El ministro de Defensa, Eleuterio Fernández Huidobro, dijo que mucha gente “se apunta” para exigirles a los demás “que pidan perdón” pero pocos “se anotan para perdonar”, algo que es “medio de imbéciles”. Luego pidió una “mesa muy grande” para quienes deberían pedir perdón por el pasado reciente, ya que, además de militares y tupamaros, tendrían que estar invitados embajadores, directores del diario El País, las grandes patronales y los políticos de los partidos tradicionales que fueron “golpistas como Bordaberry”.
Por primera vez un ministro de Defensa Nacional acepta la invitación a disertar en un almuerzo de trabajo de la Asociación de Dirigentes de Marketing (ADM). Fernández Huidobro concurrió al primer evento del año de este tipo acompañado por el senador y ex ministro de esa cartera Luis Rosadilla y por el director general de Secretaría, Jorge Delgado. Fernández Huidobro tituló su ponencia “La certeza de la incertidumbre” y comenzó con la historia de la batalla del Río de la Plata, ocurrida en 1939 frente a las costas uruguayas, que enfrentó al acorazado alemán Graf Spee con cruceros británicos y que terminó con el hundimiento del primero a manos de su propio capitán. Con este hecho y otros posteriores de la Segunda Guerra Mundial, el ministro ejemplificó la existencia de “una tajante bipolaridad que fue antecedente a nivel diplomático de la firma de varios tratados de defensa hemisférica”, como el Tratado Internacional de Asistencia Recíproca que aún “está vigente”. En esa bipolaridad no había incertidumbre porque “reinaba el dogmatismo en ambos polos y las tácticas, las estrategias y los sistemas de armas venían ya hechos”, expresó Fernández Huidobro. Pero al derrumbarse el muro de Berlín “se acabó el enemigo y las hipótesis de conflicto y hubo necesidad de volver a pensar”, y ya en el mundo unipolar “se cayeron estrepitosamente las certezas militares y entramos en la incertidumbre”.
Frente a ese escenario, según dijo, se hace “urgente pensar y cambiar el Ministerio de Defensa Nacional [MDN]”. También afirmó que la “íntima relación existente” entre el MDN y el de Relaciones Exteriores es el “único gran concubinato copulativo ministerial que hay en el Uruguay”.
Destacó que en ese sentido la ley de Defensa Nacional es “la hoja de ruta” y adelantó que “muy pronto” el país tendrá “un documento que exprese los lineamientos y las directrices de la defensa que incluye a todos los ministerios” porque la defensa nacional “es primordialmente civil antes que militar”. También se refirió a dos proyectos de ley que se encuentran a consideración del Parlamento: el que pasa la Justicia militar a la civil y la ley de Inteligencia, cuya aprobación “debería ser por unanimidad o una mayoría considerable por su importancia política”. Para quienes critican el presupuesto de defensa en Uruguay aclaró que gran parte de éste no se gasta con fines militares porque el MDN tiene una cantidad de dependencias “que le fueron metiendo y que habrá que devolver a la órbita civil”, como la Dirección de Meteorología o Sanidad Militar, “que es una gran mutualista”.
“Vamos hacia una concepción de defensa cooperativa con los países de América del Sur” como para defender “nuestros recursos naturales” como el agua, las “cuatro vacas por cabeza que tenemos”, los “seis millones de toneladas de granos”, porque “somos un país envidiable y hay gente a la que se le está haciendo agua la boca porque son deficitarios en alimentos, y no conozco a ningún tipo que con mucha plata y un revólver en la cintura frente a una panadería se muera de hambre”, expresó.
La mesa del perdón
XA Fernández Huidobro le preguntaron si aún hay una separación en la sociedad uruguaya en el marco del acto de asunción de responsabilidades por el caso Gelman y el pedido de perdón por parte del Estado. Contestó a título personal que “hay mucha gente que se apunta para exigirles a los demás que pidan perdón, fácil, pedir perdón también es fácil; pero hay poca gente que se anote para perdonar, eso sí que es difícil”. En ese sentido señaló que, independientemente de ser “creyente o no”, Uruguay es parte de una cultura occidental y cristiana que está basada en lo que decía Jesús, al que definió como “ese flaco que lo crucificaron por gil y que se pasó predicando el perdón”.
“Es muy difícil que un país se edifique bajo la consigna ni olvido, ni perdón”, agregó. La siguiente pregunta apuntó a si es utópica una sociedad unida. Fernández Huidobro respondió: “No hay forma de construir una sociedad unida si no se perdona y si a mí me piden que pida perdón, pero me anuncian que no me van a perdonar, eso es medio de imbéciles”, y como si estuviera en un diálogo, dijo: “Vos pedime perdón, que yo no te voy a perdonar, ¡andá a la puta que te parió!”.
Luego agregó que los colorados deben de haber perdonado a los blancos y viceversa porque “mantienen su memoria, pero conviven en paz”, y nombró otros ejemplos de pueblos que perdonaron: “Los franceses a los alemanes, los alemanes a los rusos” y viceversa
Finalmente le preguntaron si se afiliaba a la teoría de la senadora Lucía Topolansky de que los tupamaros no tienen que pedir perdón. El ministro respondió que lo habían invitado muchas veces a sentarse a una mesa junto con militares para que “los dos pidiéramos perdón”, pero “yo dije que no porque la mesa tiene que ser muy grande”, y mientras elevaba el tono de voz poco a poco, expresó: “Una mesa redonda y grande, con una silla para mí, para el MLN, otra silla para los militares, pero tiene que haber una para el embajador estadounidense, otra para el embajador ruso, los directores del diario El País, que incitaron al golpe de Estado, tienen que estar, los grandes medios de prensa tienen que estar o ¿no tuvieron nada que ver?, las grandes gremiales patronales que convocaron al golpe, los partidos tradicionales, muchos de cuyos afiliados fueron golpistas como Bordaberry, tienen que estar.
La mesa del perdón tiene que ser grande”. Fernández Huidobro cambió el tono y concluyó: “Esa mesa grande capaz que la puede organizar ADM, pero que vengan todos”, y se fue aplaudido.
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