Marcha. Banderas del "Yo no pago" con la imagen de "peces chicos unidos, se comen al grande". |
Las calles de Atenas cada día se parecen más a las de Buenos Aires en 2001. Marchas, crisis y represión policial se conjugan en un peligroso cóctel que amenaza con derribar al gobierno de Giorgios Papandreou. Miles de personas salieron a la calle a vociferar contra la clase política y los banqueros, se niegan a abonar los tributos que impone el Ejecutivo y los peajes en las autopistas, enfurecidos por el rumbo político y económico de su país.
"Decidimos dejar de pagar los impuestos que impuso el gobierno porque son ilegales. Esta crisis griega no es del pueblo, es del gobierno y de la gente que está en el poder. Ellos robaron dinero, tomaron préstamos de los banqueros y compraron armas y ahora quieren que la gente pague”, aseguró desde Atenas en diálogo con PERFIL George Bakagiannis, uno de los integrantes de Den Plirono (“Yo no pago”), el movimiento que propone la desobediencia fiscal como protesta contra el Ejecutivo.
La organización tiene dos mil integrantes activos y nació hace dos años, aunque adquirió un renovado impulso la semana pasada cuando el Parlamento aprobó un nuevo impuesto sobre las propiedades inmobiliarias, que se cobra con las facturas de luz. Sin embargo, la resistencia de la ciudadanía frente a las medidas del Ejecutivo alcanzó tal magnitud que los sindicatos de la energía eléctrica animaron a sus afiliados a no suministrar los datos de los ciudadanos al gobierno.
“Yo no pago”, que según Papandreou pone en peligro los acuerdos con el FMI y la Unión Europea, surgió como una medida de rechazo contra el peaje de una autopista. Ahora, el movimiento de protesta amenaza con dejar sin recursos las arcas públicas de Grecia.
Perfil.com
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