Cusco |
El estudio fue elaborado por Valerie Andrushko, de la Universidad Estatal de Connecticut del Sur, y Elva Torres, del Instituto Nacional de Cultura en Cusco, Perú, que antes era la capital del imperio inca. Las antropólogas llegaron a esta conclusión tras investigar los esqueletos datados en aquella época y comprobar que pocos de estos tenían huellas de traumatismos violentos.
Las científicas estudiaron 454 esqueletos de personas adultas encontrados en una zona de 150 kilómetros en torno a la antigua capital del imperio en el territorio que pertenecía a los indios. Estaban buscando pruebas que evidenciaran golpes con garrote, hacha u otras armas utilizadas por este pueblo.
Entre los esqueletos datados entre los años 600 y 1.000 solo uno de 36 (un 2,7%) presentaba signos de haber sufrido heridas de combate. Entre los años 1.000 y 1.400, cuando el imperio creció significativamente, la cantidad de esqueletos dañados ascendía al 2,5%; y entre los años 1.400 y 1532, el periodo de la mayor prosperidad del estado, esta cantidad aumentó hasta un 7,8%.
A pesar de este aumento a partir de 1400, los signos de muertes violentas se encuentran en los esqueletos de manera que puede seguir considerándose esporádica. Estos resultados podrían confirmar que las múltiples conquistas de los incas se efectuaban sin violencia
Fuente RT
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