viernes, 21 de mayo de 2010

Crónica de una apuesta entre dos mundos

El Palabro - Relato Corto

En la dimensión número 22 de este universo, existe un importate planeta llamado "Apocalipsis" cuya mayor distracción era jugar a los dados con su vecino planeta, llamado "Armagedón".

Desde los albores de sus respectivas historia, Apocalipsis,que iba perdiendo y no sabía ya que apostar, -era una partida frenética- no tuvo ninguna idea mejor que apostarese con Armagedon, el Fin de los Tiemos" de un planeta de la dimensión, perdido allá e el diminuto sistema solar, en uno de los extremos de la ía Láctea; el plantea en cuestión, era conocido por el nombre "Tierra" aunque bien hubiera podido llamarse "Turulato" a juzgar por el comportamieto de sus pobladores más evoluiconados. En fin, que cómo era un insignificante planeta lleno de contradicciones, si dejaba de existir, tampoco pasaba nada, o, al meos, eso pensó Apocalipsis.

Con el fin de supervisar y garantizar, el éxito de la apuesta, Apocalipsis, envió a los cuatro mejores creadores de disturbios, a ese planeta. Se trataba de sus superdotados jinetes "Guerra", "Hambre", "Enfermedad" y "Muerte". Los cuales, de eó a eón, informaban puntualmente a la metrópolis sobre el curso de sus objetivos.

Las últimas cróicas fueron: Ùltimo informe de "Guerra" a la metrópolis: Aquí en la diáspora, sigo mis planes con éxio inusitad, pero con una salvedad: hoy en día la palabra 'guerra' pone muy nerviosa a la población mundial, no en cambio las palabras 'guerrillas', 'conflictos armados', 'terrorismos', que al fin y al cabo, son los modos moderos de ejecutar la misión que tengo encomendada; y cómo ya he dicho, el éxito es tan claro que casi termino antes enumerando a los países que no tienen alguna situación como esas.

La verdad, yo casi no tengo que hacer nada... Los humanos con sus particulares locuras omnipotentes y sus necedad, junto a sus industrias armamentistas lo hacen todo por mí; actúan tan bien, que consigue mantener vivos los viejos motivos de siempre -hoy casi caducos- por los cuales los humanos se matan entre ellos, a saber: racismos, xenofobias, intoleranacias religiosas y de todo tipo, ambición desmedida de poder y riquez, y una despersonalización progresiva y aberrante. En mi criterio, podría regresar a Apocalipsis, ya que no hago ninguna falta por aquí, y, honestamentente les digo. ¡Quiero volver a casa!

"Hambre" informó a la metrópolis: pues a mí tampoco me va mal. He conseguido que toda la humanidad sufra de hambre: en los llamados país del primier y segundo mundo, la gente se sacia escandalosamente de alimentos, pero cada día sufre más hambre de afectos, caricias, comprensión, compañia, y un largo etcétera, amén de que empiezan haber bolsas de pobreza extrema con mucha hambre.

En cuanto al resto de los paíse, los del tercer mundo y demás, no tienen qué llevarse a la boca. En los primeros mundos, se da un fenómeno curioso: se destruyen alimentos para mantener, cuando no encarecer, los precios de los mismo. Todo ello promovido por el viejo apetito feroz de siempre: el hambre de riqueza material, dinero y más dinero. En fin, que todo va sobre ruedas, tanto que me aburro cómo 'mil ostras'. Miren, estimados jefes: ¿No podrían hacerme regresar a casa? p

"Enfermedad" informó a la metrópolis: puwa no les digo nada cómo me va a mi. No oculto que en parte el mérito es de mis dos hermanos 'Guerra' y 'Hambr' porque digan lo que digan los mas-media, la gente enferma mucho más de esas dos cosas que de la peste actual, es decir, de sida. Sobre todo, eso nuevos 'hambres' de los primeros mundos, posibilitan que mi trabajo sea casi nulo y marche solo... En realidad me la paso casi todo el tiempo tomando sol en las Fychis, mano.... sobre mano... ¡Qué aburrimiento, por Dios!... ¡Mi casaaaaa! ¡Quiero volver!

"Muerte" informó a la metrópolis: chicos, que quierrn que les diga: A mi es al mejor le va. Si a una misión se le puede llamar exitosa, esa es la mía. Nol tengo nada qué hacer, mis tres hermanos lo hacen todo por mí, auque más que la labor de mis tres hermanos, lo que realmente me ayuda es la gran estupidez humana, que junto a su desmedida ambición, y su descomunal egolatría, van derechitos a un exterminio planetario... ¡”Están locos estos humanos, por Dios"! Esto... Ya que mi misión esta cumplida, ¿Cuándo regreso?

Y la metrópolis (o sea: Apocalipsis) celebró por todo las halagüeñas crónicas, tanto que se decidió el regreso de los eficientes jinetes... pero, no faltó algún agorro que otro que, maliciosamente, y más que nada, por fastidar, manifestó: "¿Lo cambiarán?" Y es que la felicidad nuna es plena; ni siquiera en Apcalpsis, de manera que cambiaron su decisión y dejaron que los jinetes siguieran en la Tierra algún eón más, para asegurarse su total destrucción. DesdeApocalipsis" le ha informado su Cronista Mayor.

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