Posición del MIR frente a las elecciones presidenciales MIR - Chile / Mariátegui
26/12/09
A los trabajadores y al pueblo de Chile
A los Peñi y Lamngen Mapuche
A nuestros simpatizantes y colaboradores, al pueblo mirista
A nuestros militantes
Este domingo 13 de diciembre y hasta la segunda vuelta electoral, en forma consistente con nuestro análisis de la situación política nacional y de lo que consideramos deben ser las tareas de los revolucionarios hoy, no convocaremos a la realización de ningún tipo de actividad electoral o anti-electoral.
Nuestro eje estratégico de construcción de fuerzas privilegia otras formas de lucha y de acumulación, básicamente el desarrollo y extensión del Poder Popular en paralelo al desarrollo de la lucha armada, bajo una concepción político-militar. Y aunque tácticamente hoy no consideramos pertinente participar en modo alguno en esta coyuntura del bloque en el poder, no creemos que sea un proceso electoral irrelevante o que podamos afirmar con total falta de rigurosidad que es simplemente “más de lo mismo”.
Por primera vez en 20 años, se ha presentado una fisura mayor al interior del agente político hegemónico del bloque dominante, la Concertación, que consideramos es expresión de una crisis política más global que afecta la integridad y cohesión del bloque en su conjunto, correlativa de la pérdida de dinamismo y de gobernabilidad de la modalidad neoliberal del patrón de acumulación capitalista en Chile, así como de sus devastadores efectos colaterales en las condiciones de vida y de trabajo de nuestro pueblo.
Expresión de esta crisis, es el mismo proceso electoral, con un padrón envejecido, donde 9 de cada 10 jóvenes no está inscrito para votar -aproximadamente 4 millones de personas- y son excluidos todos los chilenos que viven en el extranjero, lo que ciertamente le resta representatividad y legitimidad al proceso y afecta de manera diferencial a los posibles gobiernos que se formen a partir de marzo.
La Concertación, con Eduardo Frei como candidato, después de 20 años de administrar y perfeccionar el sistema político y económico neoliberal del país, arriesga seriamente perder el gobierno. Hoy es un destartalado, pesado y viejo barco sin timón, que llega al proceso electoral de este domingo a duras penas, con su tripulación peleándose todos los días, haciendo agua bajo el nivel de flotación, con profundas trizaduras y habiendo perdido ya cinco pedazos en el camino, por lo que dependerá de los resultados de esta elección el tiempo político en que se resolverá su disolución tal como la conocemos.
Como agente político hegemónico, la Concertación es el principal enemigo del pueblo y los trabajadores, ya que representa fielmente los intereses de los dueños del poder y la riqueza y es su programa el que impulsa, protección social más o menos. Basta analizar cómo le ha ido a los grandes grupos económicos bajo los gobiernos de la Concertación.
Juntos, la Concertación y la derecha, desde un punto de vista de clase, y aunque utilicen herramientas distintas para ejercer la dominación, son las dos caras de una misma moneda, las dos coaliciones políticas que gobiernan el país en beneficio del bloque en el poder.
El Partido Comunista, a contrapelo de cualquier perspectiva de clase -salvo la de las clases dominantes-, en el máximo momento de debilidad política de la Concertación, ha renunciado a la oportunidad histórica de levantar una alianza política, una candidatura y un programa independiente de izquierda -a pesar del discurso público de su candidato oficial, Jorge Arrate-, prefiriendo dar la espalda al movimiento social y a sus propios militantes inmersos en él, para sumarse en los hechos al programa neoliberal y represivo de una Concertación en decadencia. Mientras el PC apoya a Frei a cambio de dos parlamentarios, sus aliados pasan una aplanadora sobre las reivindicaciones de los profesores, privatizan el mar y continúan la persecución al pueblo Mapuche.
+ www.maratiegui.blogspot.com
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