En cada cubano que se caracterice por la modestia, el compromiso revolucionario, la eficiencia y abnegación, se encuentra Celia Sánchez Manduley, la flor más autóctona de la Revolución, que no se marchita en la memoria popular.
Al cumplirse este 11 de enero el aniversario 31 de su deceso, la eterna guerrillera aún permanece en nuestros recuerdos como aquella criatura sensible, que se convirtió en el alma del pueblo de Cuba en los momentos difíciles y de lucha.
Su esencia de luchadora y trabajadora incansable, su modestia y coraje, trascendieron como un ejemplo de inspiración.
El que no sabe quién es festeja sus derrotas y rechaza sus oportunidades
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Hace 3 semanas
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