23-01-2010
Entrevista a Bertha Oliva, presidenta del Comité de familias de detenidos y desaparecidos de Honduras.
Cathy Ceibe
L’Humanité
Después de las elecciones generales, ¿Cuál es su percepción de la situación en Honduras?
-Rechazo hablar de elecciones. El 29 de noviembre, la dictadura organizó un acto público dirigido a medir el grado de aceptación de su barbarie. Durante su fiesta, y después, nunca han cesado las amenazas de muerte y de intimidación. Estamos frente a una derecha macabra y frente a un deterioro acelerado de los derechos humanos. Diversos informes dan fe de graves violaciones: de asesinatos, hostigamientos, registros domiciliarios a personas ligadas a la Resistencia… Sufrimos un cinismo oficial, una manipulación política y mediática brutal que mata. Honduras sigue sometida a los intereses de la oligarquía. Y el problema de fondo, las desigualdades sociales, permanece intacto.
¿Teme usted un recrudecimiento de la violencia contra miembros de la Resistencia?
-Tenemos la confirmación de que existen “planes de muerte”. Circulares de las fuerza armadas (FFAA) e igualmente del G-DOS (servicios de información militar) requieren a los alcaldes para que denuncien a los miembros de la Resistencia. Es un arma de doble filo, porque no sólo está amenazada la Resistencia sino también cualquiera que no colabore. Hasta ayer, se perseguía a los eran claramente identificados de izquierda. Las acciones eran ejecutadas por los escuadrones de la muerte y eran menos visibles. Y la impunidad era total. Hoy, la situación es la misma que en el pasado. El primer objetivo de los golpistas, bautizado “operación 72”, pretendía desarticular a las masas. Fue un fracaso. Durante la “operación silencio”, reforzaron la represión. La “operación silencio” consiste en paralizar a las masas para instalar la dictadura. Las ejecuciones son selectivas pero disfrazadas de víctimas del crimen organizado y de la delincuencia común. La situación es terrible. Nosotros trabajamos a favor del “esto nunca más” desde hace 27 años, respaldando a las familias de las víctimas del siglo XX. Y ahora, debemos apoyar a las víctimas del siglo XXI. Pero no capitularemos. La verdad y la justicia no son negociables.
¿Es posible un cambio después de la investidura de Porfirio “Pepe” Lobo?
-El entorno de Pepe Lobo está compuesto de militantes fieles a los designios de los halcones del Pentágono. Y no creo que él quiera o pueda desprenderse de ello. Para el Pentágono, es importante vencer en Honduras. Imponer el golpe de Estado y unas “elecciones” que lo legitimen, es una victoria de los Estados Unidos sobre los pueblos de América Latina con la esperanza de que se produzca el efecto dominó.
Traducido para L’Humanité en español por J. A. Pina
Fuente: http://www.humanite.fr/Humanite-dimanche
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