martes, 19 de enero de 2010

El Estado Fascista Chileno, Busca Oxigenar su Podrida Institucionalidad

"El ejecutivo del Estado moderno no es otra cosa que un comité de administración de los negocios de la burguesía. (Carlos Marx)

Mucha tinta se ha gastado en analizar las elecciones preparadas por el imperialismo, muchos sueños prometidos por todos los candidatos y como hacía tiempo, “hubo un compromiso de muchos chilenos por su actividad cívica”. Pero, a pesar de todo las justificaciones y validaciones, estamos claros que todo ello, no sólo sirve para legitimar el poder de la burguesía y reivindicarse como clase dominante, sino que representa una pieza más del imperialismo. Somos parte de un tejido mayor y bajo control; dilucidar ello, es nuestra responsabilidad revolucionaria.

Los hechos ocurridos, nos indican que la decisión, estaba tomada mucho antes que se hiciera el recuento de votos; sólo por mencionar ejemplos de sus señales, mencionaremos que:

1.- La carta de aprobación, que el imperialismo le entrega a la derecha chilena, para que se haga cargo de la administración del Estado burgués, viene aparejado de una serie de actos, señales, hechos y sutiles mensajes; acciones como las del analista político Patricio Navia, que para nadie es un misterio, obedece directamente las directrices imperialistas,

2.- el “gesto” del ex general Juan Emilio Cheyre, dando el beneplácito del “mundo militar institucional” que negoció la salida pactada de la dictadura militar,

3.- la visita del agente internacional Mario Vargas Llosa, representante directo de la gusanería y de los sectores más corrompidos de la burguesía reconvertida,

4.- y finalmente quien pone el broche de oro, es la visita del representante del Departamento de Estado, Arturo Valenzuela, quien vino a dar el visto bueno, del propio Barack Obama.

Cabe señalar, que a nuestro juicio, no nos parece como casual, la gran cantidad de “errores” cometidos por la Concertación; claramente, desde el interior de esta coalición se comenzó a fraguar el triunfo de la derecha.

1.- El arribo de dirigentes concertacionistas a la derecha, como los agentes políticos imperialistas Schaulsohn y Flores.

2.- la ruptura de algunos díscolos y lo que parece mas inexplicable.

3.- la designación de Eduardo Frei, uno de los ex presidentes peor evaluado y carente de carisma, que sin duda es “valor agregado” que la propaganda fascista trabaja a la perfección, haciendo caldo de cultivo en los show electorales de la burguesía, para permitir “vender” un candidato, claro ejemplo de ello, son Bachelet y Obama.

4.- Todos los “errores” cometidos por la dirigencia concertacionista, parecían diseñar el triunfo de la derecha. Lo ajustado de los resultados electorales, indican que más que una cualidad de la derecha es a todas luces, un “error”, al parecer intencionado de la propia Concertación. Esto se debe observar con mucha atención, ya que es en estos pequeños detalles donde operan los agentes políticos imperialistas; son esos “errores intencionados” los que se deben mirar con lupa. No son errores casuales, hay mucho de intencionalidad en una serie de acciones y actitudes, que fueron legitimando el arribo del candidato de derecha a la administración del Estado.

La jugada del imperialismo, es traspasar la crisis y la descomposición institucional, a los partidos y algunos dirigentes y aislar al gobierno de la crisis institucional; por ello el esfuerzo en blindar al Estado y su gobierno; las variadas encuestas que la burguesía proporciona, como método de propaganda, con alta popularidad del gobierno y la presidenta Bachelet, validan este planteamiento; lo que al imperialismo, le preocupa de sobremanera, es crear un estado de “normalidad”, es mantener la “Paz Social”, parte del tridente de la doctrina imperialista, que además conforman, la “Estabilidad Económica” y la “Gobernabilidad Política”. Esa “normalidad” se mantiene a base de encuestas y diversos show electorales, que tal parece, hay sectores de izquierda, que aún no se percatan, que dichas acciones se registran para entrampar la organización del pueblo y mantenerlo ocupado en … cualquier cosa…

En definitiva, de lo que se trata es de buscar los movimientos profundos y no los superficiales de los discursos. El imperialismo, en especial, el norteamericano, estaba decidido a dar un cambio, para su beneficio, y claramente no para el pueblo chileno.

La experiencia vivida en nuestro país, nos da espacio, para desde esta TRINCHERA, advertir sobre la configuración y las nuevas directrices impulsadas por nuestro enemigo de clase, para reconstruir y oxigenar su institucionalidad podrida. Hemos insistido en la imperiosa necesidad, como revolucionarios, de no repetir como papagayo el discurso enemigo y sobre todo de un sector de la intelectualidad pequeño burguesa, que insiste en enmascarar los hechos, para dar al capitalismo una cara más amable y a su ideología una explicación, que en la realidad no tiene. Por ello, necesitamos partir de las situaciones concretas para dar un análisis objetivo.

Por lo anterior, seremos muy concretos, pues desde nuestra TRINCHERA, necesitamos visualizar muy claramente el TERRENO para determinar, desde él, nuestro actuar.

