domingo, 29 de mayo de 2011

A 42 años del "Cordobazo" - Atilio Boron

A 42 años del "Cordobazo"
Hoy se cumple un nuevo aniversario, el 42º, del "Cordobazo", que marcó el comienzo del fin de la tristemente célebre (y mentirosa) "Revolución Argentina", en realidad, una contrarrevolución preventiva que intentó instaurar en la Argentina un régimen fascista. Fue barrida por la historia, y los militares sufrieron una espectacular derrota en su proyecto político y social. La nota del periodista Jorge Luis Ubertalli, autor del muy documentado y estremecedor libro El enemigo rojo. La represión al comunismo en la Argetina. (Buenos Aires Acercándonos Ediciones, 2010) hace un sugerente racconto de lo ocurrido en esas jornadas y el marco contextual en el cual se produjo aquél heroico levantamiento de la clase obrera cordobesa.
TOSCO
¡Abajo la Dictadura¡-¡ Córdoba va!

Diagonales (La Plata), 27 deMayo del 2011
Por Jorge Luis Ubertalli 
El 29 de junio de 1966, el general Juan Carlos Onganía, en el nombre de las fuerzas Armadas y acompañado de un varipinto espectro de organizacione fascitas, derrocó al gobierno del Doctor Arturo Illia, elegido en 1964, y se intituyó como el mandamás de un proceso dictatorial tristemente conocido con el nombre de "Revolución Argentina". Auspiciado por legiones del catolicismo integrista como el Ateneo de la República, la Logia de los Coroneles, los Cursillista ly los Cooperadores Parroquiales del Crsito Rey- estos últimos vinculados a  las revistas Verbo y La Ciudad Católica y a la Organización del Ejército Secreto (OAS) de la Francia colonialista y Vichista-, entre otros
Argentina: "La noche de los bastones largos" 1966
Estado corporativo similar al que su antecesor en el golpismo, general José Féliz Uriburo, había querido imponer a partir del 6 de septiembre de 1930. "Nacionalista" en su fascismo a la violencia y "liberal" en lo económico, su ministro de Economía, Adalbert Krieger Vasena, ex piloto de la Real Fuerza Aérea britaánica durante la segunda guerra y ciudadano norteamericano, congeló salarios, modificó la Ley de indemnización a los despidos, aumentó la edad de los trabajadores que aspiraban a jubilarse y promovió el desempleo a través de la desinstruliazación, entre otras cosas- el general "La Morsa", tal como se lo conoció vulgarmente, reprimió huelgas y manifestaciones populares, liquidó a los partidos políticos, prohibió representaciones gremiales- salvo las que le siguieron el derrotero, como los Participacionistas y Vandoristas-, apaleó a estudiantes y profesores en el marco de la intervención a las universidades, entre ellas la Universida de Buenos Aires, llevada a cabo el 28 de julio de 1966 durante la jornada represiva de "La noche de los Bastones Largos", y se declaró exponete- cuando no! del "occientalismo cristiano" en su eterna lucha contra el "comunismo. Un años después de asumido y de la mano del  falangista ministro del Interior Guillermo Borda, promulgó la ley 17.401 o de Represión al Comunismo, mediante la  cual expulsó de sus trabajos y se detuvo a cientos de trabajadores, estudiantes, profesores, científicos y demás acusados por la SIDE en forma "secreta" de profesa" esa ideología y hasta óperas como "Bomarzo", de Miguel Mujica Lainez y música de Alberto Ginastera
Asesinatos iMarch!
Santigo Pampiillón
Luego de la intervención de las universidades del país por parte de las hordas policias de Onganía y los uniformados, los estudiantes reaccionaron. El 7 de septiembre de 1966, la Federación Universitaria de Córdoba (FUC llamó a una concentración para protestar contra la intervencio de los claustros. Impedida por la policia, que corrió a balzaos y a gases a los estudiantes, la cita culminó con la muerte del universitario Santiago Pampillón, quien fue ultimado por tres disparos en la cabeza. La misma  suerte que Pampillón símbolo de la resistencia estudiantil a la dictadura, corrió poco tiempo más tarde una mujer mártir, hija de la clase obrera tucumana y madre de varios hijos, cuya muerte selló la unidad obrero-estudiantil la cual, en 1969, se contruiría en el emblema del Cordobazo. Ante la crisis de la industria del azúcar en Tucumán a inicios de los años 60, la dictadura avenida en 1966 decidió intervenir los ingenios azucareros tucumanos, ocupados desde 1965 por los trabajadores enrolados en la Federación Obrera de los Trabajadors de la Industria del Azúcar (FOTIA), de 40.000 afiliados, y cerrar otros cinco. Ante la medida, que dejó sin empleo a miles de productores de riquezas ajenas del sector obligándolos a migrar hacia donde fuese, la FOTIA decidió a fines del 66 llamar a un Plan de Lucha Nacional del Azúcar, que pivoteó sobre la instalación de ollas populares y concentraciones en las principales ciudades de la provincia. El 12 de enero de 1967, cuando se llevaba a cabo una marcha de los trabajadores del ingenio Bella Vista que la policía reprimió a balazos fue asesinada Hilda Guerrero de Molina, madre de cuatro hijos y militante encargada de organizar la olla popular en la ciudad sede del Ingenio. Su muerte, la de Pampillón, las detenciones indiscriminadas de militantes populares, trabajadores, enervaro el clima de tensión que se agudizó ante la traición de dirigentes sindicales como Rogelio Coria, José Alonso, Jerónimo Izetta y Augusto T Vandor, entre otros, que, conciliandocon el régimen, se abocaron a evitar el “desborde” de los