sábado, 24 de marzo de 2012

La izquierda en Cuba no está en el poder

.Red Protagónica Observatorio Crítico

Entrevista a Marlene Azor

Uno de los temas menos tratados en las reflexiones sobre la transición del socialismo cubano ha sido quizás las numerosas dinámicas profesionales y aportes del caleidoscopio de cientistas sociales de la isla. Pocas experiencias de los años de la profundización de la institucionalidad realsocialista cubana y su posterior crisis son conocidas y la crítica de izquierda a las políticas estatales de aquellos momentos y los actuales no es muy tenida en cuenta en nuestro país. A continuación la Red Protagónica Observatorio Crítico comparte una entrevista concedida por la destacada investigadora, profesora e intelectual Marlene Azor Hernández, cuyas vivencias y opiniones conforman un prolífico y consecuente marco de análisis de las realidades pasadas y actuales de la sociedad cubana.

- Observatorio Crítico: ¿Dónde naciste y viviste la niñez y primera juventud? ¿Algún recuerdo especial del terruño personal en aquellos tempranos años?

.- Marlene Azor: Nací en la ciudad deLa Habana y crecí en Centro Habana. Mi infancia y mi primera juventud las recuerdo muy feliz. Tuve la suerte de tener unos padres amorosos, atentos, que además me regalaron unos valores de base que me han servido toda mi vida: la honradez, la disciplina, la perseverancia y la seguridad en mi misma. Tuvieron la lucidez de inculcarnos a mis hermanos y a mí, el gusto y la responsabilidad por la independencia personal. Fueron padres muy ocupados en la salud y la educación de sus hijos y de una calidad humana excepcional. 


Los recuerdos más hermosos de esa época son en la playa Santamaría donde pasábamos las vacaciones. Desde ese entonces he tenido una relación con el mar como una prolongación de mi cuerpo. Estando en París, extrañaba mucho el mar y paseando por la ciudad me sentaba en las fuentes, a escuchar el agua caer, y cerraba los ojos imaginando estar en el mar del Caribe.¨

.- OC: ¿En que centro educacional cursaste el preuniversitario?

.- MA: Lo cursé en el instituto de La Habana José Martí. Para mí fue una época de efervescencia cultural. Estudiaba francés en la escuela nocturna de idiomas de la Manzana de Gómez y gracias a mis compañeros de clase descubrí la poesía de Paul Eluard, Rimbeau y nos íbamos muy a menudo a la cinemateca a ver cine francés de la Nouvelle Vage. También me inscribí en un curso libre de Historia del Arte impartido por el profesor Oscar Morriña, en el Museo de Bellas Artes que supo despertar en mí el interés y el conocimiento necesario para disfrutar del arte. Gracias a mis compañeros de estudio y sus padres también pude leer en esa época a Walt Whitman, “El viejo y el mar” de Hemingway, aprender a apreciar la música barroca, “el cante jondo” a degustar el ron cubano y desde entonces nació mi afición a las tertulias. Los sábados me iba a la Plaza de la Catedral a visitar a mis amigos grabadores y luego podíamos en esa época merendar en el Patio o comer tostones y masitas de puerco fritas con mojitos en la Bodeguita del Medio. También conocí en esa época la pintura de Servando Cabrera Moreno, mucha música clásica y leí el poemario de Heberto Padilla “Fuera del Juego”.Me pareció una poesía poderosa, lúcida y rebelde y sólo muchos años después me enteré del proceso estalinista que le hicieron.


Empecé enla Escuelade Letras y cursé dos años antes de ser seleccionada para ir a estudiar ala URSS. Esosdos años también fueron de un maravilloso enriquecimiento cultural y mis profesores y compañeros de estudio me facilitaron unos conocimientos y unas vivencias también muy positivas.

.- OC: En el año 1981 te graduaste de Licenciada en Comunismo Científico en la Universidad Lomonosov de Moscú. Cuéntanos sobre tus experiencias sobre la teoría sociopolítica del real socialismo soviético y de la academia que la producía.



.- MA: A nivel vivencial fue una experiencia muy valiosa y productiva, a nivel académico tuve mi primera crisis existencial. Estudié en la Lomonosov, en Moscú, y eso me permitió tener acceso a la ciudad.