1- El imperialismo como fase suprema del Capitalismo, debe ser analizado históricamente, con sus movimientos concretos, en lo que dice relación, también, con las instituciones que se forman para administrarlo y las ideologías dominantes, que lo apoyan etc. -ello nos permite hablar de Formación económico-social o FES-. En ella, llegamos a la conclusión, que el fascismo es la ideología objetivada dominante (y no sólo referimos a los paradigmas Hitler, Pinochet, Franco, etc.) (1); es decir, ella es la que está presente en el movimiento político, pues no hay ninguna relación con un capitalismo, cuyos burgueses, aún tenían una cierta igualdad (un liberalismo-democrático), con los monopolios actuales. Por lo tanto el Estado, como ente administrador de sus intereses, hoy vela por los intereses monopólicos, de ahí que el fascismo represente mayor coherencia con ello, con los Estados monopólicos; Más control, más concentración.

2- Lo anterior explica que las elecciones no sean resueltas en las urnas, sino que, nos direccionan sólo para su legitimidad discursiva. Por lo tanto, la oligarquía dirigencial, transversal a las posiciones políticas, que conviven en la administración del Estado burgués, (en el caso chileno, van desde la UDI al P.S), rebasa la institucionalidad de los Partidos Políticos de la burguesía. Es así, como existe una cantidad de agentes políticos, que conviven y desarrollan indistintamente en tareas al interior del Estado y de altos cargos directivos en sociedades monopólicas. Esa “casta” de dirigentes, es la que se va reproduciendo como una oligarquía y se transforman en el sostén del fascismo al interior de las institucionalidades burguesas y en definitiva, van indicando las orientaciones, que el Estado burgués debe ir tomando.

3.- Los miembros de esta oligarquía, son los agentes políticos por excelencia, del imperialismo internacional y obedecen directamente, los lineamientos direccionados por los grandes monopolios. De ahí, la lectura nueva que deja obsoletos a los paradigmas añejos, como los tres tercios, los bloques en el poder y otras cantinelas de antaño; en la actualidad, con el fascismo como ideología rectora del Estado burgués, a lo que debemos prestar atención, es a los movimientos de la oligarquía política transversal, de cómo se mueven las piezas desde el aparato del Estado (parlamento, gobierno, poder judicial) hacia los monopolios y viceversa; así nos daremos cuenta, que son las mismas figuras políticas que realizan tareas duales (2).

4-En definitiva, la oligarquia dirigencial es una de las cualidades más notables del fascismo actual, y como tal la podemos encontrar en la totalidad de los Estados proimperialistas.

5.- Considerando lo anterior, y sumando el avance objetivo de la resistencia y organización del movimiento popular, el imperialismo comenzó a diseñar un recambio de sus institucionalidades. Podríamos objetivarlo, como la contradicción entre lo real y su intento en el aparecer, lo que ha llevado a una “derechización” de la superestructura política, que emerge tras la necesidad de la organización de Estados con una institucionalidad de carácter mas conservadora, para diferenciarse de las que impulsan sectores llamados progresistas como los agrupados en el ALBA, y que independiente a las críticas que podamos realizar, para los pueblos del mundo, ahogados por el imperialismo, representan una esperanza. Un ejemplo de esta “derechización” la podemos encontrar en los Estados que vienen a conformar el grupo de choque del imperialismo en la región; Colombia, Perú y ahora el caso chileno, están desnudando sus contradicciones internas y necesitan dar un giro a su política. Un hecho relevante de este accionar, lo podemos encontrar en el Golpe de Estado en Honduras, acontecimiento que analizamos en su debido tiempo. (3)

6.- En el caso de la actual elección burguesa realizada en Chile, producto del informe realizado por la oligarquía dirigencial, insertos al interior de las diversas coaliciones, el imperialismo llegó a la conclusión de que la derecha podría transformarse en el agente de “cambio” y oxigenación a posturas y discursos que en la actualidad, se hacen difícil de cumplir, por lo tanto desprenderse de ellos, a través de un recambio, es la jugada que maneja el enemigo. Ello, posibilitado por la estabilidad de la lucha de clases, a la coaptación de una serie de dirigentes oportunistas insertos en el movimiento popular y reclutados por la institucionalidad burguesa y a la notoria dispersión y atomización de la fuerzas revolucionarias, únicas capaces de organizar y conducir una verdadera rearticulación del movimiento popular y revolucionario. (4)

Por lo tanto, todas las circunstancias y acontecimientos que llevaron al empresario derechista Sebastián Piñera, a la administración del Estado burgués chileno, denota un proceso planificado a largo plazo por el imperialismo internacional. Existe la imperiosa necesidad de oxigenar la institucionalidad burguesa, no sólo chilena, sino de todos los Estados pro imperialistas, que están siendo permeados por la crisis del capitalismo. La “renovación” necesaria de su institucionalidad podrida, tiene sus explicaciones en la crisis y el grado de descomposición al interior de la coalición administradora, que no es otra cosa que el reflejo de la crisis capitalista, en su base material, y que los llevó a reproducir las mismas aberraciones del capital; el robo, el cohecho, la explotación y la marginación. Esa reproducción, que si bien es enmascarada, no lo puede ser del todo, puesto que el grado de descomposición es tan grande, que se ven obligados a oxigenarlos, por medio de la derecha, quienes de paso aprovecharán para desprenderse de ciertas obligaciones, que mantenían atada a la saliente administración.

