domingo, 22 de mayo de 2011

LOS INSULTOS DE HABERKORN

En mayo de este año, Uruguay aún tiene casi 200 compatriotas desaparecidos, varios juicios en marcha contra militares por violación de los derechos humanos. A partir del primer gobierno del Frente Amplio, sectores de la sociedad vieron caer sus vendas de los ojos cuando aparecieron los primeros cuerpos enterrados de compañeros asesinados y desaparecidos, en los últimos 6 años más de una decena de altos mandos militares y un par de civiles (Bordaberry y Blanco) han marchado a la cárcel por su responsabilidad durante el terrorismo de estado y su participación en el Plan Cóndor. Por primera vez el país tiene una Ley de Defensa Nacional y desde el Poder Ejecutivo se vienen realizando esfuerzoas por políticas de unidad nacional
En este marco el periodista Leonardo Haberkorn edita su segundo libro en la línea de desacreditar, desprestigiar, desmentir la historia de los tupamaros y para ello carece de ética y escrúpulos a la hora de elegir sus “fuentes” de información. En esta oportunidad recurre al testimonio de un Coronel retirado y un par de ex - militantes del MLN, llegando en su intento de difamación a afirmar que militantes tupamaros torturaban junto a militares a ciudadanos presos acusados de cometer ilícitos económicos. La infamia trasciende el espacio de las escasas 227 páginas del libro Milicos y Tupas y la mentira rastrera, en pocas horas, se transforma en editorial de La Diaria del día lunes 16 de mayo firmada por Marcelo Jelen quien, sin dudar un instante, saborea la basura servida por Haberkorn y con el placer que causa la inmundicia a los habitantes de la cloaca política concluye afirmando que: “la reticencia tupamara a desactivar la Ley de Caducidad”… “ahora puede tener una explicación adicional: la pretensión de impedir que en eventuales juicios salgan a luz los crímenes cometidos por tupamaros en complicidad con, y amparados por, los mismos militares que los reprimían”.

Entre los meses de mayo de 1972 y marzo de 1985, tuvimos 13 largos años para conversar lo sucedido en cada cuartel del país, lo sucedido en cada columna del MLN, de Montevideo y del Interior, confeccionar el organigrama de los traidores a partir de Amodio Pérez, Rey Morales y Píriz Budes. Conociendo con el paso de los años las debilidades y las fortalezas de cada compañero y compañera para resistir el verdugueo más inhumano aplicado en las políticas carcelarias. Y lo que cada Tupamaro llevó en el asta de su bandera al salir de la cárcel fue la dignidad como orgullo flameando al aire.
Hoy muchos no militamos en el MLN, otros si, pero seguimos siendo tupamaros, otros ya no están entre nosotros, murieron torturados, en enfrentamientos o fusilados, arrojados al mar, enterrados desaparecidos, llevados al suicidio en los calabozos o al salir en libertad, enloquecidos por las prácticas científicas de sicólogos y siquiatras militares.

No puedo permitir la calumnia, la infamia, la canallada, la bazofia literaria con el único fin de mellar la grandeza de una generación de uruguayos que aún en la peor de las derrotas, triunfaron.
Hablo por los cientos de compañeros que conocí en el penal de Libertad.
Hablo por mí y por las decenas de compañeros con los que milité y seguimos compartiendo una copa.
Hablo por los compañeros que conocí y hoy están muertos.
Hablo por los compañeros muertos a los que solo conocí por relatos.
Hablo por las compañeras torturadas, manoseadas, violadas.
Hablo por los compañeros que con lágrimas en los ojos y el coraje en el corazón reconocían su comportamiento.
Hablo por los que se abrieron las venas y se salvaron.
Hablo por los que se las abrieron y no se salvaron.
Hablo por los compañeros que dejan pequeños recuerdos en el Museo de la Memoria.
Hablo por los miles que emigraron al exilio, por los que regresaron y por los que se quedaron.
Hablo por los compañeros tupamaros militen en el lugar que sea, en la coincidencia o en la discrepancia.
Hablo por los compañeros que no militan más en ningún lado y les basta con ser buenos vecinos.
Hablo por nuestras familias que no merecen ese insulto.
Cuando la impunidad tiene las horas contadas y desde los clubes y círculos militares la vieja guardia golpista intenta presionar al gobierno, personajes como Haberkorn y Jelen desde una supuesta neutralidad periodística juegan el papel de “manijeros”, tipos de dar “púa” y provocar enfrentamientos.
Los que afirman que hubo tupas que torturaron a detenidos por ilícitos económicos que presenten las denuncias en los juzgados correspondientes.
Que no se amparen en el secreto periodístico.
Cualquier fiscal de oficio debería citar al Coronel (r) Agosto por su reconocimiento (en el libro Milicos y Tupas) de que practicó la tortura con el uso del submarino y el caballete y como jefe del S2 por el asesinato por la espalda de Nelson Berreta (Fructuoso) a manos del teniente identificado por la inicial de su apellido: V. Díganos Coronel Agosto ¿quién es V.? y los informantes de Haberkorn dígan quien es V.
El pueblo oriental viene dando una batalla muy firme y sostenida por la paz y la libertad, por tanto no puede permitirse el lujo de provocaciones que nos desvíen del rumbo trazado desde la salida democrática por la construcción de un Uruguay democrático y soberano “sin cartas en la manga” para todos y entre todos, en la lucha por la verdad y la justicia a los sátrapas de la canallada y la mentira hay que identificarlos y señalarlos para que no sigan haciendo daño.
Roberto Caballero – CAP-L . Frente Amplio

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