Asunción. El mosaico de conflictos que afronta el Gobierno argentino por su controvertida política comercial sumó ayer una nueva pieza: Paraguay.
El presidente de ese país, Fernando Lugo, reclamó ayer a los mandatarios del Mercosur el libre tránsito de personas y mercancías por los países del bloque, en especial de la energía, para sortear las asimetrías internas.
La demanda de Lugo se expresó en coincidencia con la preocupación expresada por empresarios paraguayos por la suspensión del suministro de gas por parte de la Argentina que, de acuerdo con la Capagas (Cámara Paraguaya de Gas), comenzó el lunes pasado y se extendería hasta el 4 de julio, con posibilidad de prórroga.
“Veinte años hoy nos llaman a una legítima pausa para que reflexionemos sobre nuestro proceso de integración”, dijo Lugo sobre la historia del Mercosur, durante su discurso de apertura de la 41º Cumbre de Jefes de Estado, a la que no asistió la presidenta Cristina Fernández.
Reclamó que “la real integración no puede ser sinónimo de absorción” y advirtió que “donde las disimilitudes son ignoradas, se podrá construir todo, pero no la integración”.
Tras reconocer la importancia estratégica del Mercosur, dijo que uno de los pilares del bloque está en el Artículo 1 del Tratado de Asunción, que garantiza la libre circulación de bienes y mercadería. “La libre circulación y el acceso directo al acceso de los mercados de los otros estados miembros nos permitirá la transformación de nuestro aparato productivo (de Paraguay)”, completó.
Para Lugo, “la integración energética es parte integral y fundamental de nuestra política exterior” y pidió que cada país pueda “disponer libremente de sus recursos energéticos” mediante el “libre transito de la energía”. “La integración energética es garantía de autonomía del Mercosur”, remarcó.
Paraguay reclama el libre tránsito de energía producida por la represa nacional de Acaray al mercado uruguayo, un punto acordado ayer en la 41 Reunión del Consejo del Mercado Común (CMC), aunque con restricciones.
La Argentina mantiene un prolongado diferendo con Brasil por el intercambio automotriz, crisis que si bien desde el punto de vista político se encuentra encaminada, todavía atraviesa por serias dificultades para una solución práctica, lo cual lleva a la acumulación de miles de automóviles en la frontera.
El Gobierno argentino restringió también el suministro de gas a Uruguay, otro socio del Mercosur, y en 2007 complicó su relación con Chile por las restricciones en la venta del mismo combustible que ya habían sido acordadas desde la década pasada.
Leche para Brasil. Por otro lado, representantes privados de la industria lechera argentina se reunieron con sus pares brasileños para discutir condiciones tendientes a prorrogar el acuerdo bilateral por el cual la Argentina limita en forma voluntaria sus exportaciones de leche en polvo.
El acuerdo estuvo en vigencia desde mayo de 2009 y se venció en abril último. “Desde febrero pasado, el sector lechero argentino ha solicitado iniciar los trabajos con sus contrapartes brasileñas con el objetivo de discutir las condiciones para la posible continuidad del acuerdo de limitación voluntaria para las exportaciones”, señaló el Ministerio de Industria de nuestro país.
Argentina pretende mantener su participación histórica en el mercado brasileño –superior al 70 por ciento de las importaciones totales– que muestra un notable crecimiento en los últimos años, lo que implicaría aumentar sus ventas. Por su parte, Brasil tiene intenciones de conservar las condiciones del acuerdo que finalizó recientemente.
La autorrestricción respondió a un requerimiento efectuado hace más de dos años por el sector privado brasileño.
Fuente: La Voz.ar
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