Uruguay: ¿Votantes vs militantes? ¿Quién construye el triunfo del Frente Amplio?



¿Utopía?, ¿en el Fa del 2011?,¿Idiología?

 Escribe: Ignacio Martínez
La interna del FA está movida. Tabaré habla de "renovación profunda".
Veremos cuán profunda es su renovación y qué dirección le da.
Danilo dice que hay que “democratizar” el funcionamiento. Eso está muy bien, pero debemos saber qué entendemos por democracia.
 El senador Baráibar busca que haya "una paridad entre las bases y los grupos políticos en el Congreso". Si no hay acuerdo se buscará llegar a un "plebiscito interno".
 ¿Dónde está el meollo? Veamos.
 El Plenario, máximo órgano después del Congreso, tiene 170 miembros.
 85 de los grupos políticos y 85 de las bases.
El Congreso puede llegar a reunir hasta 2000 delegados. Allí se define el Programa y los candidatos.
En el primer caso, el Plenario, las bases tienen mayoritariamente presencia comunista, aunque el caudal electoral de este partido en el 2009 fue de 6,5% de la totalidad de votos obtenidos por el FA. Es cierto. También es cierto que el MPP y Asamblea Uruguay, los grupos mayoritarios, que representan el 50% del electorado, tienen menos peso que el PC en la estructura. Todo esto es verdad. Como también es verdad que debemos avanzar en reestructuras, modificaciones de estatutos y mejoramientos de la herramienta.
 Pero ¿hacia dónde? ¿Cuánto pesa el caudal electoral y cuánto la militancia que construye las victorias?
¿Vamos hacia una coalición o buscamos profundizar el concepto de FA-movimiento? Los caudales electorales varían.
¿Por quién entró al Senado el compañero Danilo? ¿Qué caudales tuvo el fallecido Batalla antes y después de irse del FA?
 ¿Cómo se movieron los votos del compañero Pepe en las cuatro últimas elecciones?
¿Qué significó ese 14% de votos en blanco en las elecciones departamentales? Muchos son los factores que determinan los resultados electorales. Los grandes medios de comunicación hacen su juego y muchas veces son determinantes.
Las redes sociales también. La lucha día a día en el seno del pueblo, de los sindicatos, de los barrios, de los centros de estudio, también.
Esteban Valenti dice que "la estructura del FA hace tiempo que no responde a la realidad política". Pero ¿a qué realidad?
¿La "realidad política" es solo la relación del caudal electoral y la representación proporcional en los órganos de dirección?
 Es cierto, debemos ajustar un equilibrio entre la representatividad de los votos y las bases militantes. Pero las perspectivas y las intenciones hay que decirlas con honestidad político-intelectual.
Hay compañeros que quieren reducir al FA a una coalición de grupos.
En realidad son cúpulas que relegan a la gente a la pasividad y no integran en su universo ideológico el fundamento revolucionario de la participación activa y creciente del pueblo organizado en la definición de la cosa política, en los controles, en las correcciones y en las decisiones.
Coincido con el compañero Chifflet: "Las decisiones en el Frente Amplio siempre han sido manejadas  desde las bases.
 Creo que la participación popular más amplia de los militantes es lo que permite tener una organización democrática y adherentes realmente informados”.
 Yo agrego otros elementos.
 Los compañeros preocupados por los cambios en la estructura y los estatutos, ¿no se han preguntado cómo es posible que no tengamos un vocero impreso propio?
¿Cómo es posible que no tengamos una radio con todo el profesionalismo y la modernidad de la comunicación, al servicio de las ideas frenteamplistas?
Admito la preocupación de equiparar resultados electorales con representatividad. Bien.
Pero me asiste el derecho a exigir que los senadores y los diputados y los ediles y cuanta persona está afectada a las tareas de los cambios, también se acerque a los comités, a las coordinadoras, a las comisiones centrales.
 Los Comités de Base son una herramienta estratégica.
Son la base de la participación popular que hoy debe profundizarse en el tercer nivel de gobierno, las alcaldías. Son la base para profundizar la democracia participativa. Son la garantía del mantenimiento del FA como fuerza política porque no obedecen necesariamente a los avatares de las contiendas electorales, sino a los niveles de conciencia que su militancia ha alcanzado, con la presencia de grupos políticos que siguen creyendo que el triunfo de los programas y la defensa de las conquistas "crecen desde el pie".