Lo que pude disfrutar de la cultura rusa era lo mejor que se producía en teatro, cine, los museos de arte o las casas de los escritores como Tolstoi y Chejov. Los estudiantes rusos me conmovieron por su nobleza y su lirismo. Con ellos descubrí ese mundo fascinante de la cultura rusa. Sin embargo, a nivel académico, salvo dos profesores que impartían lógica formal, y materialismo histórico, el resto me parecía una pérdida de tiempo. El profesor de materialismo histórico nos enseñaba más mientras más se alejaba del programa. Te mencioné mi primera crisis existencial porque el esfuerzo de aprender el ruso era ya un desafío, pero lo peor es que comprendí recibiendo esas clases que la teoría cerrada en sí misma que me enseñaban, absolutamente ajena a la realidad y sin ningún conflicto ni contradicción, era un atraso con relación a mi formación. Mi madre tuvo que viajar a la URSS por cuestiones e trabajo y me encontró en pleno llanto, desesperada, y me quiso llevar de vuelta a Cuba. Yo, por el miedo a quedar mal con “la tarea” que me habían encomendado decidí quedarme hasta el final pensando que tendría tiempo con mi edad de mejorar mi formación más tarde en Cuba. Mi disciplina en esa época pesó más que mi lucidez rebelde.

.- OC: En la Cuba de finales de los ´70 comenzaba la institucionalización del experimento socialista bajo la tutela de la URSS, sin embargo la segunda ya llevaba un largo camino recorrido conviviendo con sus paradojas. ¿Cómo congeniaste ambas realidades en los años que viviste en la URSS y cuales fueron tus consideraciones llegado el momento de la vuelta a Cuba, precisamente la etapa del inicio del fin soviético?

.- MA:  En realidad conocí muchos chistes sobre el sistema soviético estando allí, y eso me informaba de una mirada popular muy crítica del sistema, pero becada y sin posibilidades de viajar por mi cuenta ni acceder a otra bibliografía que no fuesen los manuales –no se podía encontrar otros autores marxistas en la biblioteca- no pude hacerme una idea precisa de la magnitud de problemas que acumulaba esa sociedad

.- OC: ¿Existió un Comunismo Científico de la crisis real socialista soviética?.- MA: Yo creo que el pensamiento más lúcido se desarrolló con la Perestroika. Mientras estuve estudiando sentí una sociedad apagada con una fuerte crítica soterrada. En el 1988 me enviaron a una pasantía de seis meses a la Lomonosov, una especie de actualización de los profesores de marxismo de todo el campo socialista, y entonces observé una sociedad despierta, movilizada y una profundidad de análisis en todas las publicaciones desconocidas para mí. Ellos decían de sí mismos que eran un pueblo acostumbrado a que siempre otro pensara y decidiera por ellos, una crítica a los mesías y a la falta de democratización en la discusión y en la participación en la toma de decisiones del pueblo soviético.





.- OC: Mucho/as de los que vivieron aquella época, incluso en la misma URSS, la han venido recordando años después con una mezcla de sentimientos que va desde la nostalgia hasta el odio, pasando por lo filial y hasta lo romántico. ¿Se te revuelve alguna parte de la memoria o el análisis al pensar en tus vivencias soviéticas?



.- MA: Ya te mencioné que entrar a esa cultura estando allí fue un hallazgo y la calidad humana e intelectual de mis compañeros rusos es algo que recuerdo con mucha gratitud. Pero en el 88 cuando estoy en la pasantía, también tuve que asistir a una reunión en el que las generaciones de cubanos que en ese momento estudiaban en la Lomonosov planteaban todos los problemas que veían del sistema soviético en cuestión, similares a los de Cuba. Regresando ala Isla supe de la censura y represión que sufrieron esos estudiantes que se les hizo regresar antes de terminar sus estudios y que luego en Cuba se tuvieron que insertar en los trabajos que encontrasen porque habían sido enviados por una necesidad del país que de pronto dejó de existir. Siempre me ha parecido un cinismo mayor hablar de “daños colaterales”, en las guerras que emprende EEUU o fruto de las políticas publicas del gobierno cubano. Todos los que estudiamos en la exURSS, a partir de la Perestroika fuimos rechazados, comandados por aquella lamentable frase célebre de Fidel Castro: “Ahora el veneno nos viene del Espíritu Santo”, y los egresados éramos vistos como portadores del veneno.


.- OC: Bien, llegas a Cuba en 1981. ¿Qué pasó entonces?

http://observatoriocriticodesdecuba.wordpress.com/2012/03/23/la-izquierda-en-cuba-no-esta-en-el-poder/






































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