Para pensar, debatir, comprender
"No es la pérdida de un mundo común a través de la violenta embestida de regímenes asesinos y políticas totalitarias lo que la preocupa, sino la desaparición de un mundo común de «lenguaje y acción» mediante los sistemas de valores privativos de las sociedades de consumo capitalistas y el creciente mundo fabricado de verdades políticas creadas por los medios de comunicación de masas. La recuperación del mundo público de la política bajo condiciones de modernidad es un tema central a todo lo largo de la filosofía política de Hannah Arendt”.
Seyla Benhabib, “Hannah Arendt, El orgullo de pensar”, Ed. 2002
“La multiplicidad de opiniones es la materia prima que construye comunidad en diversidad, pues fomenta la escucha, incrementa la conciencia de los límites del propio punto de vista y permite que nos atrevamos a apreciar las diferencias y elegir las voces que mejor nos expresan. En cambio, el monopolio del discurso siempre abusa del oximoron, exige la instalación de falsas antinomias y el rechazo a sus evidentes contradicciones, como cuando enuncia teóricos valores republicanos y niega a los gobiernos democráticos la facultad de fijar políticas públicas. Las palabras jamás son neutrales. La genuina participación ciudadana acostumbra expresarse en debates que restituyen a la palabra su modesta dimensión humana, tan lejana de verdades reveladas por los dioses del Olimpo, cuanto del silencio de los cementerios. La interactividad es la clave. […] Cuando la Asociación Internacional de radiodifusión (AIR) y la Sociedad Interamericana de prensa (SIP) […] acusan a la ley de medios audiovisuales argentina de “amenaza para la libertad de expresión y el derecho de la ciudadanía a informar y ser informada” […] no sólo confunden libertad de empresa con libertad de prensa […] Para la construcción de oportunidades comunes necesitamos del contraste entre estos hipócritas desacuerdos y los disensos honestos, para luego ejercitarnos, todos, en distinguirlos, con pasión y sin violencia, hasta convertir al debate en la única modalidad de resolución de conflictos. En la interactividad está la clave”.
Marta Riskin, “La interactividad es la clave”, Antropóloga UNR, 8/06/11
“Todavía no cesaban los ecos de la difusión que hizo Wikileaks de 779 archivos secretos referidos a la prisión de Guantánamo cuando todo fue desplazado –la muerte de Bin Laden: un cambio de tema. Las torturas brutales y refinadas, las promesas incumplidas, la ausencia de juicios, el estado de excepcionalidad, todo lo que anuncia la existencia de un campo o un gulag norteamericano en un puñado de territorio apropiado y militarmente mantenido en condición colonial ¿Tal vez esos tormentos, todos ellos y las presuntas inocencias vulneradas puedan resultar justificadas por la obtención de un nombre, un seudónimo de alguien que podría haber sido relevante para encontrar a Bin Laden en un punto del globo?”
Claudio Martyniuk, investigador, doctor en derecho, docente de la UBA, 11/06/11
”Pero se equivocan una vez más. Hebe, ahora, somos todos los que seguimos soñando con una sociedad más justa. Ya habrá tiempo para hacernos cargo de lo que ha significado Schoklender, tal vez el más pérfido Caballo de Troya que el azar y los componentes malditos de una historia de horror supo introducir en el seno de quienes con valor inconmensurable resistieron todas las tormentas del mal. Si existe una causa sagrada e inviolable en un país que supo conocer todas las formas de la injusticia, esa causa ha sido y sigue siendo la de las Madres de Plaza de Mayo (sea la de la Asociación o la de Línea Fundadora que, a los ojos de la historia, son iguales en dignidad y en coraje). Por eso, hoy, ahora y siempre... todos somos Hebe”.
