Miguel D'Escoto |
Durante un discurso pronunciado en un acto solemne donde le fué otorgado el diploma Doctor Honoris Causa, por parte de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (Unan-Managua), D'Escoto dijo que "Nuestro mundo atraviesa uno de los peores momentos en su historia, la criminal agresión inspirada, organizada y activamente promovida por los Estados Unidos contra Libia", es exactamente eso “una agresión, es decir lo que Núremberg calificó como es el más grande de los crímenes de un Estado puede cometer contra otro, expresó el ex canciller nicaragüense.
Más del 97 por ciento de los misiles Tomahaw lanzados en los primeros días, en la primera semana digamos de la agresión contra Libia, son de Estados Unidos, contra un Estado miembro de las Naciones Unidas, ONU, que no había hecho absolutamente nada contra ellos ó contra ningún otro país refirió.
El poder destructivo de ese Tomahaw, es por todos conocidos, pero claro, explicaban los norteamericanos que este era un bombardeo “humanitario”; el tradicional doble rasero del imperio y su hipocresía alcanzó niveles aún más altos de los que estamos ya acostumbrados a escuchar de ellos. Por un lado tratan de que la culpabilidad de todo esto la asumiera Europa, o mejor dicho el Reino Unido y Francia.
El servilismo del Reino Unido ya es de sobra conocido, pero la Francia del tal Nicolas Paul Stéphane Sarkozy, sobre pasó todo lo negativo que su comportamiento hasta la fecha. Estos dos países occidentales que están desprestigiados en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, ONU, se empeñaron en hacernos creer que esta no era una agresión, como las contra Irak o Afganistán.
Esta no había sido nos decían, una agresión producida por Estados Unidos; esta nueva aventura criminal supuestamente había sido promovida por Europa y alegaban que ellos, lograron persuadir a Estados Unidos a que los acompañara.
En otras palabras, se empeñaron que hacernos creer que se tratada del proverbial caso en que “la cola mueve al perro”, pero nada de eso es cierto, con perdón con todos los canes del mundo, a quienes yo estimo mucho, “el perro imperial, sigue siendo el perro” que manea su propia cola y no es al revés, Europa aunque no quiera es y seguirá siendo siempre, nada más que la cola del imperio criminal y genocida, enfatizó D'Escoto
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