Haciendo una selección de textos para un futuro libro con los artículos de Celia sobre Cuba –ya que es sabido que ella escribió acerca de lo que creía justo hablar de todas las causas en cualquier parte del hemisferio, Chela, la tía imprescindible para Celia y toda la familia, me preguntó por qué no hacíamos un libro con todo el material que teníamos de ella relacionado con los Cinco. La idea era genial ya que, por suerte, conservábamos los escritos publicados por Celia y, quizás lo más llamativo… parte de la correspondencia que ellos mantuvieron durante años.
Cuando comenzamos a revisar, un grupo de personas que conocen bien su obra, y sobre todo su pensamiento y forma de ver la vida, nos dimos cuenta que podría ser un texto muy interesante, resaltándose esa parte humana de Celia y los Cinco Hermanos, a veces, algo desconocida.
Celia fue una revolucionaria visceral, llevaba por dentro a José Martí desde la temprana edad de la adolescencia, pero sus mayores pasiones hasta sus últimos momentos, fueron Fidel y la Revolución, a lo que hay que añadir, como bella obsesión, su amor por los Cinco Héroes. En este sentido tenía una máxima: “Hay que hacer más cosas, no es suficiente todavía”.
Heredó de su madre la pasión infinita por lo que hacía, sin medir las consecuencias, y del padre, el poder analítico y esa pluma exacta, siempre adelantado a su tiempo. Cuando ella y su papá discutían algún tema y este la elogiaba, comentaba, orgullosa, lo que le había dicho. La opinión de papá siempre era muy importante para ella.
Aquí va esta selección, compilación, no sé qué término utilizar, sobre Celia y los Cinco, especialmente en un momento importante: honramos la memoria de ella y seguimos luchando por su causa, que es la de todos. Y como decía ella “te debo verte libre” o “les debemos verlos libres”.
“La amistad –decía José Martí– es el crisol de la vida”. En ese crisol se fundieron las almas de Celia, Antonio, Fernando, Ramón, Gerardo y René en una sola pieza única e indivisible que los marcó para siempre. El intercambio epistolar con Tony –cuya sensibilidad poética y literaria compartió– fue más fluido y amplio. Gran parte de esas cartas y artículos se recogen en este libro, pues si bien Celia les debía verlos libres, nosotros le debíamos a ella dar a conocer esta hermosa amistad nacida entre ambos que, sin conocerse personalmente, pero con el mismo sentir revolucionario y patriótico, fue echando raíces cada vez más profundas.
Luchadora por naturaleza, batalló incansablemente hasta su último día por la libertad de nuestros Cinco Hermanos. Les dedicó artículos en diferentes medios alternativos, participó en múltiples eventos nacionales e internacionales demandando su excarcelación. Colaboró estrechamente con el Comité Nacional de Solidaridad “Justicia y Libertad”; su casa fue escenario de innumerables reuniones de dicha organización; y también con el Comité Internacional por la Libertad de los Cinco Cubanos. Este libro recoge parte de su intenso bregar a favor de la liberación de los cinco héroes prisioneros del imperio.
Y Celia fue feliz, al decir del propio Tony, “porque no hay motivo para la tristeza cuando se tiene ante sí una obra tan hermosa por construir, porque la felicidad del mundo depende de la de cada uno, feliz con el amor y la admiración de los cinco hombres más felices del mundo”.
Norma M. Ruiz Santamaría
Publicado por PANFILOV
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