lunes, 14 de mayo de 2012

INFORMAR NO ES CONTRAREVOLUCIONARI - A FERNANDO RAVSBERG PERIODISTA URUGUAYO

Por Joseba Macías (**)- Llevas veinte años en Cuba, Fernando, en tareas de periodista. Creo que tu primer trabajo fue con la radiotelevisión sueca


Dos décadas trabajando como periodista extranjero en Cuba dan para mucho. El uruguayo Fernando Ravsberg (1957), actual corresponsal de la BBC en la Isla, trata de acercar al resto del mundo la verdadera realidad de la Revolución en estos tiempos de cambios y transformaciones.

Admirado por unos, rechazado por otros, sus crónicas desde la cotidianidad caribeña no dejan indiferente a nadie. Con él estuvimos una larga tarde-noche de tertulia y café en su casa de La Habana charlando en torno a cuestiones tan diversas como el periodismo en Cuba, la situación económica o el futuro político inmediato de la Revolución. Ravsberg habla claro y directo: “Aquí hay una burocracia corrupta a la que no le interesa el socialismo”.



- Sí, así es. Me enviaron porque entonces en todo el mundo se consideraba que la caída de Fidel Castro era inminente. Además, las expectativas de los medios de comunicación occidentales eran que ese cambio de gobierno iba a ser, sin duda, violento.
Yo había vivido el final de Pinochet en Chile, había estado en Perú en los años de Sendero Luminoso, había trabajado en Centroamérica… Tenía una cierta experiencia y por eso me propusieron venir a la Isla. En cuanto llegué, pude ver enseguida que lo que aquí ocurría no tenía nada que ver con la visión que nosotros teníamos en Europa.
Recuerdo bien una conversación que tuve con mi jefe en la que él me hablaba de la toma de las embajadas en La Habana. “Es verdad” –le dije–, “dentro de la embajada de España hay ahora mismo veinte personas en señal de protesta… Y a 50 metros está pasando el Carnaval en el que están participando como unos 300.000 cubanos bailando y tomando cerveza.
- ¿Cuál es la verdadera Cuba?
-” Yo, realmente, no veía síntomas de nada de lo que imaginábamos fuera. Entonces intentamos explicar qué es lo que estaba pasando realmente. Yo le decía a mi jefe que no conocíamos nada de este país, ni siquiera cuál es su religión. “Cómo que no” –me dijo–“son católicos”. “No” –le contesté–, “no son católicos”.
-“¿Vas a decirme entonces que son ateos?” “No, tampoco” –le contesté–“son macumberos. Todos son macumberos”.
Así, el primer reportaje que hicimos se tituló precisamente “Los dioses de Cuba” y hablamos de la santería en un momento en el que la cuestión era absolutamente tabú. Recuerdo que un funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores me amenazó con expulsarme si yo mostraba la imagen de un chivo degollado en un sacrificio.
Ten en cuenta que en aquellos días la santería era vista como una cosa vergonzosa… Ahí empezamos a tratar de dar una visión distinta de Cuba.
Era aquel tiempo en el que corríamos de un lado para otro a la “caza y captura” de “alzamientos populares”, tanques en las calles, golpes de estado y todo eso.Así, cuando llegábamos a barrios habaneros como El Cotorro, porque nos habían dicho que se había alzado completamente, te encontrabas con gente comiendo un helado por la calle o haciendo cola para comprar en algún mercado…Nos costó mucho, la verdad, ir a contramarcha pero, a la larga, esa actitud te da credibilidad, que es a lo que, al fin y al cabo, todo periodista debe aspirar. Esa ha sido nuestra política informativa.Recuerdo que unos años atrás, por ejemplo, hice un reportaje sobre la oposición interna que me costó prácticamente que me acusaran en muchos sitios de “castrista”. Unos años después, Wikileaks reveló que el embajador norteamericano en La Habana recomendaba leer ese artículo para entender cuál es la verdadera realidad de esa oposición. Al final, las aguas se van acomodando y si dices la verdad o tratas de acercarte lo más posible a ella, las cosas toman su cauce.Esa era la idea pero realmente fueron años muy duros, incluso a nivel personal. En aquellos tiempos –años 90, Pe río do Especial– nadie escapaba a esas complicaciones. Pero bueno, aquí estamos”.


