jueves, 7 de enero de 2010

Uruguay: la tierra para quien la trabaja

Ramón Haniotis de Radio Nederland
6 Enero 2010

Desde que los reyes de las potencias colonizadoras repartieron las tierras de América a sus encomendados, la posesión del suelo productivo ha sido motivo de conflictos.

En Uruguay las sociedades anónimas han adquirido grandes terrenos plantados de eucaliptos y pino, para fabricar papel, y soja para alimentar cerdos en Europa. El primer Gobierno progresista entregó tierras a los campesinos asalariados, que ahora las ocupan para reclamar apoyo técnico- financiero y no los acusen de ineficientes. El presidente electo, José Mujica dijo que "ser revolucionario con un gobierno progresista es un bollo". RNW conversó con el dirigente campesino Jorge Rodas.

Ocupación de tierras. ¿Qué hará el compañero Presidente?
Un grupo de familias de zafreros de la caña de azúcar ocupó más de dos mil hectáreas de tierra en el norte de Uruguay. Durante muchas décadas, las condiciones de trabajo en esa zona fueron de salvaje explotación, y los cortadores de caña vivían en condiciones deplorables, sin casa, con salarios miserables y sin escolarización para sus hijos. Además, los patrones no pagaban en moneda nacional si no con bonos, que sólo eran aceptados en los comercios de los dueños de la tierra y la plantación. Ello generó que justamente allí, a comienzos de la década de los 60, surgiese una parte de lo que luego fue el Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros. Si bien ese grupo guerrillero se caracterizó por sus acciones urbanas, también tuvo un gran arraigo entre los "peludos", como se conoció siempre a los zafreros de Bella Unión, en el Departamento de Artigas.

Uno de los organizadores del primer sindicato de esos campesinos, Unión de Trabajadores Azucareros de Artigas, UTAA, fue Raúl Sendic, quien luego fue el líder indiscutido de los Tupamaros. Otro de los dirigentes guerrilleros fue José Mujica, presidente electo de Uruguay, quien asumirá el próximo 1 de marzo. La situación actual de los cañeros es mucho mejor, pero dista demasiado de ser buena.

El fenómeno de estas acciones de ocupación es nuevo en ese país y llama la atención, pues comenzó después del primer Gobierno de izquierda, encabezado por el Dr. Tabaré Vázquez. La primera toma de tierras ocurrió en el 2006, un año después de que asumiera el primer mandatario izquierdista en la historia de Uruguay, e inmediatamente se acusó de provocadores e impacientes a los trabajadores ocupantes. En los años siguientes se ocuparon otros dos predios de algunos cientos de hectáreas, lo que hizo aumentar la temperatura del debate sobre ese tipo de acciones bajo un Gobierno progresista. Y esa palabra, progresista, se cargó de una tinta negativa y peyorativa para los seguidores de las ideas de Sendic, "La tierra para el que la trabaja", y de un color de esperanza para quienes, como Vázquez y Mujica, optaron por, desde el Parlamento y la Presidencia, reformar las estructuras sociales mediante cambios desde el poder obtenido en las urnas. Con la ocupación queda claro que no todos están dispuestos a transitar lentamente por el largo camino de las reformas.

Una de las primeras acciones llevadas a cabo por los "peludos de Bella Unión" a comienzos de los 60, fue una marcha de más de 500 Km. hasta Montevideo. La agotadora caminata recibió tanta solidaridad popular como repudio de políticos y la clase media, horrorizada de ver niños desnutridos y adultos sucios y analfabetos. Las ocupaciones actuales también reciben solidaridad y causan rechazo, pero ahora gobierna la izquierda, y el Presidente electo también había enarbolado la bandera de "La tierra para el que la trabaja". Con estas tomas de tierras, el futuro mandatario uruguayo, José Mujica, tendrá un problema difícil de resolver, ya que deberá demostrar que respeta el Estado de derecho y, además, que no se ha olvidado de dónde viene y de quiénes son, o fueron, sus compañeros de camino hacia el futuro de justicia social que buscan, o buscaron.

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