Honduras: “No se puede bajar la guardia” (entrevista audio)

RADIO NEDERLAND WERELDOMROEP

Escuche la entrevista a Catalina Botero, Relatora Especial para la Libertad de Expresión, CIDH, OEA.
http://www.rnw.nl/espanol/article/honduras-“no-se-puede-bajar-la-guardia”
Por Beatriz Díez Hernando

Rebanadas de Realidad - Radio Nederland, El último organismo que ha hecho sonar la voz de alarma ha sido la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, que hace unos días expresó su preocupación ante los recientes actos de hostigamiento sufridos por varias radios comunitarias en Honduras. La Relatoría sigue de cerca lo que está ocurriendo con los profesionales de la comunicación en el país centroamericano, que despidió el 2010 con el triste balance de diez periodistas asesinados en un año.   Catalina Botero, Relatora para la Libertad de Expresión, dice a Radio Nederland que hasta ahora no se conocen los resultados de las investigaciones de estos crímenes, y lamenta que las autoridades sostengan que ninguno de los asesinatos está relacionado con el ejercicio de la profesión periodística cuando no se han hecho las averiguaciones correspondientes. “De ninguna manera puede sostener públicamente una autoridad ese tipo de cosas sin la prueba de la investigación adecuadamente realizada y lo que tenemos ahora es una situación de impunidad gravísima que tiene atemorizados a los periodistas de Honduras”, señala Botero.


Si bien las autoridades hondureñas han impulsado algunas acciones y han pedido a los gobiernos de España y los Estados Unidos que acompañe las investigaciones, todavía no hay un solo resultado. Botero añade que no hay respuestas claras a los comunicados o informes que publica la Relatoría. “Parecería que el tema no es un tema de preocupación como lo es para el resto de la comunidad internacional, o por lo menos no han enviado la información suficiente para conocer qué es lo que están haciendo”, explica.

Dos de las cosas que ha pedido la Relatoría es el fortalecimiento de la Fiscalía de los derechos humanos y que se desarrollen protocolos especiales de investigación, pero hasta ahora estas peticiones no se han visto atendidas.

Durante la última visita oficial de la CIDH a Honduras, en la que participó la relatora Catalina Botero, autoridades de la policía dijeron que los asesinatos no tenían nada que ver con el ejercicio de la profesión. Sin embargo, organizaciones como el Comité de Protección de Periodistas, Reporteros sin Fronteras o Human Rights Watch denuncian que, si no todos, al menos algunos de los 10 asesinatos están directamente relacionados con la profesión de las víctimas, al tratarse de periodistas opuestos al golpe de Estado del 29 de junio del 2009, que habían sido amenazados y que habían publicado información crítica o sobre temas sensibles en materia de seguridad pública. La Relatoría de la CIDH pide que haya protocolos que obliguen a las autoridades a tener en cuenta esa hipótesis.

Radios comunitarias bajo presión

Ademásde las amenazas sobre periodistas individuales, la Relatoría para la Libertad de Expresión está preocupada por la presión que sufren algunas radios comunitarias de Honduras. De acuerdo con los datos en poder del organismo, el pasado 5 de enero, integrantes del Servicio de Medición Eléctrico de Honduras, SEMEH, habrían ingresado a las oficinas del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras, COPINH, en la ciudad de La Esperanza. Según la información recibida, los integrantes de SEMEH habrían cortado la electricidad, dejando sin posibilidad de transmisión a las radios comunitarias Guarajambala y La Voz Lenca que forman parte de la organización COPINH. En su comunicado, la Relatoría sostiene que la información recibida indica que el objetivo de los representantes de SEMEH era impedir que estas radios pudieran seguir trasmitiendo, como represalia por los contenidos críticos de sus emisiones.


Asimismo, la Relatoría cuenta con información sobre dos periodistas de la radio comunitaria La Voz de Zacate Grande que fueron detenidas mientras hacían su trabajo el pasado 15 de diciembre. Las corresponsales Elia Hernández y Elba Rubio cubrían el desalojo de tierras de una familia en la comunidad de Coyolito en la isla de Zacate Grande cuando al parecer fueron detenidas por miembros de la policía preventiva y la fuerza naval. Según los datos en manos de la Relatoría, a las periodistas se les retiraron las acreditaciones de prensa y sus cámaras, fueron detenidas e incomunicadas durante 36 horas, y se las acusó del delito de desobediencia.

La Relatoría Especial recuerda que el Principio 9 de la Declaración de Principios sobre Libertad de Expresión de la CIDH señala: “El asesinato, secuestro, intimidación, amenaza a los comunicadores sociales, así como la destrucción material de los medios de comunicación, viola los derechos fundamentales de las personas y coarta severamente la libertad de expresión. Es deber de los Estados prevenir e investigar estos hechos, sancionar a sus autores y asegurar a las víctimas una reparación adecuada”.

Declaraciones controvertidas

A pesar de todos estos sucesos, el gobierno hondureño insiste en desligar los asesinatos de periodistas o la presión sobre algunos medios de cualquier acción política. El viceministro de Seguridad de Honduras, Armando Calidonio, declaró hace días que en Honduras “hay exceso de libertad de expresión”. Catalina Botero responde que es un poco extraño que por lo menos las autoridades no sean sensibles a la preocupación de la comunidad internacional. “Decir eso en un país en el cual hay 10 periodistas asesinados es una irresponsabilidad”, subraya.

La Relatoría Especial insta al Estado hondureño a investigar estos hechos y garantizar que ni sus agentes ni particulares realicen actos de hostigamiento contra quienes ejercen su libertad de expresión.

Catalina Botero considera que desde la Relatoría es muy importante ponerle de presente a los estados la preocupación. Si es grave, decírselo con todas las letras. Uno no puede bajar la guardia en ningún momento, dice Botero y añade, “no es una simple coincidencia que las más importantes organizaciones de libertad de expresión en el mundo entero tengan sus ojos en Honduras. Es porque la situación que está viviendo Honduras es realmente preocupante