LA INSOLACIÓN de Horacio Quiroga |
En el año de 1937, supe que tenía un cáncer incurable.
Y supe que la muerte, que me perseguía desde siempre, me había encontrado.
Y enfrenté a la muerte, cara a cara, y le dije:
–Esta guerra acabó.
Y le dije:
–La victoria es tuya.
Y le dije:
–Pero el cuándo es mío.
Y antes de que la muerte me matara, me maté.
Los hijos de los días
“…Lo que Quiroga busca no podría encontrarlo nunca fuera de aquí. Aquí sí, aunque sea muy de vez en cuando. En esta casa que sus manos han alzado sobre el río, Quiroga tiene, a veces, la dicha de escuchar voces más poderosas que el llamado de la muerte: raras y fugaces certidumbres de vida, que mientras duran son indudables como el sol”.
http://eduardogaleano.org/2012/04/29/horacio-quiroga/
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