Me sumo a aquellos que piensan que el triunfo de Syriza en Grecia también lo es de libertad.
Cuando digo pueblo, me refiero a la clases populares y al combativo movimiento obrero, que juntos fueron capaces de organizar 30 huelgas generales y un sinnúmero de marchas y manifestaciones contra gobiernos de corte neoliberal, que sordos a esos reclamos llevaron al país a la ruina. Estos actores más una docena de grupos y partidos de izquierda, conforman la coalición Syriza.
Cumpliendo con un claro mandato.
El gobierno de Syriza trata de cumplir sus promesas electorales
Fue así que el nuevo gobierno anunció su propósito de llevar el salario mínimo a 750 euros (cifra en la que se encontraba seis años atrás, luego de los memurandum de entendimiento pactado por anteriores gobiernos con la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), restaurar la negociación colectiva, reicorporar a los conserjes de escuelas y las limpiadoras de algunos ministerios que habían sido despedidas, retablecer el 13o salario en la pensiones que no llegue a los 700 euros mensuales y poner fin a las privatizaciones previstas.
Por su parte, los parlamentarios de Syriza adelantaron que no votarán el Tratado Transatlántico, abusivo acuerdo de libre comercio de EEUU pretende imponer a Europa.
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