lunes, 11 de enero de 2010

Carta de Dios a Álvaro Uribe Vélez

La petición del Dr. Varito para su reelección

Estimado Dr. Varito:

Según he leído en el prestigioso diario El Tiempo, usted ha puesto en mis manos el asunto de su re-reelección en Colombia. Le agradezco infinito que requiera de mis oficios divinos, y créame que este tipo de peticiones las tomo seriamente a pesar de tener ocupaciones que me ocupan una eternidad, tales como revisar que los planetas giren en sus órbitas debidas, que las leyes de gravedad y relatividad funcionen tal y como las diseñé, que no se mueva ni la hoja de un árbol sin mi debida supervisión, además de la pelea constante que tengo casada con el primer terrorista que tuvo el firmamento, el tal Satanás, ángel al que creé personalmente, pero que se me cambió de bando como cualquier informante de la DEA.

Por eso le cuento que debido a mis múltiples ocupaciones, rato ha que declaré el libre albedrío, para que todas las criaturas pensantes que tuve a bien crear hicieran lo que quisieran con sus vidas y una vez aquí en el cielo, arreglar cuentas y ahorrarme así el tiempo de tener que chuzar el pensamiento de billones de seres humanos para llevar un catálogo de sus acciones.

Sin embargo, en su caso he hecho una excepción y me he tomado la molestia de examinar todo el material sobre usted publicado para ver si cuenta o no con mi apoyo para su reelección.

Empecé con un libro publicado apenas usted se posesionó por primera vez que lleva por título “El señor de las sombras”, el cual en verdad lo dejas a usted muy malparado. Nexos con narcotraficantes, creación de las “Convivir” que serían los futuros paras o escuadrones de la muerte, licencias de la aeronáutica civil para conocidos narcotraficantes, amén de que su jefe de campaña era un importador de los llamados precursores para el refinamiento de la coca. Sin embargo, como todo Dios que se respete, consulté otras fuentes, como el Departamento de Estado de los EE. UU. y allí aparecía usted como el narcotraficante número 82 con nexos con Pablo Escobar Gaviria, que aquí entre nos, le cuento que ahora es asesor de cuestiones para Colombia del Satanás mismo.

Pasé luego al libro de Virginia Vallejo, excelente comunicadora, que una vez llegue al cielo le daré puesto como vocera de mis decretos divinos porque la hembra en su época, estaba divina. Pues ese bendito libro también lo deja a usted como un zapato viejo, pues allí se reafirma que usted autorizó las pistas de aterrizaje la flotilla de aviones del mencionado amigo suyo, Pablo Escobar. En resumen dos strikes en contra suya. Sin embargo para recabar más información, conseguí el libro acerca de un hombre que usted nombró embajador y que en Colombia llaman familiarmente como “el general Serrucho”. No sé si usted no leyó el libro o no le importa lo del serrucho, pero también he visto por otras publicaciones que usted se ha rodeado de personajes de tan baja calaña, que Satanás ya les tiene curul en el infierno cuando les llegue la hora.

Otra cosa que me preocupó mucho fue su relación con los gringos y las fumigaciones que hizo del pedazo de tierra que creé, si la memoria no me falla, hace unos 4 o 5 billones años. Los daños ecológicos han sido tremendos, seres humanos enfermos por el veneno esparcido, cultivos destruidos, aguas contaminadas y una tal Monsanto haciéndose rica a costa de repartir veneno a diestra y siniestra. Tal vez uste no lo sepa, Dr. Varito, pero yo, como Dios, me entero de muchas cosas que no salen en los diarios: el negocio de la droga es un negocio enteramente gringo y ellos no están tratando de acabar con la droga sino de controlar su tráfico para llenar aún más sus cuentas bancarias. Pero lo que me llenó la taza fue lo de los falsos positivos, Como usted sabrá, ya que estudió religión en un colegio católico, el primer falso positivo de la historia fue el de la culebra que engañó a Eva para que se comiera la manzana que yo había ordenado explícitamente que ni se atrevieran a morder. Y ahora me encuentro que su gobierno ha estado lleno de falsos positivos, es decir de culebras malintencionadas, donde centenares inocentes han sido asesinados por el ejército para hacerlos aparecer como guerrilleros para decir que fueron dados de baja en combate.

Entonces, Dr. Varito, ya que usted ha puesto en mis manos la cuestión de su reelección, le comunico que su petición ha sido negada y lo que es más, cuando se presente ante mí, tendrá que rendir cuentas por todo lo que aquí se ha dicho. Eso sí, le aconsejo que no traiga de abogado ni al tal José Obdulio Gaviria, ni a un señor de apellido Londoño que parece ser muy amigo suyo, ni a Juan Manuel Santos, y mucho menos a uno a que llaman alias Plinio, ya que su condena estaría de esta manera garantizada de antemano.

Sin más cosas por el momento, se despide de usted infinitamente,

Dios

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