Dos reflexiones al final de este“annus terribilis”.
1.- Primero, una visión del momento europeo, personal, atrevida, propositiva y sin red.
2.- Y en segundo lugar la traducción de la reciente Declaración del PIE sobre la Cumbre europea de 17 de diciembre: Statement of the Presidency of the Party of the European Left on the occasion of the EU Summit
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1.- El Congreso del PIE en París de 4-5 de diciembre ha supuesto, a mi entender, un punto de inflexión y el inicio de nueva etapa que es necesario valorar en todo su contenido, y ante la preocupante escasez de alternativas reales a escala europea, a no ser y como mucho, formas de elemental resistencia. Coordinaciones de defensa, y aun así escasas y débiles, si se considera la gravedad del momento económico, social y político en que está inmerso el proyecto europeo, dentro del ámbito mundial.
Hoy cabe preguntarse sobre la validez, la oportunidad y la viabilidad misma de un proyecto europeo. Nadie puede, ahora ya, sentenciar las bondades del diseño de la Europa ultra neoliberal, de sus directivas y tratados, ni en concreto de la Estrategia y del Tratado de Lisboa. Esta formulación mercantil y de pura formalidad economicista hace aguas por todas partes, y la brutal macro- crisis actual omnipresente se extiende en todo el territorio de la U.E. Pero se ceba en algunos países, eslabones frágiles de la cadena y pasto de especuladores y de enormes beneficios de los grandes trusts bancarios y agentes financieros. En las fronteras físico- políticas de la U.E.,por el este, los estragos de la crisis repercuten con especial crudeza y cuestionan cualquier salida socialmente soportable imponiendo regresiones civilizatorias que casi nadie se atrevía a evocar
Dentro de la Unión aparecen fuertes voces críticas y que sugieren ya la posibilidad de replantearse el espacio Euro y la propia moneda europea, si acaso no caben modificaciones de base para la política ejercida manu militari neoliberal por el Banco Central Europeo. La crisis se ha hecho literalmente insostenible e insoportable en lo social en países como Grecia, España, Portugal, Irlanda, y la lista de afectados sigue abierta y creciendo.
Hoy en día, luchar por el conocido “estado del bienestar” o por como resistir o paliar a su desmantelamiento ha dejado de ser una conducta o un objetivo de los Partidos socialdemócratas, en caída libre y sumisos ante las exigencias de la gran banca y lobbies financieros. En el espectro parlamentario y político las opciones conservadoras, populistas, y de las derechas crecen y se envalentonan con el viento de popa. Aquel espejismo de una Europa del bienestar, de los derechos, la cultura y la civilización, ha quedado en evidencia y hoy en plena desbandada del “sálvese quien pueda”, a nivel nacional, y a costa de aquellas presumidas condiciones de vida y de trabajo diezmadas cada día que pasa.
Por ello es políticamente oportuno y procedente que las fuerzas de izquierda real, de carácter transformador, anti neoliberal y también de corte anticapitalista y antiimperialista, se ocupen de la defensa de esas condiciones sociales y democráticas Re-construyendo un verdadero modelo europeo alternativo desde la lucha y movilización de las izquierdas. Frente un pretendido estatus social europeo socialdemócrata notoriamente en declive, hoy, la defensa de un verdadero modelo social del bienestar europeo, de la radicalidad democrática, la batalla por los servicios públicos, el reto del pleno empleo, la lucha contra el paro y la precariedad laboral y por la calidad del puesto de trabajo o el ejercicio de los derechos sociales y democráticos, han dejado de ser objetivos de las izquierdas reformistas para devenir en un reto "quasi" revolucionario .
Frente a la Europa exhausta del fracaso neoliberal se impone la necesidad de retomar la Europa partisana de sus trabjador@s, progreso e intelectualidad, y de sus pueblos capaces de someter la economía al imperio democrático de la política. La Europa social, sostenible y solidaria.
Si acabamos conviniendo que hoy todas estas luchas interactúan, se nutren y se potencian, veremos emerger elementos de profunda rebeldía transformadora, de contenidos radicalmente democráticos, necesariamente insurgentes y alternativos, inevitablemente enfrentados al neoliberalismo rampante, transversalmente comprometidos en lo social y lo político, trabajando desde lo plural y cotidiano, irremisiblemente alineados en los objetivos de la justicia social, la paz, la equidad, la solidaridad...
Si llegásemos a esta conclusión, decía, estaríamos concretando una estrategia muy definida y tangible por la OTRA EUROPA, la social.
Por los servicios públicos, a partir del trípode sustancial de la educación, la salud y los servicios sociales, pero también de las energías, el agua, los transportes, las comunicaciones, el medio ambiente, la cultura,... Un auténtico reto político y social de nueva formulación y con la amplia participación que lo caracterizaría y lo haría imprescindible
La tarea es brutal pero es imprescindible. No hay alternativa digna y viable para la justicia, la paz y la solidaridad que no pasen por asumir este reto. Modestamente, pero con plena responsabilidad, el Partido de la Izquierda Europea ha iniciado esta reflexión y este camino. “Alea jacta est”, una vez más el fantasma del socialismo ha de invadir y sanar Europa para rescatarla de sus peores experiencias. Como dice el poeta catalán Miquel Martí Pol "Todo está por hacer y todo es posible...".
