Causas y consecencias
Por Tomás Lukin
Dánica pasó a manos de Brasil Foods, nacida de la fusión entre las firmas Perdigâo y Sadia |
La IED hacia Argentina alcanzó los 6300 millones de dólares en 2010, una cifra que refleja la recuperación de los niveles previos al estallido de la crisis financiera internacional. Aunque a nivel regional la participación del país en la entrada de IED es baja, en los últimos años creció el peso de los capitales provenientes desde Brasil. Entre 1995 y 2011, las inversiones brasileñas en Argentina superaron los 9000 millones de dólares. El país representa alrededor del 10 por ciento de la IED brasileña. Se trata de un flujo de inversiones donde priman las fusiones y adquisiciones hacia distintos sectores estratégicos: energía, alimentos, finanzas, petroquímica, autopartes, industrias básicas y acero, entre otras.
Entre los proyectos más significativos figura el ingreso de Petrobras, la adquisición de la cementera Loma Negra por Camargo Correa, la compra de la cervecería Quilmes por parte de AmBev, que también absorbió Brahma, la incorporación del frigorífico Swift a la firma Fibroi, la adquisición del paquete accionario de Acindar por parte de Belgo Mineira, así como la más reciente venta del Banco Patagonia al Banco do Brasil.
La tendencia hacia la internacionalización de las empresas brasileñas, que cuentan con el apoyo y financiamiento estatal para impulsar ese proceso, contrasta con la desvinculación de activos productivos nacionales, lo que resultó en la extranjerización de gran parte del tejido productivo. Esa estrategia fue emprendida tanto por el empresariado local como por el Estado nacional durante los ’90, con las privatizaciones. Por su parte, la salida al exterior de las empresas brasileñas responde a distintos “factores de proyección”, como la necesidad de acompañar los procesos de transformación del sector a escala global o el acceso a mercados protegidos y materias primas en buena cantidad y calidad, así como “factores de expulsión”, como el aprovechamiento del alto tipo de cambio argentino y la necesidad de captar nuevos mercados ante la existencia de fuertes limitaciones al crecimiento de la empresa en el mercado interno de Brasil.
Los investigadores argentinos Carlos Bianco, Pablo Moldován y Fernando Porta advierten en La internacionalización de las empresas brasileñas en Argentina que “más allá de la magnitud cuantitativa se verifica un escaso grado de integración productiva, que implica un bajo nivel de especialización y complementación comercial”.
La profundización del proceso de extranjerización y el reclamo neoliberal para maximizar los flujos de IED llevan a distintos especialistas a advertir sobre la necesidad de regular y direccionar los flujos de IED para garantizar la generación de puestos de trabajo y reducir la remisión de utilidades y dividendos a las casas matrices. En ese sentido, el director del Cenit, Andrés López, señaló a Página/12 que “o bien se desarrolla una burguesía nacional mejorando el acceso al financiamiento y promoviendo la internacionalización indirecta de distintas empresas que aprovechen su participación en las cadenas de valor de las transnacionales o encarás una política más activa vinculada con las IED, como sucedió en Singapur e Irlanda”. Para eso, economistas como Andrés Asiain, del Cemop, remarcan la importancia de redefinir el laxo marco institucional legal en el que se desarrolla la IED.
En relación con los cuestionamientos vinculados con la salida de divisas, López destacó que también son extensivos al comportamiento de una parte del empresariado nacional que fuga divisas o que directamente estructura sus compañías para poder radicar en el exterior parte de sus ganancias.
Página12
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