"La idea de que Estados Unidos es la única nación virtuosa puede ser reconfortante para los estadounidenses. Lástima que no sea cierta”, escribe Stephen M. Walt, profesor de la Kennedy School of Government de la Universidad de Harvard, en un valiente análisis que titula“El mito de la excepcionalidad americana” y publica la revista Foreign Policy del Washington Post
"Esta fe incuestionable en su excepcionalidad hace más difícil para los estadounidenses entender por qué otros no se muestran entusiastas respecto a su supremacía, alarmados por sus políticas e irritados porque consideran una hipocresía que Estados Unidos condene la conducta de otros sin tener en cuenta las faltas propias.
Aunque sin escapar totalmente de los moldes informativos impuestos por Washington a los medios corporativos del mundo, Walt valora que “lo malo de tan autocomplaciente cuadro acerca del papel global de EE.UU. es que casi todo es un mito. Aunque Estados Unidos posea ciertas cualidades únicas -desde su alto nivel de religiosidad hasta su cultura política que privilegia las libertades individuales-, su conducta en asuntos de política exterior la determinan su poderío relativo y la naturaleza competitiva de la política internacional, considera Walt.
El académico norteamericano señala en su trabajo que lo que el país necesita es una evaluación crítica y realista del verdadero papel que debe desempeñar Estados Unidos y sus contribuciones a nivel global. En ese espíritu enuncia así los cinco principales mitos sobre la “excepcionalidad americana”:
1.- Hay algo excepcional en la excepcionalidad americana.
2.- El comportamiento de Estados Unidos es siempre mejor que el de los demás países.
3.- Los éxitos de Estados Unidos derivan de su especial genialidad.
4.- La mayor parte de todo lo bueno que ocurre en el mundo se debe a Estados Unidos.
5.- Dios está siempre del lado de Estados Unidos.
Respecto al primer mito, el autor valora que cuando un líder estadounidense habla de responsabilidades “únicas” de Estados Unidos, lo que se significa es que éstas son diferentes de las de las demás potencias dada la hegemonía excepcional que ejerce Washington.
La creencia de que Estados Unidos es la única nación virtuosa, la que ama la paz, cultiva la libertad, respeta los derechos humanos y constituye un estado de derecho, se expresa en el segundo mito.
Según Walt, Estados Unidos puede no haber sido el más brutal de los estados en la historia del mundo, pero cualquier examen desapasionado del registro histórico contrasta con la afirmación de la superioridad moral de Estados Unidos.
.*Manuel E. Yepe periodista cubano, especializado en temas de política internacional.
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