2.- Para cerrar la traducción anunciada de ese documento Declaración de la dirección del PIE, muy interesante y oportuno:
REFUNDAR la UNIÓN EUROPEA PARA una EUROPA al SERVICIO de los PUEBLOS.
xDeclaración de Pierre Laurent, Presidente del Partido de la izquierda europea (PGE), y de Marisa Matias, Maïté Mola, Grigore Petrenco y Alexis Tsipras, Vicepresidentes del Partido de la izquierda europea, con motivo de la Cumbre de los Jefes de Estado (Bruselas, 17 de diciembre de 2010)
xLa Resolución de la Cumbre de Bruselas, este viernes 17 de diciembre de 2010, enganchan el procedimiento de revisión del Tratado simplificado de Lisboa para facilitar la instauración del “Mecanismo europeo de estabilidad”, par ir más allá de 2013 y poniendo las economías nacionales bajo tutela del BCE y la Comisión. Dicho de otra forma, los máximos dirigentes de los Estados miembros aceptan la instauración de los mecanismos de sanción encaminados a integrar las economías en peligro de los países miembros en un sistema de vigilancia, de austeridad permanente y a precarizar su situación social. Tal perspectiva no puede adoptarse sin que los pueblos sean consultados y se pronuncien eventualmente por vía de referéndum.
El plan de rescate de los bancos hace pagar hoy la crisis del capitalismo financiero los pueblos, a los asalariados europeos, mediante políticas hiper-austeridad, de reducción de salario, de aumento del desempleo y la precariedad, y de reducciones drásticas de los gastos públicos aplicados por Gobiernos de derecha y socialdemócratas. De la puesta en competencia entre los pueblos, conocemos el resultado: la Unión Europea cuenta ya con más de 23 millones de parados, 80 millones de pobres y la mal-vivir progresa. Esta progresión, sin precedentes, de la pobreza afecta especialmente a las mujeres y a las poblaciones ya más fragilizadas. Y, por todas partes, los emigrantes son tratados de manera indigna y son víctimas de políticas represivas vergonzantes.
Mientras que, desde todas las partes en Europa, los asalariados, los pueblos, manifiestan explícitamente su rechazo de esta política regresiva, la Cumbre de Jefes de Estado ratifica una lógica de la ley del más fuerte que conduce a empeorar desigualdades entre los pueblos y en cada uno de nuestros países.
Sacar adelante a Europa, es decir: sacar a los pueblos de la crisis aguda por la que atravesamos exige, todo lo contrario, una política de reactivación del empleo en nuestros países, la soberanía económica, política y, por lo tanto, presupuestaria de los Estados miembros y la activación de mecanismos de solidaridad
Europa está a la encrucijada de caminos y el Partido de la izquierda europea, agrupando cerca de 30 formaciones políticas de países miembros y no- miembros de la Unión Europea, quiere contribuir al desarrollo de las resistencias y a su convergencia para dar un frenazo a lo que tan sólo es una fuga hacia adelante de los dirigentes políticos bajo las órdenes de las finanzas. Mientras que los artesanos del Tratado de Lisboa contribuyen a matar la idea europea, nosotros, queremos por el contrario darle el sentido al que aspiran nuestros pueblos aspiran.
Nos felicitamos plenamente y apoyamos el planteamiento de la Carta abierta Angela Merkel y Nicolas Sarkozy para los impuestos de las transacciones financieras de 15 personalidades europeas sindicales, asociativas y de ONG eminentes (el 16 de diciembre). Preconizamos también una reorientación de las misiones del Banco Central Europeo para hacer retroceder la omnipotencia de los mercados financieros.
El Partido de la izquierda europea se propone agarrarse (y esto, sin embargo, sin rectificar su posición negativa referente al Tratado de Lisboa) al instrumento llamado de la “iniciativa ciudadana”, adoptado este 15 de diciembre por el Parlamento, con el fin de imponer, en primer plan del debate público europeo, la exigencia de la instauración de un Fondo Europeo de Desarrollo social.
Un Fondo Europeo de Desarrollo social que, al contrario del plan llamado de “estabilización financiera”, apoyaría a los Estados miembros dedicando sus inversiones públicas al empleo, a la formación y a la investigación, al desarrollo de los servicios públicos y a la realización de infraestructuras útiles, en particular, en el ámbito del medio ambiente. El euro podría convertirse en un instrumento de cooperación monetaria entre los pueblos y servir para la creación y el reparto de las riquezas, para el desarrollo compartido y para la satisfacción de las necesidades sociales.
Es mediante la defensa y la conquista de derechos sociales y democráticos, un total control por los pueblos de sus decisiones económicas y políticas como saldremos, por arriba, de la crisis actual. El Partido de la izquierda europea apoya todas las movilizaciones populares europeas, en particular, la huelga general que se desarrolló en Grecia y la que se celebrará, este 18 de diciembre, en España
Toni Barbarà La Ratera
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