Juan Pablo Orrego. Presidente de Ecosistemas y Coordinador Internacional del Consejo de Defensa de la Patagonia, desde Roma, Italia, para El Divisadero.
Resulta chocante escuchar a los ejecutivos de Enel, en Roma, el pasado 29 de abril, con ocasión de su Reunión General Anual…junta de accionistas para nosotros.
Se cubren de flores a sí mismos, y unos a otros, por los supuestos excelentes resultados e internalización de la empresa durante los últimos 10 años.
Aclaran que hoy están sólo en los rubros de energía y gas.
Se vanaglorian de estar actualmente presentes en 40 países, de Siberia a Chile, y de que su adquisición de Endesa/España fue la mayor de este tipo en la historia de Italia., y salimos al mundo y nos va bien” dice sin pudor el Presidente saliente, Piero Gnudi, interpelando a muchos italianos preocupados por el ingreso de corporaciones extranjeras a Italia que capturan porciones de sectores clave de su economía. “Pasamos de campeón nacional a campeón internacional” agrega Gnudi.
Hay que decir que el mercado europeo es un campo de batalla plagado de conspiraciones corporativas, donde todos están siempre tratando de tragarse al otro, o a los otros, y nadie sabe quién va a pertenecer a quién mañana. La tendencia monopólica es clara: cada vez menos corporaciones “regentan” el mundo. ¿No era esto un pecado en la doctrina del libre mercado? Definitivamente el mercado se soltó las trenzas.
¿Qué pasó con las regulaciones, las normas antimonopólicas? ¿Qué hace la Comisión Europea?
Los ejecutivos de Enel informan que tienen 60 millones de clientes y una capacidad instalada de 36.000 MW al 2010. Dicen que millones de personas hoy salen de la pobreza y que esto es en las “piernas” de la energía. Que “se necesita de una revolución tecnológica para sostener el crecimiento económico en forma sostenible”… upps. Y luego la sorpresa: que su deuda asciende a 44 mil millones de euros, pero que no están ni ahí, que no les interesa siquiera pagarla. Literalmente.
Un analista me comenta que gracias a la compra de Endesa/España, el control de Enersis y las operaciones en Latinoamérica, tienen un flujo de caja muy superior a los intereses de la deuda, lo que les permite sentarse en ella e ir pagándola de a poco. Otro me dice que también hay mucho de ‘bluff’ en estas declaraciones. Siguen diciendo que son pioneros en tener Código de Ética y Autodisciplina.
Que el 19% de su flotante está en “fondos éticos”.
¿Tendrá esto algo que ver con las inversiones HidroAysén para comprar conciencia en la región? Gnudi termina aclarando que “el interés de la Sociedad
En el es siempre la prioridad absoluta del Consejo de Administración”. Se nota. Luego tercia Fulvio Conti, de perfil definitivamente Berlusconiano.
Respecto a Hidroaysén y nuestros alegatos de dos minutos y medio, nos tira un discurso de 25 minutos para decirnos que Chile tiene una democracia e institucionalidad ejemplar “desde hace décadas”, que la empresa siempre respeta las leyes locales de los países que “los acogen”.
Que necesitamos duplicar la capacidad en los próximos 15 años para poder seguir creciendo a ritmo elevado; que no tenemos ni petróleo ni gas ni carbón, así es que las grandes hidroeléctricas son fundamentales. De hecho ante una pregunta respecto de las hidroeléctricas a menor escala dice, casi burlón, “con 300 o 500 MW no vamos a cambiar el mundo”. ¡
Uau¡
el paradigma MEGA en todo su esplendor.
¿Y quién les pidió que cambiaran el mundo, y de la atroz y megalomaníaca forma que pretenden hacerlo?
Dice que HidroAysén es fundamental para Chile y que beneficiaría a todos los chilenos.
Dice, ¡ojo! que se hacen totalmente responsables del accionar de su filial Endesa.
Que no piensan cambiar su carpeta de proyectos ni su agenda. Que las represas se harán.
Que el EIA se hizo con instituciones del más alto prestigio, avalado por la autoridad.
Que si leyéramos el estudio veríamos que el proyecto es benéfico, no perjudicial.
Que quedan sólo 100 observaciones por contestar, que han disipado todas las dudas.
Que sólo 14 familias “en un territorio muy vasto” deberán ser relocalizadas, pero que no harán nada al respecto hasta no recibir la autorización.
Que HidroAysén afecta una ínfima superficie de Aysén,
insólito.
Más aún cuando Conti no se hace cargo ni por un minuto de las líneas de transmisión, es como si no existieran. Al final, su estrategia es clara y cobarde: se escuda detrás de la “ejemplar democracia chilena” y sus magníficas leyes e instituciones, algo que venimos enfrentando desde los tiempos de la defensa del Biobío.
Qué duda cabe que sabe de nuestra extremadamente imperfecta democracia, ¿cómo no va a saber si están justamente pretendiendo abusar de ello?
Hasta nos amenaza: termina diciendo que podrían “tomar acciones que las leyes chilenas les permiten contra los grupos y personas que arruinan las relaciones de Endesa con las poblaciones local”. Cinismos y chifladuras aparte, Conti nos mete sin embargo un dedo en la llaga: ¿cómo es posible que tengamos el país, el entramado constitucional y jurídico, las autoridades y legisladores que tenemos? Hay mucho que hacer y que cambiar, y somos todos responsables. ¿Sí o no? A ponerle el hombro.
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