El Arca de Noé de las semillas se ha construido en Longyearbyen, Noruega |
Un control que en pocos años ha alcanzado la categoría de acaparamiento. Como explican los estudios de ETC Group sólo entre tres empresas se reparten la mitad del mercado global de las semillas comerciales (Monsanto con una cuarta parte ella sola) siendo prácticamente las mismas empresas que dominan el polo opuesto: los pesticidas, herbicidas o plaguicidas, en definitiva ‘el final de la vida’.
Cifras similares de acaparamiento las encontramos si analizamos el poder corporativo en otros segmentos de la producción agroalimentaria, como los fertilizantes; la silvicultura; la comercialización de los granos básicos; la genética; la industria farmacéutica veterinaria y la producción animal; o el procesamiento y distribución de los alimentos.
Pero no es suficiente manjar para tantas tragaderas y en los últimos latidos de un capitalismo que se desmorona, buscan asegurar sus inversiones en nichos ‘a prueba de bombas’. Así hemos visto, y ha sido ampliamente denunciado por GRAIN, como en la última década ha brotado un impulso irrefrenable por el acaparamiento global de tierras. Disponer el capital como dispone actualmente (y sigue creciendo) entre unos 60 y 80 millones de hectáreas de tierra fértil significa administrar para su beneficio millones de toneladas de biomasa vegetal, convertida en alimentos, agrocombustibles o madera, así como otros recursos minerales ciertamente estratégicos
El acaparamiento de tierras se extiende fundamentalmente por África pero también por otros lugares generando violentos conflictos como en Honduras o Colombia con decenas de personas campesinas muertas en la defensa de sus tierras; o en Andalucía (España), donde recientemente campesinos y campesinas sin tierra han sido desalojados de una finca pública que ocuparon para evitar su venta especulativa
Pero no hemos acabado aquí.
Los discursos en defensa de esta apropiación ya los conocemos,-utilizamos tierras y aguas que la gente no aprovecha para grandes plantaciones o cultivos que generarán desarrollo. Pero la historia de estos megaproyectos, la realidad de estas superplantaciones ligadas a la exportación, sabemos que no reporta beneficios a la población local. Hay demasiados ejemplos para ilustrarlo.
Semillas para producir intensivamente, tierra para producir intensivamente,
agua para regar intensivamente en manos de unos pocos fondos de inversión para acumular capital intensivamente, es la peor de las pesadillas
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