El ministro de Defensa tuvo que huir y hasta los músicos protestaron
Abucheos y consignas contra el Gobierno y su política de austeridad, banderas negras, puños en alto y enfrentamientos con las fuerzas policiales marcaron la celebración de la fiesta nacional ayer en Grecia. El punto culminante fue la cancelación del desfile militar en la ciudad de Tesalónica por la irrupción de centenares de manifestantes que protestaban contra la estrategia económica neoliberal del Gobierno socialista encabezado por Yorgos Papandreu. Este hecho sin precedentes condujo al presidente de la República helena, Károlos Papulias, que asistía al acto, a abandonar la celebración visiblemente furioso.
Las mismas escenas se repitieron en otras ciudades griegas, durante los desfiles estudiantiles previstos en todo el país. En muchos casos, la gente que asistía animaba a los estudiantes a negar el saludo a los representantes del mundo político que estaban presentes.
En el desfile delante del Parlamento heleno, en Atenas, algunos estudiantes llevaban camisas negras, otros pasaron por delante de los políticos con puños en alto e incluso los músicos de la banda municipal protestaron a su manera, llevando cintas negras encima de sus instrumentos. Un grupo de manifestantes intentó romper el bloqueo policial y colarse en el desfile. Al no conseguirlo, los estudiantes empezaron a lanzar huevos y tazas de café a los antidisturbios.
Indignación en todo el país
En el barrio ateniense de Peristeri, los estudiantes dieron la espalda a los políticos presentes entre fuertes aplausos, mientras en la ciudad de Patrás, los asistentes arrojaban huevos y botellas de agua contra el viceministro de Defensa, Kostas Spilióulos. Al final, cuando la gente trató de acercarse al podio, tuvo que huir escoltado por la Policía.
En la isla de Corfú, el desfile fue cancelado, igual que en Tríkala, donde varios manifestantes golpearon a un diputado socialista que se había acercado hasta allí. En la isla de Syros también estaba previsto cancelar el desfile, pero los sindicatos locales de maestros y las asociaciones de padres organizaron en cambio una marcha alternativa, subiendo a niños pequeños en las plataformas oficiales.
El primer ministro, Yorgos Papandreu, criticó con dureza los incidentes ocurridos ayer. Papandreu denunció que “los intentos autoritarios de algunos por imponer su punto de vista lesionan la democracia y las tradiciones democráticas del país”.
El ministro de Finanzas Evángelos Venizelos criticó a los que “alzaron sus banderas sindicales e insultaron al presidente de la República”. El propio presidente Papulias se mostró irritado por los que le estaban acusando de “traidor”, indicando que él mismo fue miembro de la resistencia nacional.
La oposición, dividida
La oposición conservadora también tuvo palabras de condena. Para el líder del conservador Nueva Democracia, Antonis Samarás, “los incidentes han sido una reacción fatal a una política desastrosa”. Por el contrario, los partidos de izquierda, KKE y Sýriza, se solidarizaron con los indignados. Ambas formaciones aplaudieron la reacción espontánea del pueblo reivindicando su dignidad, igual que Manolis Glezos, el personaje más emblemático de la Resistencia griega, que apoyó “el no del pueblo a la política actual de servidumbre”.
La fiesta nacional griega del 28 de octubre, también conocida como el “Día del No”, conmemora la negativa del pueblo griego al ultimátum de la Italia de Mussolini, que amenazaba con invadir el país durante la Segunda Guerra Mundial.
Agencias/Aporrea
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