trabajadores a sus conducciones corruptas y entreguistas. A fin de contrarrestar y combatir a los burócratas, el Congreso Normalizador de la CGT “Amado Olmos” llevado a cabo del 28 al 30 de marzo de 1968 decidió fundar la CGT de los Argentinos ( CGTA) que eligió al gráfico Raimundo Ongaro como su Secretario General. De la CGTA, que levantó los programas antiimperialistas y anticapitalistas de La Falda y Huerta Grande, forjados a inicios de los años 60, formaron parte inolvidables dirigentes sindicales, como Jorge Di Pascuale, Secretario General del Sindicato de Farmacia, miembro mas tarde de la Mesa Nacional de Peronismo de Base y secuestrado-desaparecido el 29 de diciembre de 1976, cuyos restos fueron hallados en el cementerio de Avellaneda en diciembre del 2009 y enterrados en la Chacarita. Y también Agustín Tosco, Secretario General del Gremio de Luz y Fuerza de Córdoba, quien junto a otros dirigentes fue partícipe activo en el “El Cordobazo”, levantamiento popular del 29 de mayo de 1969 que tumbó a la dictadura de Onganía.
Cordobaza 'Estudiantes'
Córdoba se mueve en ese 29
Cordobazo todo el pueblo participando
Libertaria y revelde, laclase obrera cordobesa, junto a los estudiantes se levantó contra el onganiato en el marco de una protesta generalizada en todo el país. A mediados del mes de mayo de 1969, los sindicatos de mecánicos (SMATA) y choferes (UTA), lanzaron paros en pos de sus reivindicaciones. El gobierno, mientras tanto, anuló el sábado inglés y otras conquistas sociales, lo que agudizó las tensiones. El miércoles 14 de mayo, el SMATA, dirigido por el entonces vandorista Elpidio Torres, convocó a una Asamblea en el Córdoba Sport Club, homólogo al Luna Park porteño, que a pesar de ser prohibida por la policía reunió a 2500 trabajadores, que a su término se trenzaron en lucha con los uniformados, con apoyo de los estudiantes. Cinco días mas tarde, el gobierno del gobernador “corporativista” Carlos Caballero, quien había intentado crear los Consejos Asesores participacionistas, cerró la Universidad de Córdoba “por el clima actual de agitación”, plasmado en las Jornadas de Agitación y Lucha lanzadas por el movimiento estudiantil, quien también tomaba como banderas a los estudiantes universitarios Cabral y Bello, asesinados en Corrientes y Rosario en esos días por la represión dictatorial. Una marcha universitaria fue reprimida por la policía, en la Iglesia del Pilar se realizó una misa de homenaje al estudiante Santiago Pampillón, citado líneas mas arriba, siendo también reprimidos los asistentes por los uniformados. Sin embargo, los universitarios de la Universidad Católica entraron en escena, solidarizándose con sus compañeros de lucha. En tanto, se preparaba el paro activo de 36 horas, organizado por Elpidio Torres, vandorista, que debió ceder a la presión de sus bases mecánicas; Atilio López, secretario general de la UTA –Córdoba, quien en 1973 fuera elegido vicegobernador de la provincia y más tarde asesinado por la banda parapolicial Triple A, y Agustín “El Gringo” Tosco, secretario general del gremio de Luz y Fuerza de Córdoba, símbolo de la lucha sindical y política anticapitalista y antiimperialista de la etapa y aún de la actualidad, muerto en la clandestinidad de una septicemia en 1975. Una vez elaborado un documento redactado en conjunto, y que fue llevado por Torres al SMATA y por Tosco al local de la CGT de los Argentinos, se inició el día 29 de mayo el paro, que consistió en mantener circulando al transporte público, llevar a los trabajadores hasta sus lugares de trabajo para luego, a media mañana, abandonar las labores y marchar hacia el centro de la ciudad, para concentrarse luego en el local de la CGTA. Nutridas columnas de obreros de Materfer, Concord, Grandes Motores Diesel y Perkins comenzaron a marchar a la hora dispuesta por la ruta 9; también desde las fábricas Perdriel e Ilasa; desde la Central de la Empresa Provincial de Electricidad (EPEC); desde la planta de Santa Isabel, donde 5000 trabajadores romperían las vallas policiales con ayuda de los estudiantes de la Ciudad Universitaria, se marchó hacia el centro de la ciudad. Vecinos, obreros, estudiantes, todo el pueblo de Córdoba participó en la patriada. A las 12.30, luego de una batalla campal, las fuerzas populares lograron hacer retroceder a los policías en las cercanías de la Plaza Vélez Sarsfield. Cerca de allí, en Bulevard San Juan y Arturo Bas, caería asesinado el obrero mecánico Máximo Mena. La furia de los manifestantes, al conocerse la muerte de Mena, fue en aumento. Se levantaron barricadas en toda la ciudad, que fue ocupada por los trabajadores, estudiantes y pueblo en general, en tanto la policía, desbordada, se replegó hacia sus cuarteles. “Obreros y estudiantes, unidos y adelante” y “Abajo la dictadura” fueron las consignas de la hora. A la noche, el Ejército irrumpió con tanquetas y efectivos en las calles de la ciudad, allanó el local de la CGT de los Argentinos, detuvo a sus dirigentes y los procesó a través de un Consejo de Guerra. Las penas fueron de 10 años de cárcel para Jorge Canelles (construcción), 8 años para Agustín Tosco y 7 años para Elpidio Torres. La dictadura, para variar, acusó al “comunismo internacional” de los hechos. Cientos de heridos y muertos fue el saldo de la represión, además de centenares de detenidos.
Enseñanzas
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