siguen. Para frenar una ola de saqueos el Ejército se desplegó por sus calles y se declaró el toque de queda y fueron detenidas unas 160 personas.
En algunos edificios nuevos como Los Carrera, de 15 pisos y 80 apartamentos, aún hay personas atrapadas. La estructura colapsó con el terremoto y un centenar de vecinos quedaron bajo los escombros a la espera de equipos de rescate de Santiago que se demoraron su llegada más de un día. «Lamento ser tan dura pero si hubiese sido un nieto o un hijo de las personas que tenían que adoptar la decisión, probablemente se habría tomado con mas rapidez», criticó la alcaldesa, Jacqueline Rysselberghe.

Indignación

Además de Concepción, a medida que se restablecen las comunicaciones se conocen nuevos focos azotados por la tragedia. El balneario de Dichato, un pueblo de pescadores en la región de Bio Bio, quedó destruido casi en un 80% por olas gigantes que siguieron al seísmo. «Estamos a la intemperie, sin ropa de abrigo, sin sanitarios, sin cloro», reclamaba desesperado un vecino.
Ni siquiera saben exactamente cuántos muertos y desaparecidos hay. Hasta ahora aparecieron 17 cadáveres, pero podría haber más. El olor, dicen, es repugnante. «Es terrible lo que nos pasó. Nos había dicho el alcalde que no hacía falta subir a los cerros porque no habría tsunamis, y entonces ¿esto que fue?», se preguntaba indignada otro.
En Dichato toda el área costera, con cabañas, viviendas y restaurantes, se transformó en un gigantesco terraplén de escombros. Algunas casas flotaban ayer en el mar junto a automóviles que parecían embarcaciones encalladas, en tanto los barcos aparecieron en tierra.

La única ayuda que se repartía ayer allí eran alimentos que los propios habitantes consiguieron reunir. La Armada, encargada de advertir sobre los riesgos de tsunami, había descartado ese fenómeno.

La ayuda exterior consistirá en dinero, alimentos, ropa, tiendas y hospitales de campaña, equipos de rescate y comunicación, perros adiestrados para buscar supervivientes, plantas potabilizadoras de agua y recursos humanos, principalmente médicos. La secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, de gira por la región, llegará con equipos de comunicación. Desde distintas latitudes, los principales gobiernos movilizaron ayer recursos para Chile. España, de momento, se limitará al envío de un primer avión con diverso material de emergencia que partió anoche de Torrejón fletado por la Agencia de Cooperación Internacional para el Desarrollo

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