Ricardo Foster, “La voz de Hebe”, Doctor en Filosofía, profesor de la UBA y la UNC., 15/06/11
“Es que cuando empecé a escribir, ¡Pinochet estaba “activamente vivo”! […] Lo llamativo para mí como escritora fue que ese quiebre, lo no dicho pasó a ser crucial: lo más importante estaba en lo que no se nombraba. […] Uno registraba qué decían quienes hablaban, atendiendo a quiénes hablaban, atendiendo a quiénes callaban. […] Soy lectora de crítica pero no tengo una cabeza teórica. Siempre sentí que tenía un vacío, había cuestiones filosóficas centrales que me faltaban. Pero no quise privarme de esos libros, de manera que decidí leerlos como novelas. […] Ahora releo Das Kapital; me agota pero me fascinan sus consideraciones sobre el tiempo del trabajo. […] Las mujeres somos signos también y eso sí me interesa. Hemos sido los signos de una gran reformulación social y sin embargo, tal vez no, no conseguimos cambiar nada y somos sólo el signo que se reformula a nivel de discurso para que todas las funciones tradicionales puedan continuar. […] Es interesante; en un mundo que exige libertades, existe esta población tan grande y asimétrica. Ahí puede haber una esperanza política; sin embargo, el discurso político no apuesta a una real emancipación como factor de cambio global. No pasa por mi cabeza la ambición de cambiar el mundo pero me interesa creer en la capacidad de los sujetos más frágiles”
Diamela Eltit, escritora chilena, 18/06/11
“El principal de estos problemas es que la demarcación del campo político entre derechas e izquierdas no es de orden abstracto y no se desenvuelve al margen de la historia concreta; son los conflictos políticos reales los que dividen las aguas. Un proyecto político es mucho más que un documento programático: es un conjunto de actores políticos y una red de episodios en los que se ponen en juego antagonismos. Es también un dispositivo de adversarios y de obstáculos políticos. […] Perfectamente puede pensarse en un camino superador de la experiencia de estos años, pero para ganar credibilidad hará falta explicar cómo, con quién y contra quién. La idea del mundo feliz de las transformaciones reparadoras e igualitarias sin conflictos, sin adversarios y con el apoyo de una constelación sin contradicciones ni puntos oscuros funciona muy bien en la charla de sobremesa pero equivale a la total impotencia en materia política”.
Edgardo Mocca, “Dilema del progresismo opositor”, 12/06/11
“Durante veinte años he intentado ser comunista. Pero no de salón: comunista en lo práctico y en lo teórico, con cargos de responsabilidad, no para presumir de haber estado en los salones de Louis Aragon. Luego, gran parte de mi vida ha consistido en destruir todo eso. No traicionarlo sino destruirlo, en el sentido de dejar de ser un buen comunista para ser un demócrata y un anticapitalista radical. […] La sociedad europea, incluso la mundial, necesita de la izquierda. Las organizaciones y las ideas tradicionales de la izquierda están agotadas, es claro. Pero la posición de izquierda es una necesidad moral, política, casi me atrevería a decir ontológica. Ser de izquierda es para mí el conocimiento de que la sociedad es digna y capaz de mejorar, y la apasionada voluntad de llevar a la práctica ese conocimiento. No se puede cimentar una sociedad exclusivamente sobre la libertad de los consumidores. Hay que considerar el reformismo una revolución permanente. No es un juego de palabras”.
Jorge Semprún, escritor español, ex militante socialista, y ex militante comunista, 12/06/11
“¿Qué es más serio? ¿imitar la lucha contra el «enemigo» o emprender una búsqueda conjunta, incluso de divergencias, en torno a los problemas importantes que se propongan? Le diré, además, que este «modelo de guerra» me parece no sólo un poco ridículo, sino también peligroso, porque a fuerza de decir o de pensar «estoy combatiendo al enemigo», el día en que aquel que piensa así se encuentre en una posición de fuerza y en una situación de guerra real ante este dichoso «enemigo», ¿acaso no lo tratará en verdad como tal? Recorrer este camino lleva directamente a la opresión, quienquiera que lo recorra: he aquí un peligro real. Entiendo que para algún intelectual puede resultar placentero intentar que un partido o una sociedad lo tomen en serio, recordando la «guerra» contra un adversario ideológico, pero esto es preocupante, en especial por lo que podría provocar ¿No sería mucho mejor pensar que aquellos con los que estamos en desacuerdo pueden estar equivocados, o tal vez –lo cual sería sorprendente- que no hemos comprendido bien lo que querían decir?”
Michel Foucault, famoso y respetado intelectual francés, entrevista en 1978.
Fuente: Mujeres en la red con Cristina
El que no sabe quién es festeja sus derrotas y rechaza sus oportunidades
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Hoy es un día venturoso. El Dibu la vio pasar 4 veces y Franco chocó su
auto con la carrera neutralizada: dos cartas de alienación que nuestros
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