lunes, 11 de enero de 2010

NO HAY PAZ SIN RESPETO A LA CREACIÓN

La promoción de la paz en el mundo y el respeto del medio ambiente están íntimamente relacionados. Así lo afirma un sabio consejo: “Si quieres la paz, protege la creación”. Esta es una reflexión sobre cuestiones de actualidad relativas a la paz en el mundo.

Esta reflexión está dedicada al medio ambiente, entre las muchas amenazas contra la paz, no son menos preocupantes los peligros causados por el descuido, e incluso por el abuso que se hace de los bienes naturales que Dios nos ha dado.

Recordamos que en 1990, se habló que habría una “crisis ecológica”, haciéndose notar la urgente necesidad moral de una nueva solidaridad. Este llamamiento se hace hoy todavía más apremiante ante las crecientes manifestaciones de una crisis que sería irresponsable no tomar en seria consideración. Entre estas esta el desorden climático, la desertificación, el deterioro y la pérdida de productividad de amplias zonas agrícolas, la contaminación de los ríos y de las capas acuíferas, la pérdida de la biodiversidad, el aumento de sucesos naturales extremos, la deforestación de las áreas ecuatoriales y tropicales.

Así como en el mundo existe un desorden climatológico verídico, porque el hombre no cumple con las leyes que Dios ha puesto en la conservación de la Tierra, de igual manera también existe un desorden social, porque cada día va avanzando más la violencia, que en sus diferentes formas está destruyendo la familia y la sociedad, como es notorio por las noticias continuas que tenemos a nivel mundial. Esas son las consecuencias de no cumplir la ley moral, ni los valores de vida que son: la verdad, la justicia, la unidad, la libertad, la paz, la armonia, la vida.

Actualmente ya se ha tomado conciencia para corregir el desorden climatológico, después de 19 años que fue anunciada, esperamos igualmente se realicen grandes reuniones mundiales para corregir el desorden social, reafirmamos que el desorden social se va a corregir cuando nosotros cumplamos con la ley moral y cultivemos los valores en cada uno de nosotros, en bien de nuestra familia y en bien de la sociedad. Hagamos esto para salvar al mundo.

Sigamos reflexionando, nos debemos referir a los conflictos causados por el acceso a los recursos, así como al creciente fenómeno de los llamados prófugos ambientales, personas que deben abandonar el ambiente en que viven y con frecuencia también sus bienes a causa de su deterioro. Todas éstas son cuestiones que tienen una repercusión profunda en el ejercicio de los derechos humanos como, por ejemplo, el derecho a la vida, a la alimentación, a la salud y al desarrollo.

DEBER MORAL

El cuidado del medio ambiente supone un deber de carácter ético hacia los pobres, que son quienes sufren mayormente las consecuencias de la degradación del medio ambiente, y las futuras generaciones. No se puede valorar la crisis ecológica separándola de las cuestiones ligadas a ella, ya que está estrechamente vinculada al concepto mismo de desarrollo y a la visión del hombre y su relación con sus semejantes y la Creación.

Es necesario, por tanto, hacer una revisión profunda y con visión de futuro del modelo de desarrollo, reflexionando además sobre el sentido de la economía y su finalidad, para corregir sus disfunciones y distorsiones. Lo exige el estado de salud ecológica del planeta; lo requiere también, y sobre todo, la crisis cultural y moral del hombre, cuyos síntomas son patentes desde hace tiempo en todas partes del mundo.

La raíz de la crisis es que el ser humano se ha dejado dominar por el egoísmo, perdiendo el sentido de las leyes de la Creación, y en su relación con la Creación se ha comportado como explotador y dictador, queriendo ejercer sobre ella un dominio absoluto. Cuando el hombre, en vez de desempeñar su papel de colaborador de Dios, lo suplanta, termina provocando la rebelión de la naturaleza, “porque la naturaleza defiende a la naturaleza”.

Por un lado, existe una responsabilidad hacia los países más pobres, que sufren crecientes dificultades a causa de la negligencia o el rechazo por parte de tantos a ejercer un gobierno responsable respecto al medio ambiente. Por otro, se corre el riesgo de hipotecar el futuro de las próximas generaciones, pues el ritmo actual de explotación pone en serio peligro la disponibilidad de algunos recursos naturales, no sólo para la presente generación, sino sobre todo para las futuras.

El deterioro ambiental es frecuentemente el resultado de la falta de proyectos políticos de altas miras o de la búsqueda de intereses económicos miopes, que se transforman lamentablemente en una seria amenaza para la Creación. Los costos que se derivan de la utilización de los recursos ambientales comunes no pueden dejarse a cargo de las generaciones futuras. La crisis ecológica muestra la urgencia de una solidaridad que se proyecte en el espacio y el tiempo. En efecto, entre las causas de la crisis ecológica actual, es importante reconocer la responsabilidad histórica de los países industrializados. No obstante, tampoco los países menos industrializados, particularmente aquellos emergentes, están eximidos de la propia responsabilidad respecto a la Creación, porque el deber de adoptar gradualmente medidas y políticas ambientales eficaces incumbe a todos.

Nos agrada saber que en la reunión mundial en Copenhague, se esta tratando de encontrar una solución al desorden climatológico. En el mundo sigue avanzando cada día más la violencia que nos está trayendo el desorden social, si esto continua podemos llegar a más graves consecuencias que el desorden climatológico. Por esas razones debemos propiciar que haya una reunión mundial, para tomar acuerdos y disminuir el desorden social. Creemos que la solución esta en que todos los países del mundo se comprometan a hacer grandes campañas de valores hasta conseguir que todas sus autoridades y todas las familias, vivan los valores y la moral, todos los días, hasta que se haga vida en nuestra vida. Renovamos un llamado a todos los hombres de buena voluntad que han tomado muy en serio el desorden social, para que en adelante ellos propicien una reunión mundial de los países y busquemos la paz, nada más que la paz, para salvar al mundo.

Lima, Perú, 16/12/2009 COAUTOR: ING. HERNÁN VÁSQUEZ CABRERA

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