jueves, 27 de octubre de 2011

Brasil condiciona el financiamiento para nuevo trazo Isinuta-Monte Grande

Empresa brasileña OAS en pleno labor de construcción de un tramo de la carretera Villa Tunari - San Ignacio de Moxos.

El gobierno brasileño solicitó a Bolivia la devolución de cuatro mil autos robados y garantías sobre la propiedad de la tierra de sus productores de soya, como condiciones para financiar el trazo alternativo del tramo II de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos.

Según el diario brasileño Valor Económico, citado desde Sao Paulo por la agencia Reuters, el gobierno de La Paz “precisa establecer un cronograma, una línea de acción, para definir con rigor técnico la solución para los parámetros ambientales, financieros, económicos y políticos de ese proceso”.
Los condicionamientos de Planalto apuntan a que Bolivia brinde garantías sobre la propiedad de la tierra a productores de soya, que según datos oficiales, las plantaciones alcanzan a 150 mil hectáreas en las provincias de Santa Cruz.
En esa misma línea, las autoridades nacionales ejecuten la devolución de alrededor de cuatro mil vehículos reportados como robados en Brasil y que ingresaron al país, gracias al plan reciente de nacionalización de autos chutos.
"Eso ayudaría a crear una agenda positiva entre los dos países", dijo la fuente de ese medio de comunicación.

También –Según Valor Económico- Brasil exigiría garantías de que las obras no vuelvan a sufrir interrupciones para “desembolsar otros 250 millones de dólares adicionales”.
Una movilización indígena en defensa del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) frenó la intención del gobierno de construir el tramo dos de la ruta que unirá los departamentos de Cochabamba y Beni, a través de un parque natural.
El presidente Evo Morales se vio obligado a modificar una Ley para cumplir con la principal demanda de organizaciones indígenas que marcharon hasta La Paz.

-Construcción de la carretera

Una fuente del Ministerio de Relaciones Exteriores, citada por Reuters, indica que la gestión de la presidenta Dilma Rousseff quiere destrabar la suspendida construcción de la carretera de 420 millones de dólares.

"Nuestro interés es que la carretera se haga, pero la decisión final es del Gobierno boliviano (...) La pelota está todavía en la cancha de ellos", dijeron desde el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil.
El proyecto que conectará a Brasil con las costas del Océano Pacífico está a cargo de la empresa brasileña OAS, que hasta el momento continúa con la construcción de los tramos uno y tres.
La Paz, 27 octubre 2011 – A.P.V./F.C./

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