sábado, 15 de octubre de 2011

No hay liderazgos infalibles

David Rabinovich

Periodista
Todos los líderes cometen errores, pero no pueden cometer muchos ni muy graves sin que se les pase la factura correspondiente.Quizá a Tabaré las palabras se le adelantaron al pensamiento. Quizá no debió estar hablando para un grupo de muchachos en un colegio del Opus Dei. Quizá...Pueden ser muchas cosas las que pasaron y no todas tener una explicación racional, o al menos razonable
Después de este período de un segundo gobierno del Frente Amplio me estaba reconciliando con el Dr. Vázquez. En las comparaciones con blancos y colorados cada vez más me parecía en un nivel superior. Comparando los gestos, acciones y resultados de su gobierno y el actual ¡estaba comenzando a extrañarlo!
La hipótesis de que el conflicto con Argentina se agravara se nos ocurrió a muchos. Lo que duró el bloqueo del puente, las cosas que se vieron y que se oyeron, no daban para optimismos ni entusiasmos. Es indiscutible que si el conflicto se ponía morado, el enfrentamiento no era opción. Pero que la prepotencia y la soberbia porteña existen, ¡existen! Todo bien hermanos argentinos, pero la energía eléctrica de Paraguay o el gas de Bolivia o el dragado de los canales o el tránsito de mercaderías... A la integración solidaria para el desarrollo, le falta transitar muchos caminos.
Tampoco puede dejar de considerarse que, en aquel entonces, el gobierno recurrió al Mercosur y se pidió la intermediación de los socios, Brasil en especial y el compañero Lula atendió los intereses de Brasil de forma excluyente. Eso también es cierto. La región dejó al Uruguay y a la Argentina que arreglaran sus diferencias "bilaterales" y chau.
Todo lo anterior no justifica, me parece, recurrir en busca de ayuda a Condolezza y Bush. En mi forma de ver las cosas son criminales de lesa humanidad.Hay errores humanos y niveles de tolerancia, personales y sociales. A Tabaré lo lincharon los medios. No me extraña porque, en general, el sistema de medios responde a la derecha.
Quizá la gente común y sencilla sepa disculparlo.
La derecha le cayó encima con la dureza que se podía esperar. Tabaré no suele equivocarse de esa forma y la ocasión fue muy bien aprovechada. Pero además, los niveles de tolerancia de la izquierda de horizonte socialista están muy desgastados, por el uso excesivo al que los viene sometiendo un discurso confuso y un rumbo errático.
Allí está el tema de la prescripción de los delitos de lesa humanidad que no me deja mentir.
Hay errores humanos y niveles de solidaridad ante el compañero que tropieza. ¡Cómo fallamos los que nos consideramos de izquierda en materia de tender la mano al compañero caído!Es media tarde del jueves, escribo sobre caliente y ese no es mi estilo.Estoy impactado.
Los uruguayos podemos habernos quedado sin la mejor opción para continuar, profundizar y "enderezar" un proceso de cambios que -por ser auténtico- tiene etapas difíciles y de reflujo. Etapas de confusión donde faltan ideas, gestos generosos y líderes sinceros, pero sobran intereses personales o corporativos, pequeñeces sectarias y calculistas.
No creo que se pueda convencer a Tabaré de no dar un paso al costado. Siento que la pérdida es enorme, no solo para mí, ni para el FA, para mis nietos, para el futuro y para el Uruguay.
Yo creo todavía en la dignidad, pero reconozco que la izquierda se ha envilecido, se ha contaminado con la mentada "ética de la responsabilidad" y el "pragmatismo".
Pero las opciones que ofrece la derecha, siguen estando mucho más distantes de mis viejas, queridas e irrenunciables utopías. Si pudiera tenderle una mano solidaria lo haría.
Sin dudarlo un instante.

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