Los presidentes no controlan la CIA; están controlados por la CIA.
El fallido atentado del día de Navidad en Detroit ha provocado una revaluación por mandato presidencial de las fallas cometidas por las agencias de inteligencia responsables por el desastre. Se supone que el problema se resuelva con mayor colaboración entre ellas, análisis más preciso, y mayor atención a detalles.
¿Pero no era por eso que se estableció el monstruoso Ministerio de Seguridad de la Patria? ¿No tenía el propósito de coordinar el fruto de trabajo de todas las agencias de inteligencia históricamente antagónicas? Esencialmente las agencias recibieron órdenes a comportarse de manera diferente a como lo han hecho durante generaciones.
Desde hace muchos regímenes, el presidente Harry Truman le escribió a un amigo, quejándose de la naturaleza de la CIA: “Cuando asumí el mando, el presidente no tenía manera de coordinar los datos de inteligencia recolectados en diferentes partes del mundo”.
La Oficina de Servicios Estratégicos (OSS) establecida bajo Roosevelt se transformó en la CIA, y rápidamente llegó a ser una fuerza que ningún presidente pudo controlar y una en la que pocos presidentes pudieron confiar. Aunque Truman quería un servicio de información global, la agencia tenía otros planes.
"No se concibió como una agencia de capa y espada”, escribió Truman. "Se suponía que sería un centro para mantener informado al presidente sobre lo que pasaba en el mundo”. El presidente Truman insistió que nunca quería que la CIA "actuara como una organización de espionaje."
Pero a fin de cuentas, no importaba lo que el presidente quisiera. Los presidentes no controlan la CIA; están controlados por la CIA.
Después de los tremendos fracasos de inteligencia que llevaron a los eventos del 11 de septiembre, y los fallos de inteligencia que precipitaron la guerra contra Irak ¿ por qué nos sorprende que después de casi una década, la nación está de nuevo al borde de un mini 11 de septiembre?
Cualquier agencia que controla la información del presidente, también controla sus opciones. Y como en los tiempos de los emperadores romanos, la ilusión del poder de la presidencia es tan seductiva que la agencia se convierte en una herramienta para intentar controlar y cambiar el mundo. ¿Un líder que no te cae bien? Ordena un asesinato. ¿Un gobierno al que te opones?
Cómprate a sus opositores. De esta materia está hecha la CIA.
Si dudan de esto, lean el libro escrito por Tim Weiner Legacy of Ashes: The History of the CIA (El legado de cenizas: la historia de la CIA), publicado por Doubleday en 2007. Conocerán una agencia que manipula a sus presidentes como si fueran yoyos. Sus agentes han cometido crímenes dentro del país y en el extranjero. Han hecho todo menos proteger al país.
Durante un breve momento después del 11 de septiembre, pareció que la CIA podría ser abolido debido a tantos fracasos. Ese momento llegó y se fue. Ahora, considerando el aumento exponencial del número de agencias de inteligencia y del peso de los datos de inteligencia, hay demasiada información para recopilar, clasificar, entender y usar para actuar.
Por el momento hay nuevas reglas....hasta la próxima.
Desde el corredor de la muerte, soy
Mumia Abu-
Jamal
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