domingo, 22 de mayo de 2011

El Muerto se rie del degollado

Strauss-Kahn
Humoristas afrancesados
"French Bashing”, algo así como “Pégueles a los franceses”, es la nueva moda en Estados Unidos tras el escándalo sexual de Strauss-Kahn (foto). Mofarse de los franceses es algo que a los norteamericanos les divierte hacer. Es una suerte de rivalidad histórica con un antecedente reciente que se remonta a la invasión a Irak en 2002, y la negativa de Francia de acompañar la guerra, lo que les valió que los norteamericanos les cambiaran a las papas fritas la denominación de French Fries, por Freedom Fries. Al menos por un tiempo. Con el caso de Strauss-Kahn, una tapa del diario New York Times mostró una imagen del ex titular del FMI frotándose las manos mientras estudiaba su libertad bajo fianza. El título “Frogs Legs It” (La rana sale disparada) fue elocuente. Es que a los norteamericanos se les hace inverosímil que los franceses tengan a la rana como un platillo nacional. The Daily News fue más directo con la humorada, sugiriendo que durante su estadía en la prisión de Rikers Island, Strauss-Kahn no pudo encontrar paté foie gras. “Strauss-Kahn fue arrestado por haber agredido sexualmente a una mucama. En francés, en eso consiste el servicio en la habitación”, fue la chanza que Jay Leno eligió para regodearse con la desgracia del ex FMI.

“El candidato a la presidencia Strauss-Kahn... ¿o debería decir más bien el ex candidato a la presidencia francesa? No se sabe, después de todo es Francia”, arrojó con sorna el humorista neoyorquino Jon Stewart mientras detrás de él aparecían una bandera francesa y un pan baguette. Luego, el conductor se mofa del filósofo Bernard-Henri Levi, quien se sorprendió por el hecho de que una mucama sola y no una “brigada de mucamas” entrara en la habitación del Sofitel. Stewart bromeó sobre el término utilizado: “Esto no es demasiado sabido pero, durante la Segunda Guerra Mundial, Alemania conquistó Francia gracias a una brigada de limpiadoras armadas de escobas”. Rápidamente, los chistes se propagaron por las redes sociales, actores infaltables en la actualidad. “Nada mantiene más unidos a los estadounidenses que el French Bashing: USA! USA! USA!”, es la curiosa percepción de la identidad nacional que expone la usuaria de Twitter Andrea Chapman, del estado central de Missouri.
Stephen Clarke, autor británico escribió: “¿Mi pronóstico? Aunque Strauss-Kahn sea condenado, volverá un día a Francia y acabará siendo ministro ¿ministro de la igualdad de género?”. Clarke escribió un libro considerado la biblia del French Bashing llamado A Year in the Merde. En una columna del New York Times, Clarke evoca una imaginería francesa de políticos con reputación de “conejos calientes” y una equilibrada dieta que “no obstante no carece de energía”. “Luis XIV”, “come paté” y “come ranas” son otros de los epítetos. Primero Osama y luego Strauss-Kahn. Los norteamericanos están de parabienes.
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