En tanto, las fuerzas de la llamada “coalición progresista”, se deberían replegar para reorganizarse y así poder dar continuidad a la administración burguesa del Estado chileno. En ese repliegue, intentarán reordenar sus fuerzas, captar a sectores como el reformismo de izquierda, que no habían sido considerados del todo, en la primera fase administrativa, que está finalizando; en esa readecuación de fuerzas, ingresa el PCCh y otros sectores oportunistas y reformistas que no habían sido contemplados en el primer periodo. Esa fue la labor de Arrate y Enríquez-Ominami, que denunciamos en análisis anteriores. (5)

Existe un elemento objetivo, que representa un peligro notorio para el imperialismo internacional, con respecto a las coaliciones que administran la institucionalidad burguesa en Chile; la derecha política es la heredera de la dictadura militar, ante lo cual, la Concertación socialdemócrata aparecía con un plus de diferencia, que podríamos denominar como “superioridad moral” ante las diversas matanzas, torturas y robos de la dictadura militar. Pero pasado esta fase de administración concertacionista, esta coalición logró igualar los “logros” de la derecha, en el “ámbito moral”; robaron, mataron y torturaron, aunque mas solapadamente, pero lograron equiparar a sus “hermanos de Capital”…

Para quienes se preguntan, tanto a nivel local como internacional, porqué la derecha gana en el circo electoral burgués, la respuesta es muy sencilla; jamás el enemigo, la burguesía monopolista, va realizar una acción que vaya a poner en riesgo su hegemonía en el terreno institucional, por lo tanto, todos los pasos están fríamente calculados. Si sumamos a ello, el padrón electoral burgués; los que participan objetivamente de este circo electoral, son una minoría dentro de la población y sobre todo del pueblo consciente, ya que no se encuentran inscritos, o votan nulo o blanco o simplemente se omiten (6). Para los militantes conscientes, los revolucionarios, el circo electoral pasa a ser un barómetro de la lucha de clases, medido en las contradicciones ínter burguesas, pero que poco inciden en el trabajo al interior del pueblo y la preparación de otras formas de lucha.

Si pudiésemos buscar un aspecto positivo con la llegada de la derecha a la administración del Estado, es que este hecho permite transparentar posiciones, clarificar un lenguaje, sobre todo para esa izquierda pusilánime y conciliadora que sigue repitiendo el discurso de nuestro enemigo de clase y lo más grave, lo utiliza como propio; así por ejemplo a la mundialización del capital, a la fase imperialista de la FES capitalista, le llaman “globalización”, a la dictadura de los monopolios, le llaman “neoliberalismo”, a los Estados fascistas y contrainsurgentes, le llaman “democráticos y antiterroristas”, etc. Por mucho tiempo, la coalición socialdemócrata –la Concertación-, autentico colchón social del imperialismo, jugó un sucio papel enmascarando su accionar fascista, con ropaje progresista; nunca debemos olvidar que uno de los ejes esenciales de la doctrina democrática, implementada por nuestro enemigo, es desarrollar la democracia como su baluarte, pero que en esencia es el fascismo enmascarado y esa labor la Concertación socialdemócrata lo realizó demasiado bien, a pesar nuestro.

Por ello, la llegada de la coalición de derecha, a la administración del Estado burgués, viene a quitarle ese velo al Estado fascista chileno, sobre todo para un sector del pueblo, que veía “buenas intenciones” en los dirigentes a cargo de la administración de la institucionalidad burguesa.

Los revolucionarios, debemos estar alertas, sobre todo a la alianza del “progresismo” con el reformismo, que utilizarán sus organizaciones sindicales o colegios profesionales, para agitar las aguas en el terreno de la izquierda; seguirán los discursos lastimeros, que buenos dividendos les dio en el pasado. En la unidad de los revolucionarios, debe estar la claridad revolucionaria, para tomar la conducción de los procesos y no sumarse como vagón de cola; debemos distinguir cuando las acciones traerán ganancias, para una de las dos fracciones de la burguesía y sobre todo, cuando el discurso les será incompatible con la práctica.

El llamado sigue siendo: Instrúyanse, porque necesitamos toda nuestra inteligencia. Conmuévanse, porque necesitamos todo nuestro entusiasmo. Organícense, porque necesitamos de toda nuestra fuerza.



**** Con el PUEBLO, como Fuerza Principal Político-Militar,

**** Con la vanguardia, creando CONCIENCIA Revolucionaria y

**** Con el FUSIL, como guía de la lucha histórica y constante.

POR LA RAZON Y LA FUERZA, LOS TRABAJADORES AL PODER

SÓLO PODEMOS LA VÍA REVOLUCIONARIA
COMBATE O MUERTE

Desde algún lugar de Chile, Enero de 2010

Movimiento de Izquierda Revolucionaria – Ejército Popular Revolucionario (Batallón Chile)

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