El juicio a Simón Trinidad en Estados Unidos tuvo más de vendetta que de justicia. Fue condenado a 60 aõs por una acción de guerra (captura de prisioneros) y dentro de un proceso que no fue judicial sino político. Purga su injusta pena de una cárcel de supermáxima seguridad junto con reales sicópatas y criminales, mientras a los narcosmilitares colombianos extraditados, que torturaron, mutilaron y creamaron seres vivos, en beneficio de la rancia oligarquía colombiana y corporaciones extranjeras, los tienen en cárceles con mejores condiciones que a Trinidad.
Presentarlo como un delicuente común
Desde el mismo momento en que a Simón Trinidad lo capturaron le violaron todos sus derechos: el FBI lo interrogó y filmó sin la presencia de un abogado y luego usaron lo filmado para incriminarlo. Le acomodaron falsos cargos de tráfico de drogas y lavado de dinero y fue autorizada su extradición en noviembre de 2004 por la Corte Suprema de Justicia colombiana con los siguientes condicionamientos:
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ANNCOL
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