- Nos gustaría conocer tu opinión respecto al periodismo que se hace en Cuba.
- ¿Se informa bien en la Revolución?
- Yo creo que los cubanos se informan mal. Creo que los medios de comunicación cubanos informan mal. Eso tiene que ver especialmente con todo un sistema establecido en torno a los medios. En primer lugar, hay una sola línea editorial. Y en segundo lugar, quienes dirigen esa línea editorial están bastante lejos de los medios. Se sale siempre tarde y mal. Me acuerdo que hace ya un tiempo escribí una nota titulada “Los que mandan y los que saben”.
En los medios hay un amplio colectivo de profesionales que tienen una enorme capacidad. Pero ellos no deciden. Eso no pasa únicamente en los espacios periodísticos: en el Ministerio de Relaciones Exteriores, por ejemplo, tienen gente muy capaz, con un verdadero conocimiento de lo que es el trabajo en y con la prensa, pero tampoco deciden.Así pues, el tema viene determinado por los que deciden: un grupo de personas muy reducido, que son fundamentalmente políticos, y que forman parte de lo que aquí en Cuba se denomina el Departamento Ideológico (antes conocido como el Departamento de Orientación Revolucionaria –DOR) y que son quienes marcan la línea general de información.
En los años 90 tuve la oportunidad de asistir a una reunión en un medio de prensa, a la que no había sido invitado. Era el tiempo de los asaltos a las embajadas.Allí estaba uno de los jefes del DOR y un periodista le preguntó en un momento determinado: “¿Cómo es posible que nosotros, los periodistas que estamos con la Revolución, no informemos nada de lo que está sucediendo en las Embajadas y Radio Martí, mientras tanto, sea la fuente de in formación de la población cubana de la Isla? Deberíamos ser nosotros” –decía el periodista
–.La respuesta del alto funcionario del DOR fue la siguiente: “Para un revolucionario no hay más verdad que la del Partido y la del Gobierno. Y mientras el Partido y el Gobierno no se expresen, esa verdad no existe”. Evidentemente eso no puede funcionar bien. Cuando te riges por esos criterios, con una línea editorial única, cuando los que deciden qué publicar están situados a kilómetros de la redacción, con un aparato totalmente burocratizado para la toma de decisiones… Fíjate ahora lo ocurrido con la muerte de Wilmar Villar en Santiago de Cuba.La noticia salió tres o cuatro días después… Y no se puede alegar que el hecho les pilló de sorpresa porque lo de este preso se veía venir… Otro ejemplo: el juicio y la absolución de Luis Posada Carriles en Texas. Tarda ron cuatro días en responder a ese hecho… Esa es la cuestión: hay un sistema organizado de tal manera que no permite que funcione. Esto está haciendo aguas por todas partes
.Que tú tengas 33 muertos de hambre y frío en un Hospital Psiquiátrico y ningún medio de prensa cubano envíe a un periodista para investigar el hecho, es todo un síntoma.1 No me refiero a hablar a favor o en contra. Simplemente a investigar qué fue lo que pasó.

- ¿Y las nuevas generaciones de profesionales? ¿Los jóvenes periodistas también están sujetos a este particular “control mediático”?
- Yo he hablado mucho con jóvenes periodistas a lo largo de estos años. Me han invitado en diversas ocasiones pero siempre en un particular “clima de clandestinidad”. Tuve una conferencia en la Facultad de La Habana, dentro de las aulas, que después me enteré que era “clandestina”. Y tuve otra, a la que me invitaron, en la Universidad de Villa Clara. Negaron todos los locales y cuando me llamaron por teléfono para comentármelo, les propuse llevar el debate al Parque de la ciudad, sentándonos todos en el suelo. A las pocas horas ya había aparecido un local…El problema es que existe un temor en la gente a eso que podíamos llamar “pasarse al otro lado”. O bien que les consideren que se han pasado “al otro lado”. No podemos olvidar que aquí hay un grupo muy importan te de personas con mucho que agradecer.La gente más joven tiene a su mamá que le dice: “No te olvides de dónde yo vengo” o a la abuelita que le dice: “No sabes lo que esto era antes”… Los muchachos por su parte piensan: “Mira, qué gano yo escribiendo una noticia si luego el director no me la va a publicar”.
Porque, ¿quiénes son los directores? Los que mandan, pero no saben nada de periodismo.Y abundan los casos. Casi siempre, cuando vas a un medio, es el segundo en el organigrama es el que verdadera mente sabe. El primero es la persona “de confianza”. Todo eso hace que todavía sea más inoperante el proceso. Entonces, es natural que un joven se pregunte: “¿Qué gano yo con escribir o elaborar notas que después no se publican o no salen al aire?
”Mi consejo personal es que aprovechen los medios digitales. Prácticamente todos los periodistas cubanos tienen la posibilidad de tener un blog.
Por eso podríamos decir que hoy en día lo mejor que se está escribiendo en el periodismo cubano está en los blogs. Es una tendencia mundial y, en mi opinión, aquí y ahora es el medio más adecuado.

- Algo parecido está ocurriendo también en los últimos años en el mundo cinematográfico y audiovisual. Ahí está, por ejemplo, la labor que vienen desarrollando los jóvenes realizadores…- Sí, es cierto, pero ese fenómeno no es nuevo. El cine en Cuba siempre ha venido a cubrir el papel que la prensa no ha podido desarrollar. Yo me acuerdo que cuando llegué hice un trabajo sobre la censura y entrevisté al gran documentalista Santiago Álvarez, que vino a decirme que tanto en el capitalismo como en el socialismo el oficio de periodismo no es tarea fácil. No sé las razones últimas por las que el cine ha tenido más espacios de libertad. Fíjate que el ICAIC nunca cayó en manos del Departamento Ideológico.

Fue lo único que se les escapó. Quizá porque Fidel lo protegió... Cada vez que el Departamento Ideológico intentó hacerse con el control, el propio Fidel lo paró.

Yo creo que el gran drama de este país es el Departamento Ideológico. Si yo fuera el jefe de la CIA trataría de que se mantuviera como fuera. Es, sin duda, el mayor éxito de Estados Unidos en lo relativo a la in formación.Son torpes, lentos, ineficientes, están siempre a la defensiva… Lees por ejemplo el editorial del Granma aparecido el 23 de ene ro en el que se trata de “responder” a las acusaciones vertidas contra Cuba en torno a la muerte del preso Wilmar Villar en la cárcel de Santiago y te das cuenta de lo que estamos hablando2. Lo que se dice ahí es algo así como “tú que hablas, si tú también violas los derechos humanos”, es decir, se trata prácticamente de un reconocimiento pero además con malos argumentos, mal elaborado. Es cierto que todos los me dios en el mundo tienen un control. No nos vamos a “pinchar la manguera entre bomberos”. Pero esto es lo que te digo: aquí es muy estricto, un solo control y lejos, además, de la realidad de la Cuba de hoy.
http://segundacita.blogspot.se/2012/05/informar-no-es-contrarrevolucionario.html

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