sábado, 27 de agosto de 2011

Honduras ¿QUÉ SE ESCONDE TRAS LOS ATAQUES CONTRA JUAN BARAHONA?

Gustavo Zelaya
La prensa local propiedad de los golpistas siempre se ha referido a la dirigencia sindical y del movimiento popular como instigadores de la violencia y como burócratas que se lucran de la ingenuidad de los miembros de los gremios. Muchos de ellos poseen una intachable trayectoria al frente de sindicatos y han enfrentado la represión con valentía. Otros son cuestionados por introducir prácticas poco democráticas en sus organizaciones, cuestión que ha impedido el debate interno y el posible surgimiento de nuevos dirigentes y un liderazgo renovado portador de mayor apertura en el movimiento popular. En el seno de esas organizaciones se han manifestado ciertos vicios propios de los partidos tradicionales y que han estado presentes en todos los grupos políticos de la llamada izquierda, sobre todo la que se jacta de marxista y sus numerosas variantes, incluyendo la novísima clasificación propuesta por un diputado de la izquierda aliada al gobierno humanista cristiana: cuadrados y ¿redondos?

Algunas de esas prácticas tienen que ver con la creencia que una obligación del partido en el seno de los frentes de masas, consiste en copar los puestos de dirección para imponer la línea política, organizando incluso grupos de choque que se encargan de activar en las asambleas para imponer criterios en base a la fuerza del grito, la presencia del machete y de la canción revolucionaria. Al más puro estilo de algunos empleados del Instituto Nacional Agrario simpatizantes de los ¿redondos? Otros se constituyen en una especie de barras al estilo de los seguidores de equipos de futbol para ver quien habla más fuerte y quien hace más bulto sin acudir en ningún momento al debate, al convencimiento o al consenso de los distintos criterios.
Todo lo anterior ha salido a relucir a propósito de la actitud del director del INA respecto al subcoordinador del FNRP Juan Barahona, denunciándolo como corrupto y paracaidista, desconociendo un derecho conquistado por el movimiento sindical que permite a sus agremiados dedicarse a tiempo completo a laborar en el sindicato y a seguir recibiendo el salario respectivo. De haber ilegalidad en el desempeño de Juan Barahona lo correcto era despedirlo y no hacer escarnio público de su figura. Sin embargo, para felicidad de la derecha golpista y sus continuadores en el poder, el director del INA y sus voceros organizaron un espectáculo para denigrar a Barahona acusándolo de paracaidista. En esta ofensiva participa también el diputado de UD Marvin Pónce acusando a los integrantes del FARP de izquierdistas cuadrados. Tal vez sin darse cuenta de las implicaciones de esta controversia, Pónce y Ham se están encargando de hacerle los mandados más sucios a los golpistas y se ubican descaradamente al servicio de los grupos reaccionarios.
Y no sólo los medios golpistas se muestran muy contentos con el vergonzoso papel del máximo dirigente de la UD, también grupos y particulares que se llaman “resistencia pura” la emprendieron contra Juan Barahona y de paso facilitaron los ataques de la derecha contra el FNRP y el Frente Amplio. La agresión se manifiesta en el momento en que se va a iniciar la recolección de firmas para inscribir al Frente Amplio como brazo electoral de la Resistencia, cuando se ha dado un proceso de recrudecimiento de la represión en el Aguan y se han realizado asambleas municipales del FNRP para continuar con la organización, formación y movilización del pueblo. Barahona es un símbolo de un largo trabajo de oposición al capitalismo local y durante mucho tiempo se ha dedicado a edificar y sostener organizaciones populares y revolucionarias desde donde ir respondiendo a los embates del neoliberalismo criollo. Esto no puede ser cuestionado por nadie que esté a favor de los intereses del pueblo, ni siquiera por los dirigentes de la supuesta izquierda ¿redonda?
Alguien con pleno derecho puede dudar del estilo de trabajo de los sindicatos y de sus dirigentes, dudar de los usos poco democráticos al interior de esas organizaciones y de las federaciones obreras; podrían mencionar ciertos derechos adquiridos y hacerlos ver como privilegios como el fuero sindical o cuestionar el manejo de las aportaciones de los agremiados, dudar también del excesivo centralismo y de otras formas arbitrarias con que se dirige y controla las entidades populares. Podría desconfiarse de la justeza y coherencia de algunas exigencias como la rendición de cuentas a los servidores públicos cuando en los gremios es un asunto poco claro. Pero querer sembrar la creencia de que el problema es una persona para ocultar la represión en el Aguan y desvincular ese conflicto de lo que ocurre en el sistema educativo y en toda la sociedad hondureña, es ponerse de lado del gobierno del “humanismo cristiano”. Significa aliarse con los continuadores del golpe de estado en momentos de muertes selectivas, cuando hay una trama para imponer un modelo de enseñanza que prepara a las personas para competir como otra mercancía; equivale también a esconder la realidad de la corrupción y la impunidad cuando vemos el colapso de la salud pública y de la infraestructura nacional, utilizado como el motivo para profundizar el saqueo de la riqueza generada por el pueblo. Los ataques contra la dirigencia popular es la pantalla para encubrir algo más profundo que está en juego: los procesos de privatización de los servicios públicos, de los recursos naturales y de las empresas estatales.
En estos actos urdidos desde las oficinas del director del INA, es decir, desde el representante del gobierno del lobo en asuntos agrarios, se descubre también la plena coincidencia respecto a un dirigente de la Resistencia, la identificación entre César Ham, Mercedes Sarabia, Marvin Pónce o Ricardo Álvarez, o cualquier nombre que se nos ocurra de los representantes del golpismo. Si queda alguna duda sólo hay que observar el apoyo de los diputados de la UD al proyecto de las ciudades modelo, incluyendo su presencia en las comitivas del Congrezoo por Corea y Singapur. Hay un pleno acuerdo entre ellos respecto a Juan Barahona. Es muy posible que tengan algunas diferencias ideológicas o de estilo, o tal vez sólo de forma, pero aquí se han juntado y los más alegres con tal identificación son las caras visibles de la oligarquía nacional. Es esa burguesía parasitaria las que más disfruta de lo que se haga contra los dirigentes de la Resistencia.
25 de agosto de 2011.









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