domingo, 10 de enero de 2010

DETRÁS DE LA REMESA

Estimados Compañeros:

Soy uruguayo.
Deseo relatar algo simple, para el que lo lea.

Venimos de una vigilia; cuatro obreros muertos más uno, casualmente vivo; cayeron al vacío desde el piso trece.

Ninguno era uruguayo. Allí, bajo la nieve y el viento helado, me encontré a otro uruguayo. Un sentimiento espontáneo nos llevó a acompañar el profundo dolor, los reclamos de justicia y los gritos de impotencia de familiares y amigos de éstos emigrantes ilegales, sin más derechos ni ley que su fuerza de trabajo.
Las palabras sobran; pero aclaremos.

Ellos enviaban la remesa a sus familiares, en la vieja y lejana Europa.
Compañeros...detrás de cada remesa hay una tragedia humana, nadie lo dice y no es por ser menos humano, solidario o uruguayo. Sentimiento de clase a secas, aquí y allá, cada uno sabe cómo entenderlo.

Empate de remesas.

Por la remesa, la oligarquía se inventó la guerra del Uruguay.
Por la remesa Vázquez trabaja para Magurno.
Gaggero pagó su remesa al banco, remesa devuelta a su vez, a Gaggero con el cargo en colonización. Cargo utilizado para amenazar, que para eso sirven las alianzas de clase.
No hablemos de categorías A, B, C. Es feo, triste...sin embargo el FA tiene su oficina especializada en embaucamiento público, algo como para matar de tristeza al más aguerrido militante.

Hablemos de clases sociales. Un poco de solidaridad

Cuando con la desvencijada herramienta el FA "llegó" al Palacio, muchas horas de descanso luego del laburo mínimo de diez o doce horas, del emigrante llenaron contenedores de todo tipo de útiles para que la burocracia FA hiciese "su" propaganda. Y más Remesas llegaron silenciosas mientras Astori enviaba las remesas al FMI. Transformando cual un mago, una soberana deuda, en una deuda soberana.

Grandioso el FA!

Por la remesa abrazamos a Bush. Por la remesa a Chávez, es decir todo vale si lo espiritual no roza lo material siempre y cuando vivas en un cantegril.
Existió un personaje que durante muchos años vivió gracias a la remesa recibida, remesa que le fue retirada cuando se supo que la repartía entre los vecinos pobres. Su actitud solidaria no empaña el hecho de que haya sido la tragedia humana más grande de nuestra oculta y mentida historia.

Todos saben que hablamos de nuestro prócer, Don José Artigas.
Ricardo Perdomo

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